UNIDAD 1: PSICOLOGÍA Y CIENCIA
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Curso: | 1° - Cosmovisiones Filosofía y Psicología |
Libro: | UNIDAD 1: PSICOLOGÍA Y CIENCIA |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | domingo, 24 de noviembre de 2024, 10:15 |
Tabla de Contenidos
- 1. El conocimiento y comportamientos psíquicos
- 2. El conocimiento y La ciencia
- 3. Las ciencias y sus métodos de investigación
- 4. Psicología como ciencias experimentales
- 5. Métodos propios de la psicología
- 6. Los métodos introspectivos y extrospectivos
- 7. El método experimental y el conductismo
- 8. Otros métodos de investigación en psicología
- 9. Limites del método experimental en psicología
1. El conocimiento y comportamientos psíquicos
Acercamiento etimológico a la conducta
El interés por comprender por qué los seres humanos actúan de una manera determinada, qué los impulsa y qué los puede detener, se remonta a épocas anteriores a la aparición de la psicología como ciencia. Sin embargo, fundamentalmente a partir de 1879, comienza a desarrollarse todo un sistema categorial que, aunque no privativo, sí es distintivo de la misma. En este sentido, quizás sea la conducta uno de los términos más manejados por las distintas escuelas psicológicas y con independencia del campo disciplinario al que se haga referencia. No obstante, la comprensión de la conducta como categoría psicológica ha estado marcada por los debates propios de una ciencia en ciernes, presentando un desarrollo complejo y no exento de oscurantismos metodológicos. En este momento sería muy aventurado posicionarse en axiomas que delimitasen la conducta, pero se hace imprescindible una redefinición de la misma desde la perspectiva de una teoría integradora y heurística, de manera que se amplíen los diferentes acercamientos en el orden metodológico que hoy se realizan.
El vocablo conducta, al igual que la mayoría de los términos que hoy se utilizan en las ciencias psicológicas, proviene de las ciencias naturales en una transpolación casi lineal de su significado original. Vigotsky alertaba acerca de la génesis de los conceptos psicológicos: «El lenguaje psicológico actual es, ante todo, insuficientemente terminológico: eso significa que la psicología no posee aún su lenguaje. En su vocabulario encontramos un conglomerado de tres clases de palabras: palabras del lenguaje cotidiano, las palabras del lenguaje filosófico y los vocablos y formas tomados de las ciencias naturales» (Vigotsky, 1997, 324). Por supuesto, la historia etimológica de los conceptos marca, de alguna manera, su posterior definición y utilización, produciendo generalmente restricciones semánticas muy difíciles de eliminar. Quizás la utilización primera de la palabra conducta se encuentre en el área de la química, donde se refiere a la actividad de las sustancias; posteriormente, pasó a usarse en la biología, para hacer alusión a las manifestaciones de los seres vivos ha conducido a comprensiones limitadas de este concepto en la psicología, hecho que se avala precisamente por el significado casi idéntico con el que fue introducido en la psicología animal por Jennings.
En este punto, cabría preguntarse el por qué de la reputación que alcanzó este vocablo en las ciencias psicológicas. En primer lugar, la conducta encierra el conjunto de fenómenos que son observables o que son factibles de ser detectados, es decir, es un concepto que al aplicarlo puede ser descrito y explicado en función de los fenómenos mismos y recurriendo a leyes de carácter mecanicista; la utilización de este término brinda, por lo tanto, la ansiada objetividad que se buscó en las ciencias psicológicas y satisface el deseo cuantificable de la mayoría de sus profesionales, añadiéndosele, además, que devino sustantivo propio en la denominación de una de las escuelas psicológicas que brindó una opción a la psicología como ciencia cuando ésta amenazaba con encerrarse en el subjetivismo.
