8. Cordófonos

8.4. Violín

Instrumento de arco, surgido durante la primera mitad del siglo XVI, provisto de cuatro cuerdas, cuyo nombre refiere específicamente el miembro soprano de la familia de los violines.

En las primeras décadas del siglo XVI hubo un instrumento similar, pero con sólo tres cuerdas, no se sabe quién tuvo la idea de reunir en un instrumento las características más sobresalientes de la Fídula, la lira de braccio y el rebec: de los dos primeros la forma y la construcción de la caja, excelente desde el punto de vista acústico, y del rebec la afinación por quintas, que permite contar con mayores posibilidades con un mismo número reducido por cierto de cuerdas, además de resultar muy conveniente en cuanto a la técnica de ejecución. Tampoco sabemos cual fue la cuna del instrumento, emplazada sin duda en Europa.

A mediados del Siglo XVI Italia vivió una gran renovación musical, tanto en el campo vocal como en el instrumental. El advenimiento del arte monódico favoreció la implantación de un instrumento como el violín, dotado de una extraordinaria cualidad melódica que lo hacia ideal para las exigencias expresivas de la nueva sonata y lo convertía en un inmejorable medio para los solistas, que buscaban una expresión personal, individual, barroquizante. Al igual que otros instrumentos, los violines intervinieron inicialmente para doblar las voces pero muy pronto surgieron virtuosos, casi siempre compositores que dieron al violín desde sus inicios una importantísima literatura. Aunque todavía se discute donde nació el violín siendo bastantes las opiniones que otorgan a Francia este honor, lo cierto es que fue en el norte de Italia donde adquirió su fisonomía y el mayor grado de perfección, convirtiéndose en el centro más importante de construcción de violines. Los más antiguos instrumentos que se conservan provienen de Brescia (Lombardia) y llevan la firma de Gasparo da Saló (1540-1609); aquella ciudad y Cremona produjeron los fabricantes que llevaron al instrumento a su máxima perfección, durante los años finales del siglo XVII y los primeros del XVIII. Fue entonces que se llegó a las proporciones y dimensiones hoy consideradas clásicas, debidas principalmente a las experiencias de los célebres Luthiers, Amati, Cuarnieri y Stradivarius, este último el más importante entre ellos.

                                   

Clasificación

El violín es un instrumento músico de arco, en forma de ovalo estrechado cerca del medio con cuatro cuerdas fijas que se tañen frotándolas con un arco, equivale al tiple. Pertenece a la familia de los laúdes. Cuyo nombre refiere específicamente el miembro soprano de la familia de los violines.

Descripción

Se trata de una evolución de la viola de brazo o vihuela bastarda renacentista que presenta rasgos propios: el violín se compone, de dos secciones principales: la caja y el mango, sobre el cual se tensan las cuerdas, tapa y fondo de la caja son planchas de madera, convexas, cuyo grosor disminuye del centro hacia los bordes sobre la tapa se cortan dos aberturas en forma de f, para que resuene la voz.

El mango remata en un clavijero, en el cual se insertan las cuatro clavijas que permiten afinar el instrumento variando la tensión de las cuerdas. Los dedos del ejecutante pisan las cuerdas contra el diapasón, plancha de madera encolada al mango, que se prolonga por encima de la caja. En su extremo inferior las cuerdas se atan al cordal, pieza a su vez sujeta a un botón insertado a través de la faja. La longitud de las cuerdas se entiende desde la cejilla ubicada en el extremo superior del diapasón hasta el puente, que transmite las vibraciones a la estructura de la caja. Tales vibraciones llegan al fondo de la caja armónica a través del alma. El alma es un cilindro de madera bien veteada de unos 6 a 7 mm de diámetro, que se aloja a una distancia de unos 3mm de la base del puente, exactamente detrás del pie correspondiente a las cuerdas agudas; por debajo del pie derecho del mismo se halla encolado la cadena, pieza longitudinal que refuerza la tapa y contribuye a distribuir las vibraciones por la misma. Su tarea es la de transmitir la vibración de las cuerdas que se produce sobre el puente y que este transmite a la tabla armónica, toda vez que ejerce igual acción sobre el fondo. De este modo ambas tapas vibran a un mismo tiempo lo que provoca un reforzamiento del nivel sonoro. Sin el alma la vibración de la tabla y el fondo sería independiente, con lo cual reduciría la potencia de modo muy considerable.

Todos los instrumentos de arco a partir del siglo XVI utilizan este principio. Al verificar por ejemplo, reglaje de un violín debe tenerse en cuenta la situación del alma pues, según presión que efectúe sobre los planos la respuesta sonora vanará. Colocada más cerca del puente favorece la emisión de las notas agudas, mientras que la operación contraria redunda en el aumento de los graves. Ello hace que su posicionamiento en una zona intermedia, precisa, de cómo resultado el equilibrio de la sonoridad.

Afinación

La afinación del violín contribuye a delinear la singular personalidad de las cuatro cuerdas del instrumento es: SOL, RE, LA, MI, a partir de la cuerda grave. La compleja y elegante forma del violín está determinada no solo por razones estéticos, sino principalmente acústicas.

