Desarrollo de la expresión instrumental en base a instrumentos autóctonos, folklóricos y populares, en función del contexto
3. Repertorio de música tradicional autóctona acorde al contexto de cada región.
La música como un lenguaje ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de todas las culturas que surgieron en el mundo entero. La música se ha convertido en una forma de describir y relatar el mundo que nos rodea, ya que desde sus orígenes el hombre empieza a imitar y reproducir los sonidos de la naturaleza que lo acoge, para luego dar testimonio a las futuras generaciones.
Bajo este concepto la música se ha utilizado no solo para la descripción sino también para la transmisión de emociones, tradiciones, ritualidad, historia que en conjunto forma su cultura, tomando un rol totalmente funcional dentro de las comunidades altiplánicas, acompañando la vida diaria que esta regida por el ciclo ritual agrícola, que marca el ritmo de la vida no solo del hombre sino de todo aquello que tiene vida incluida la música, los instrumentos y la ejecución de los mismos.
Para entender esta relación se debe comprender su cosmovisión. Para el hombre andino todo lo que le rodea forma parte de una totalidad llena de vida y complementariedad. El respeto y la convivencia en armonía con los animales, las plantas, la pachamama, madre tierra, y a sus ciclos, forma parte del principio del suma kamaña o del vivir bien, que no es lo mismo que el vivir mejor, tomando como la unidad minima del ser vivo al par o a la pareja de dos seres opuestos pero complementarios, chacha-warmi (varón-mujer), y no así como en la cultura occidental los opuestos contrarios, dando la base de complementariedad y reciprocidad que es el principio y base de toda su comunidad.
Esta relación de lo femenino y lo masculino también está ligada y representada en la música, cuando los sikus se tocan en diálogos de dos personas, el arka que tiene mayor cantidad de tubos y tamaño y es tomado como varón, el que responde o sigue; y el ira que es menor en tamaño y tiene un tubo menos, es la mujer y es la que pregunta y guía; juntos hacen melodías entrelazándose y complementándose, también se tiene esta relación en la separación de los instrumentos por épocas agrarias que también son o femeninas o masculinas.
Por esto la música esta presente en cada momento del cotidiano vivir, además de haber contribuido y apoyado a la tradición oral de los pueblos del altiplano boliviano, pasando de generación en generación conservando toda una gama de información en sus melodías.
Entre estas se encuentran ejemplos que relatan y describen ciertas costumbres como es “la siembra de la quinua” que en su coreografía muestra la forma tradicional de la producción de la quinua con rústicos arados de piedra, y la alegría de la cosecha final en una segunda parte que se parece a un huayño.
También es el caso de los Chunchu, que en su ritmo y su instrumento a modo de flautín del oriente representa a las tribus de las tierras bajas que salen en defensa de su territorio ante la expansión del imperio inca o de los continuos enfrentamientos que tenían con los aymaras de la región, su vestimenta lleva plumas, mascaras y lanzas.
La música es el lenguaje más utilizado, cuenta Garcilazo de la Vega en “comentarios reales” de un joven que enamora a su amada, tocando melodías que expresan todo su sentir, hasta durante tres noches, sentado frente a su puerta esperando que las melodías lleguen al corazón de la joven y pueda entender todo lo que el le explica en sus canciones, o el Kantu tradicional de charazani Surimana que cuenta la tragedia de Surimana la hija de un noble que no pudo estar al lado de su amado Hualaycho.
Muchas de estas se convirtieron en leyendas que llevan en si un mensaje y que se conservan en diversas canciones, esta costumbre ha quedado tan arraigada que hasta el día de hoy surgen muchos compositores e investigadores que hacen de estas leyendas hermosas obras musicales que están basadas en el sistema pentáfono de la música altiplánica y en los ritmos e instrumentos que la caracterizan, como son las siguientes obras:
Tata Inti obra que relata un eclipse de sol en la época de los incas, esta fue compuesta y tiene en si recopilaciones hechas por el maestro Filemón Quispe, que ha organizado una pequeña orquesta sin que esta pierda la esencia de la música quechua, dándole a cada instrumento un papel y un personaje que es representado por sonidos, así el sol será representado por los bombos, el inca por los inca sikus, los pobladores por las chochelas, los sabios por los kantus de los kallawayas, y el caos de las mujeres y los niños por los pinquillos.