Etimológicamente la palabra conducta proviene del latín significando conducida o guiada; es decir, que todas las manifestaciones que se comprenden dentro de sí suponen que son conducidas por algo que bien pudiera ser interno o externo. Partiendo de esta idea y de las diferentes soluciones que se dedican al problema psicofísico, la conducta puede ser guiada tanto por los fenómenos psíquicos como por la influencia que ejerce el medio social sobre el sujeto; desde una perspectiva idealista se sugiere que la conducta es el resultado de los fenómenos psíquicos que se expresan mediante manifestaciones corporales en el medio externo donde el sujeto se desarrolla. En contraposición con esta teoría, la concepción materialista expone que la conducta es un resultado de la influencia social a la que el sujeto está sometido y que se expresa a partir de las condiciones psíquicas del mismo. Sin embargo, ampararse en uno u otro enfoque minimiza la riqueza y enclaustra la comprensión que puede brindar un término que en la actualidad constituye un punto de análisis primordial para comprender al ser humano, siendo necesario examinarlo en su propio movimiento y desarrollo a través de las diferentes posiciones psicológicas.
La conducta y el comportamiento en el behaviorismo y el enfoque histórico cultural
Aún cuando la conducta es un término extensivamente manejado en la psicología, su significado es comprendido generalmente, de manera simplista y unilateral, subsistiendo interrogantes que ameritan un análisis: ¿Qué es la conducta humana? ¿Cuál es el determinismo que ejerce sobre el ser humano y su entorno? ¿Qué factores determinan la conducta humana? ¿Existe una equivalencia entre los conceptos de conducta y comportamiento?
Al intentar redefinir la conducta o brindar presupuestos para su comprensión, se hace ineludible analizar el enfoque behaviorista como aquel que brindó un verdadero impulso al tratamiento de este término en la psicología a partir, fundamentalmente, de 1913 con los trabajos de Watson, incorporándose nociones pioneras en cuanto a la comprensión y utilización práctica del término conducta en la investigación psicológica.
El behaviorismo promulgaba que la psicología científica debía estudiar solo las expresiones externas del sujeto, aquellas que podían ser sometidas a observación, registro y verificación; debe acotarse que esta idea sentó sus bases en los estudios realizados anteriormente por P. Janet y H. Pierón, quienes ya desde 1908 se referían a una psicología del comportamiento. Particularmente, en los trabajos de P. Janet, se incorpora el término conciencia como una forma de conducta en específico y se describe una jerarquía de operaciones de conducta que incluye cuatro grupos fundamentales compuestos por: la conducta animal, la conducta intelectual elemental, las conductas media y superior. Posteriormente, en las investigaciones realizadas por Watson, éste definió la conducta como lo que el organismo hace o dice, incluyendo en esta denominación tanto la actividad externa como la interna, de acuerdo con su propia terminología. Watson redujo el estudio de la conducta a la estructura observable del ser humano: «(…) ¿por qué no hacer de lo que podemos observar el verdadero campo de la psicología? Limitémonos a lo observable y formulemos leyes sólo relativas a estas cosas. Ahora bien: ¿qué es lo que podemos observar? Podemos observar la conducta» (Tortosa, 1998, 301).
En lo que respecta a esta idea, se demuestra la restricción del pensamiento watsoniano, cuyo único fin era la predicción y el control de la conducta con métodos estrictamente experimentales, lo que marca simultáneamente una obvia conexión con la psicología animal, comprobándose a la vez su incapacidad teórica para comprender las conductas humanas complejas, pues su base teórica se reducía a la psicología comparada. Sin embargo, esto no indica, como se ha popularizado incluso en los ámbitos psicológicos, que el behaviorismo e inclusive Watson, no reconociesen otros aspectos de la vida emocional del sujeto: «En contra de lo que se ha afirmado en numerosas ocasiones Watson no reducía el comportamiento únicamente a la actividad motora o movimientos, sino que admitía también la existencia de otros tipos de actividad del organismo, como la emocional» (Parra, 2006). Es decir, la principal crítica que puede realizarse al behaviorismo clásico es su énfasis fundamental en lo observable, hecho que metodológicamente restringió su comprensión de lo psicológico a formaciones resultantes de una serie de respuestas organísmicas ante las incidencias ambientales.
Por supuesto, la elementalidad de esta explicación conductual del ser humano condujo al desarrollo del neobehaviorismo. A principios de los años treinta del siglo pasado, Hull abordó la conducta fundamentándose en la relación estímulo-respuesta, pero tomando en consideración no solo los estímulos externos, sino también los estímulos internos, de ahí su interpretación de la conducta en secuencias estímulo-respuesta observable y no observable. En este momento todavía no se había resuelto totalmente la relación psicofísica en la conducta, pero Hull reconocía la existencia de algo interno y, partiendo de ese reconocimiento, trató de cuantificar las conductas por medio de observaciones empíricas, dando lugar a lo que se conoce como el «sistema de conducta de Hull».