Dispersión

El violín se encuentra en todos los continentes. Su área de dispersión es relativamente amplia.

En Europa se difundió con más rapidez. A fines del siglo XVI había llegado a ser uno de los instrumentos más utilizados. En un principio el violín fue considerado como instrumento de taberna, y solo asomaba a los círculos socialmente elevados en manos de ejecutantes profesionales contratados para proveer música para la danza. Recién en el siglo XVIII alcanzo el lugar de preeminencia que hoy ocupa.

Dada su popularidad en Europa, claramente se distinguen sus fuentes de origen; no es extraño que el violín haya llegado a América con las primeras corrientes colonizadoras. Pero su difusión en el área que comprende la actual del territorio Boliviano obviamente aportada por los colonizadores españoles, y la indígena.

Vigente en el momento del descubrimiento se debió a la acción de los jesuitas, quienes lo emplearon profusamente en su tarea evangelizadora en la sabana oriental Boliviana, demostraron su capacidad musical e instrumentos traídos de Europa. Si bien no dejan lugar a dudas en cuanto al interés por la música de la población colonial, señalan de igual modo la rápida asimilación de tal manifestación estética por parte de los indígenas, el instrumento haya perdurado, folklorizándose en las zonas orientales y otras clases de instrumentos profusamente difundidos por todo nuestro territorio, que al entrar en contacto circunstancial con el violín europeo los constructores lo han adoptado o imitado a veces en forma muy rudimentaria; tal es el caso de la región de Chiquitos y los Guarayos de nuestro país, realizándolo a su manera con el empleo de materiales sencillos y a su alcance. Asimismo el uso del violín se extiende a Tarija, ciudades altiplánicas, instrumento que en la que interpretan música de la tierra y otros con absoluto dominio y conocimiento del instrumento.

En Bolivia se destaca la región de la Chiquitania y Guarayos. Por ser el centro productor en la fabricación e innovación de instrumento musical conservando casi intacta la fisonomía de los antecedentes del violín mencionados.

Construcción

El luthier o violero es el artífice que, bajo sus manos hábiles y su personalidad creadora ha de convertir las maderas en instrumentos espléndidos que adquiera un sentido de belleza ideal, que transcienda toda posibilidad mecánica, quedando éstas libradas a su intuición y a su sensibilidad artísticas.

Las técnicas aplicadas requieren sutiles operaciones de acabada artesanía, para la preparación de las aproximadamente setenta piezas que lo componen, todas en maderas especialmente tratadas. Arce para el fondo, faja, mango, clavijero y puente; el pino spruce se emplea en la tapa, el alma y la cadena; el diapasón, el cordal, las clavijas y el batón inferior suelen ser de ébano.

Distribución de montaje

Conocimientos del manejo de las gubias: Tallado en las distintas direcciones de la madera realizando perfiles artísticos.

- Construcción del "Aparato

- camilla" para trabajar tablas armónicas.

- Ensamble de las tablas y corte del perfil

- Bosquejos de las curvas de las tablas.

- Acanalamiento, construcción e incrustación del filete. Terminación de las curvas y bordes al exterior.

- Ahuecado interior de las tablas y determinación de los espesores.

- Talla de los cortes armónicos (ff) en la tabla superior.

- Colocación de la barra armónica. Pulido.

Ejecución

Durante los Siglos XVII y XVIII se apoyaba sobre el pecho o sobre la clavícula, hacia abajo. En su obra, Mersenne dice que esa inclinación hacia abajo se subrayaba al marcar el primer tiempo de cada compás. Ambas formas contra el pecho o sobre la clavícula coexistieron.

En la segunda mitad del Siglo XVIII era común el apoyo sobre la clavícula y contra el cuello como así lo muestran numerosas reproducciones de las orquestas preclásicas y clásicas.

En la nueva edición de la obra de G. Geminiani, impresa en 1751, se observa en la portada como el instrumento descansa sobre la clavícula del músico y se ubica de modo bastante angulado, hacia abajo. La voluta del violín está prácticamente a la altura del talón del arquillo. El uso de la mentonera, cuya invención suele atribuirse a Louis Spohr (1784-1859), no llegará hasta primeras décadas del siglo XIX, siendo ya de uso común a partir de 1830. Gemininiani pide también a los violinistas que empleen el vibrato con frecuencia y dejen de usarlo como un simple ornamento, cosa que en su época considera desusada. Sorprendía a estos que los maestros antiguos tuvieran un modo de ejecución tan peculiar, en el que era una práctica frecuente tocar cuerdas al aire con el pretexto de que ello aumentaba la resonancia. Así en el primer tercio del siglo XVIII, en bien de una uniformidad timbrica, se tocaban largos pasajes en una sola cuerda obligando ello a subir a posiciones muy agudas.

Esta posición era muy común en Europa desde los primeros tiempos del violín hasta el siglo XVIII; su vigencia de aquella usanza. Como consecuencia, el sonido obtenido es menos tenso y el “vibrato” mucho menor. La participación del violín en conjuntos se destaca mucho más tocando la melodía, complementándola con abundantes notas dobles, arpegios y notas de valor meramente rítmico agregadas en las pautas melódicas.