4. Fonética y fonología de las lenguas originarias

Para hacer una introducción a la situación sociolingüística del país, tomamos como referencia el siguiente resumen. 

En Bolivia encontraremos diversas variedades del español, como consecuencia de la diferente procedencia de los colonizadores y también a la influencia de los distintos substratos-adstratos, principalmente el aimara y el quechua, especialmente en las tierras altas. En el este, muchos rasgos son comunes con los de Paraguay. 

Para muchos bolivianos el español es su segunda lengua ya que el 60% de los bolivianos habla una lengua indígena. En general, las lenguas indígenas son abandonadas por sus usuarios en cuanto ascienden un poco de nivel social o en cuanto llegan a las ciudades. Estos indígenas o mestizos que hablan español y se identifican con lo urbano reciben allí el nombre decholos. 

La región boliviana estaba ocupada por la cultura colla o qulla, cuya lengua era el aimara. Antes de la llegada de los primeros conquistadores españoles, a finales del s. xx, llegaron allí los incas, que trajeron la lengua quechua, sobre todo a las tierras altas. 

El primer asentamiento español en la actual Bolivia data de 1535; desde entonces, y sobre todo en la década siguiente, se fueron fundando las principales ciudades de la región. En 1559 se estableció la Audiencia de Charcas, en la ciudad de La Plata. 

Las tierras bajas fueron conquistadas por buscadores de tesoros que venían desde Asunción, en busca del mítico El Dorado. 

Desde mediados del s. xvi España comenzó a explotar las minas de plata de Potosí, que se convirtió en una enorme ciudad de 150.000 habitantes. A mediados del s. xvii, cuando la plata comenzó a escasear, la zona se fue despoblando. 

En el s. xviii la región pasó a depender del virreinato de Buenos Aires, por lo que las tendencias sociales y lingüísticas de Charcas se encaminaron hacia allí. 

Tras la Independencia Bolivia perdió, en guerra con Chile, parte de la zona costera; ello impidió que llegaran los rasgos lingüísticos costeros que comparten Perú y Chile. 

Numerosos indígenas[Campo] han desarrollado una especie de interlecto, un español muy mal hablado, como habla de transición hacia el español. 

La mayoría de los trabajos sobre el español boliviano, basándose sobre todo en la fonología, distinguen tres grandes zonas: 

a) El llano, junto al Pacífico, en donde se encuentran La Paz, Oruro, Potosí, Sucre y parte de Cochabamba. 

b) El Altiplano: Pando, Beni, Santa Cruz y parte de Cochabamba. 

c) Tarija, una pequeña región al sureste. 

Influencias de las lenguas indígenas 

El aimara se habla en la región del noreste, hasta el norte de la provincia de Potosí e incluye La Paz. 
El quechua se habla en el suroeste, en las provincias de Cochabamba, Potosí y Chuquisaca, así como en parte de Pando, en el norte. Comprende las ciudades de Cochabamba, Sucre, Oruro y Potosí. 

En las tierras bajas amazónicas se encuentran otras lenguas, de las familias tupí-guaraní y arahuaca. 

En otro tiempo hubo una importante población africana, que fue llevada a trabajar en las minas. Quedan restos de su folklore, en una lengua afro-hispana. Hoy no es posible rastrear rasgos lingüísticos procedentes de esta población. 

Fonética y fonología 

Características generales a todas las zonas: 

1) Se conserva /λ/ como fonema separado de /y/. En las hablas urbanas se realiza frecuentemente como /y/. 

2) Velarización o caída de /-n/ final de palabra. 

El altiplano 

1) La /s/ se conserva incluso al final de sílaba o de palabra. Suele ser apical. En palabras terminadas en  /s/ + vocal a veces se sonoriza en [z]. 

2) Las vocales en contacto con /s/ se debilitan intensamente, con lo que algunas palabras, como pues entonces se han lexicalizado en [ps] o [entons]. La reducción vocálica extrema está estigmatizada en las zonas urbanas y se asocia a hablantes bilingües. 

3) En el habla informal /si/ > [š] (sierra, siete). 

4) La /rr/ múltiple suele ser fricativa o sibilante rehilada [ž], con varias realizaciones. Parece que se está generalizando el paso a [ř]. 

5) La /r/ final de sintagma se asibila. 