De manera análoga, Skinner varió el objeto de estudio de la psicología ubicándolo en la vida mental, pero restringió los análisis metodológicos a las manifestaciones visibles: la conducta. Skinner elaboró su propia concepción en la que insistió en la distinción entre conductas controladas por contingencias, es decir, interacciones directas del organismo con su medio y, conductas gobernadas por reglas, por las formulaciones verbales, órdenes y/o instrucciones. Esta idea constituye un pálido intento de brindar un papel activo al sujeto que ya no sería una estructura inmóvil y carente de movimiento sobre la que actúan instancias externas, sino que conformaría una relación de interdependencia con el medio.
Es importante destacar que aún en la actualidad el término conducta se vincula directamente con la escuela behaviorista, aunque su estudio no se reduce solamente a esta corriente, pues también es tema de debate dentro del resto de los enfoques psicológicos. Sin embargo, la utilización de este vocablo entre los profesionales afiliados a otras escuelas del pensamiento psicológico ha sido controvertida, prefiriéndose el término comportamiento. Aunque en la actualidad estas disquisiciones terminológicas apenas se utilizan, usándose indistintamente comportamiento y conducta, según Parra (2006): «en español el término ‘behavior’ puede ser traducido de las dos maneras». Es válido declarar que la principal distinción que se realiza en la literatura española en cuanto a estos conceptos se refiere a que el comportamiento es expresión de la personalidad, mientras que la conducta no siempre manifiesta los contenidos personológicos, poseyendo un carácter más respondiente y otorgándole, por lo tanto, un papel más pasivo al sujeto. Es curioso cómo el comportamiento ha adquirido un significado que demuestra una mayor implicación del sujeto, hecho relacionado con la etimología de la palabra, también proveniente del latín comportare, pero que significa implicar, mientras la raíz etimológica de conducta indica algo externo, guiado.
Desde esta óptica, la utilización de los términos conducta y comportamiento no presenta diferencias substanciales, lo realmente importante en este análisis es la comprensión profunda de los mismos como un factor de influencia diversa sobre el ser humano y a la vez expresión del mismo. En este sentido, la escuela histórico-cultural puede brindar, desde la diversidad teórica de sus autores, presupuestos fundamentales para la comprensión de un fenómeno complejo.
Se hace vital destacar las ideas de Rubinstein al respecto. Basándose en la solución del dilema psicofísico, en el que maneja la interdependencia de los fenómenos físicos y psíquicos, plantea que la conducta, más allá de la relación reduccionista estímulo-reacción, está determinada por el mundo exterior a través de los fenómenos psíquicos; es decir, que aún cuando los factores sociales ejerzan una gran influencia sobre la conducta humana, ésta surge y se desarrolla en la actividad psíquica del sujeto, convirtiéndose posteriormente en un reflejo de la misma. Es necesario destacar la designación que Rubinstein utiliza para describir la manera cómo el factor social actúa sobre la conducta: «de modo mediato«, y en esta expresión desacredita la inmediatez de la relación causa-efecto.
En un análisis más profundo sobre la participación activa de otras significaciones en la conducta, este autor destaca la importancia de la historia de vida del sujeto: «…la conducta de las personas está determinada no solo por lo que se halla presente, sino, además, por lo que se halla ausente en un momento dado; está determinada no solo por el medio próximo que nos rodea, sino, además, por acontecimientos que acontecen en los rincones del mundo más alejados de nosotros, en el momento presente, en el pasado y el futuro» (Rubinstein, 1979, 330). Es decir, la conducta se desarrolla dentro de una sucesión de actos en los que el sujeto se ve inserto, interviniendo conjuntamente las experiencias del medio social donde el hombre se integra, aún cuando no haya sido partícipe de ellas, pues mediante el proceso de aprendizaje incluye estos nuevos conocimientos y experiencias histórico-culturales a su vida personal. En concordancia con esto plantea: «Todo acto de cognición constituye, al mismo tiempo, un acto en virtud del cual hacemos entrar en acción nuevas determinantes de nuestra conducta» (Rubinstein, 1979, 330); de aquí que considere el proceso de aprendizaje como un proceso desarrollador para la conducta, pues a partir de la adquisición de nuevos significados el sujeto ganará para cada objeto o fenómeno un nuevo sentido que definirá la posterior relación con los mismos; así, los objetos del conocimiento aparecerán no sólo como objetos del conocimiento, sino, además, como impulsores de la conducta.
