7. Aerófonos

7.4. Bajón

Es uno de los instrumentos más característicos de la región de San Ignacio de Moxos y sus aledaños. Es un instrumento semejante a una gigantesca zampona o siku del altiplano boliviano (flautas de pan o fístula romana, o siringa griega). No cabe duda de que los bajones eran conocidas por los lugareños de estas regiones desde antes que llegaran los conquistadores a estas tierras. Por lo tanto, podemos decir que la estructura actual de los bajones es fruto de la simbiosis musical aborigen hispánica.

De acuerdo a los datos que se tiene en historia, se dice que el desvelo fundamental de los jesuitas para una eficaz evangelización entre los moxeños, fue incentivar el arte musical. De este modo el proceso de asimilación de la doctrina cristiana se desarrolló rápidamente y señaló la virtud de cambiar pronto los gritos estridentes y confusos por melodías, danzas y cantos de los conquistadores, bajo la influencia del pentagrama europeo. El bajón se convirtió en una fundamental de la orquesta, para interpretar sonidos graves de acompañamiento las que resultarían ser, los llamados bajos fundamentales. Su nombre actual proviene del sonido grave que emite, de timbre potente muy semejante a los sonidos graves del Fagot en los “Forte”.

                  

Clasificación

Los bajones son aerófonos que pertenecen a los “Instrumentos de soplo. Hileras de trompetas de tubos gruesos sin boquillas”.

Dispersión

Con el crecimiento de la población y al diversificarse las actividades de loa habitantes de mayor arraigo nacionalista, cuidan inteligentemente lo suyo, en este caso éste instrumento se mantiene con mucha altitud su difusión en las regiones orientales de Bolivia, especialmente en San Ignacio de Moxos y Tacanas.

Construcción

El Bajón está hecho por artesanos Ignaciano y Trinitarios. Los tubos gigantes son construidos de la hoja de la palma Cusi. Liados con pita de Algodón hilado, bañado con cera de abeja silvestre para fortificar el hilo. Cada tubo tiene su respectiva boquilla anatómica hecha de una madera fina llamada Tarara. Está formado por la unión de varios tubos gigantes al estilo de sikus se acondicionan en hileras de grande a pequeño. De manera que forman 10 tubos aproximada de 1.69 mts de longitud con un diámetro de 0.22 mms en la parte superior y de 5 a 10 cms en la base. El diámetro de cada tubo va disminuyendo gradualmente desde la parte superior hasta la inferior, con relación al diámetro del tubo más grande.

Ejecución

Este instrumento se toca en parejas, las mismas que son necesariamente interpretadas por dos personas; cada par se toca como si fuera un solo instrumento. La interpretación se realiza mediante la forma de contestación. Uno de ellos lleva el nombre de macho. Este tiene 14 tubos que producen 14 tonos. El otro bajón se llama hembra y este tiene 13 tubos de longitud, la misma que produce los semitonos, el sonido se produce con los labios puestos en la boquilla a la manera que se toca la corneta o el bajo clásico. Ambas partes se complementan intercalando sus sonidos.

Existe también otro bajón llamado Yuru'i con 7 tubos arriba y 6 abajo, de igual estructura y vigencia actual en San Ignacio.

Para ejecutar el instrumento los dos músicos se valen de otras dos personas que marchan por delante y levantan la parte inferior del instrumento mientras los músicos ejecutan su partitura. Estos instrumentos van acompañados de dos o tres flautas, dos violines, el bombo y el tambor. Sirve para acompañar los cánticos sagrados en las misas solemnes, en las procesiones religiosas, etc.