6) La combinación /tr/ reciba una pronunciación africada. 

7) /x/ posee una fricción velar audible. Ante vocales anteriores (e, i) se aproxima a la región palatal. 

8) /y/ es débil y puede caer en contacto con vocales altas. 

9) Se suele elidir /d/ intervocálica, incluso en hablantes cultos. 

10) Los hablantes bilingües pueden realizar /b/, /d/, /g/ intervocálicas como oclusivas. 

11) Los hablantes bilingües tienden a reducir el sistema vocálico del español a las tres vocales (/i/, /a/, /u/) del quechua y del aimara. Las oposiciones /i/-/e/ y /o/-/u/, por tanto, son inestables. Esto está estigmatizado, lo cual da lugar a ultracorrecciones.  ispalda doili - `me duele la espalda´. 

12) El acento en la 1ª perspl. del pretérito imperfecto se desplaza a la última sílaba: cantabamósteniamóssufriamós. 


Los llanos (tierras bajas) 

1) No se produce la reducción de las vocales átonas, aunque la /é/ tónica final suele pronunciarse como [i]. 

2) /s/ final de sílaba se aspira; la elisión completa es menos frecuente. 

3) /rr/ y /r/ no se asibilan, ni se africa /tr/. 

4) /-n/ se velariza menos que en las tierras altas. 

5) /b/, /d/, /g/ intervocálicas se suelen elidir en todos los niveles sociales. 

Morfología 

  1. En la mayor parte de Bolivia se emplea el pronombre vos. 
En las zonas urbanas de las tierras altas los hablantes monolingües emplean vos y tú; vos con las formas de tú: vos eres, vos tienes. 
Los hablantes de lenguas indígenas[Campo] usan vos de forma sistemática, con las formas de voseo. En Tarija se conservan las formas de voseo con el diptongo etimológico: vos habláis, vos tenéis. 

2) En los llanos diminutivos en -ingo/-inga y aumentativos en -ongo/-onga, aunque sólo en el habla popular: chiquitingopoquititingo. Algo  análogo  ocurre  con  los  superlativos  con  el  infijo -nini-: flojininísimo,riquininísimolejininísimos. 

3) che como vocativo. 

4) Entre hablantes de quechua se adjunta el sufijo -y a palabras española para dotarlas de un tono afectivo, tono que se intensifica al unirlo al sufijo español -itoheminatay (`querida hermana´), corazoncitoy. 

Sintaxis 

Las peculiaridades sintácticas están ligadas a la interacción con las lenguas indígenas. 
Entre hablantes con poca fluidez de español se encuentran discrepancias en la concordancia morfológica y en el orden de palabras. 
En los bolivianos que hablan español con fluidez podemos encontrar algunos esquemas: 

1) Se reduplica el od, incluso los inanimados, mediante clíticos. En los bilingües con menos fluidez lo es el clítico más frecuente: 
Ya lo he dejado la llama. 
Tú lo tienes la dirección. 
Entonces, el proceso han constitido en molerlo todo eso. 
Cierralo la puerta. 

2)  Frecuentemente se repiten los clíticos en posición pre y postverbal: 
Lastimosamente, no la he podido conocerla. 
Te estoy hablándote yo de acá y la pregunta lo que lo he hecho es. 

3) Los od pueden no estar marcados por un clítico explícito: 
Aquí están los medicamentos. ¿Cómo has traído? 
Hace mucho tiempo que no recibo una carta tuya. Estoy extrañado. 

4) Entre hablantes de quechua se puede adjuntar ri a los imperativos españoles, lo que los convierte en una petición cortés: esperarime(`espérame, por favor´). 

5) Frecuente el uso de en aquí, en allá. 

6) Los bolivianos bilingües utilizan palabras españolas como si fueran partículas de final de sintagma, como calcos de partículas quechuas y aimaras. Por ejemplo y puede intensificar una pregunta: ¿Estás yendo y?(`¿Estás yendo, no?), ¿Te acuerdas, y? (`¿De verdad te acuerdas?´). 

7) nomás, pues, pero y siempre funcionan como partículas: 
aquí nomás - `aquí mismo´ 
vamos, pues 
¿quieres ir siempre? - `¿quieres ir después de todo?´ 
andá pues, andá no más - peticiones corteses 
A veces se combinan: