3. Comunicación intrapersonal en situaciones reales de uso

La comunicación intrapersonal es el diálogo interno que se produce constantemente en la mente de cada individuo. Es un proceso analítico privado en el cual la persona es el emisor y receptor del mensaje.

Este diálogo íntimo repercute en las creencias de los humanos y, de manera directa, en los estados emocionales y actitudes. Este tipo de comunicación sucede principalmente a través de los pensamientos, y también por medio de sueños, reflexiones, fantasías, lecturas y meditación.


El escuchar y dominar la voz interna con responsabilidad es importante para el mejoramiento de las habilidades de automotivación y auto control emocional. La comunicación intrapersonal es la puerta al universo de las emociones.

Esto conlleva a la integridad y la identidad; además, fortalece la autoestima, la empatía, la independencia emocional, la humildad, la capacidad de comunicación y los valores, logrando una estabilidad con el mundo exterior.

Asimismo, el mal dominio de la comunicación intrapersonal puede conducir a una serie de conductas erróneas, trayendo como consecuencia una comunicación interpersonal negativa

Un estudio demuestra que una persona promedio pasa 14 horas diarias hablando consigo misma, y alrededor del 80 % del diálogo interno es negativo.

¿Cómo ser consciente de la comunicación intrapersonal?

Para ser consciente de la comunicación que una persona tiene con uno mismo se puede utilizar el autoanálisis, un ejercicio que examina lo que ocurre en el interior, en las emociones y en la mente.

A través del autoanálisis es posible conocer cuáles son los pensamientos más constantes y analizar los recuerdos que vienen sin saber por qué, entre otros aspectos.

La mente humana tiene 60 000 pensamientos al día. Los psicólogos recomiendan hacer anotaciones teniendo frescos los pensamientos predominantes.

Esto permite identificar la mentalidad que influye, ayudando a cambiar o mejorar la comunicación intrapersonal y, por lo tanto, el desenvolvimiento y la actitud del individuo, así como su salud mental.

El problema radica cuando las personas se autocritican y crean monstruos internos de sí mismos. Estos «monstruos» viven en la mente; algunos de ellos se pueden reconocer y se puede llegar a identificar, como por ejemplo la baja autoestima.

Tener diálogos internos negativos afecta las emociones y hace daño a una persona en toda su conducta. Por lo tanto, cambiar el diálogo interno es primordial para desarrollarse saludablemente en las relaciones, funciones y la estima propia.

Tener un buen diálogo interno ayuda en el liderazgo personal. Una vez que se analizan los pensamientos se puede ser consciente y controlar lo que se piensa, y desechar todo lo desfavorable.

El tono de voz crítico y autoritario con el que se puede hablar a sí mismo puede cambiarse por uno más calmado, positivo y sereno. De esta manera se logra contribuir a la autoconfianza.

La importancia de identificar pensamientos repetitivos

Los patrones que recurren en la mente en el transcurso del día demuestran el tiempo y el esfuerzo mental que se le dedica a un tema denso. Dicho tema denso puede ser algo que ha de ocurrir en el futuro cercano y que genera ansiedad y estrés.

Es indispensable que se reconozca con exactitud el problema reflejado en determinados pensamientos fijos, para resolver a tiempo cualquier episodio de ansiedad y lograr la estabilidad.

Las señales que la mente genera no deben ser ignoradas. En la comunicación intrapersonal el subconsciente comunica un mensaje y es importante prestarle atención para conocer más de sí mismo.

Muchos individuos experimentan conflictos interiores que no siempre son diagnosticados correctamente. En otros casos, aunque sean conocidas las causas, no se hallan soluciones.

Es por ello que la comunicación intrapersonal y la autoevaluación son imprescindibles para responder a interrogantes puntuales sobre sí mismos.

Tipos de diálogos internos

Los especialistas en psicología han clasificado los diálogos internos negativos en cuatro tipos, en los que se tienen como detonantes algunos casos de angustia o ansiedad que limitan la valoración propia y la capacidad de construir relaciones con otros.

En estas ocasiones se incrementan los miedos, el aislamiento y la dependencia emocional. Las 4 tipos de diálogos internos negativos son catastrófico, autocrítico, víctima e irrelevante. 

– Catastrófico

Se trata de la ansiedad, la culpabilidad, la lástima y el menosprecio de sí mismo. Esto podría conllevar a una crisis de pánico debido a que las personas no pueden hacer un contacto afectuoso.

Suelen tener diálogos internos como: “todo puede convertirse en una tragedia por mi culpa”.

– Autocrítico

Tiene como rasgos sentirse inútil y resentido socialmente, y algunas veces es cruel consigo mismo. Tiene como estado permanente el juicio y la autoevaluación negativa de su comportamiento.

Estas personas se sienten temerosas y esto las induce a volver ingobernable su vida. Envidian a otros por las metas obtenidas. Las frases que suelen utilizar internamente son: “nunca hago nada bien”, “no puedo”, “no le importo a nadie”.

– Víctima

Se caracteriza por tener diálogos internos desesperados y desprotegidos. Este estado no tiene cura y no tiene avances en sus metas.

Este tipo de personas se siente inferior, y suelen evitar acercamientos y ayuda profesional. En sus diálogos internos suelen aparecer afirmaciones como: “nadie me quiere”, “nadie me entiende”, “estoy sufriendo y no le importa a nadie”.

– Irrelevante

Este diálogo interno se enmarca en el agotamiento y estrés crónico. Se desgasta emocionalmente pensado en sus frustraciones, en las metas que no logró, la falta de dinero o la clase social, creando un desequilibrio.

Otra característica es estar siempre a la defensiva, expresar odio y rechazo. Suelen tener diálogos internos como: “nada me sale bien”, “voy a llamar la atención, no me importan los extremos a los que tenga que llegar”.