En sintonía con estas ideas, Petrovski enfatiza el carácter histórico de la conducta: «La conducta del hombre se caracteriza por su capacidad de abstraerse de una situación concreta dada y anticipar las consecuencias que pueden surgir en relación con esta situación» (Petrovski, 1982, 68). Subyacentes a estos planteamientos que hoy pueden observarse como verdades de Perogrullo, puede entreverse un aspecto esencial para la comprensión de la conducta: la dualidad que en ella se manifiesta, en tanto no constituye sólo una expresión fenoménica sino que también contiene lo psíquico; es un proceso profundamente mediatizado que en su multideterminación también actúa como autodeterminante.
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2. El conocimiento y La ciencia
1. CONOCIMIENTO Y CIENCIA
Definición del conocimiento
El conocimiento es una capacidad humana y no una propiedad de un objeto como pueda ser un libro. Su transmisión implica un proceso intelectual de enseñanza y aprendizaje. Transmitir una información es fácil, mucho más que transmitir conocimiento. Esto implica que cuando hablamos de gestionar conocimiento, queremos decir que ayudamos a personas a realizar esa actividad.
Definición de la ciencia
Ciencia es un proceso de investigación metódico y la descripción de los resultados y métodos de investigación con la finalidad de proveer conocimiento de una materia. A través de manera metódica y controlada, se alcanzan nuevos conocimientos, que se consideran válidos mientras no sean refutados. Lo que implica que la ciencia no produce verdad incuestionable, sino que su producto puede ser contrastado y refutado en cualquier momento.
Evolución del conocimiento
¿El ser humano es un estadio erróneo de la evolución, unidimensional y por tanto inevitablemente destinado a fracasar?
Construyendo un amplio puente entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias humanísticas, entre la biología de la evolución y la historia, Jost Herbig describe una de las fases de cambio más exitosas de la historia de la humanidad: la transición del pensamiento mítico al pensamiento racional y el surgimiento de la moderna comprensión del hombre y su entorno. La ciencia y la técnica de nuestro tiempo y especialmente también la democracia moderna se basa en las ideas y conceptos creados en aquella época.
Evolución de la ciencia
Aunque los mitos no tienen necesariamente que ser falsos, a menudo se les asigna esa connotación. Aquí se utiliza el término en su sentido clásico: como sinónimo de " leyenda", " fábula" , " ficción" , no en el más reciente, que lo deja reducido a un sinónimo innecesario de " famoso".
La Ciencia, con mayúscula, siempre se ha dirigido (al menos en teoría) al descubrimiento de la verdad. Puede parecer, pues, sorprendente que se afirme que existen mitos en la Ciencia, pero el hombre tiene una capacidad inagotable para crearlos y aferrarse a ellos. Aunque, si vamos a ser estrictos, las ideas a las que hace referencia este artículo no son propiamente mitos científicos, sino que han surgido en otras disciplinas situadas en su periferia, como la Historia o la Filosofía de la Ciencia.
Estructura del conocimiento
Revisar, reconstruir y diseñar las peculiaridades anotadas por Kant y por Tomás de Aquino sobre el acto de conocer.
Construir, delimitar y delinear la noción de método y concepto.
Compilar, discriminar y diseñar las nociones de ley y teoría anotando sus peculiaridades y funciones
Caracterizar, elaborar y localizar los alcances del razonamiento deductivo e inductivo
La distinción entre sensibilidad y espíritu puede realizarse exclusivamente en el plano de la trascendentalita, el cual es inaccesible a la teoría empírica; por lo que ahí fácilmente pueden darse ahí algunos malentendidos peligrosos, por ejemplo: cuando se habla de la inteligencia de ratas, perros, delfines y de la inteligencia del hombre poniendo en el mismo saco; o cuando se pretende establecer que la inteligencia, el aprender y el rememorar no se distingue por principio en el hombre, sino sólo gradualmente en las facultades " correspondientes" a los animales; o cuando la diferencia entre sensibilidad y espíritu (en el animal y el hombre) se difumina en matices accesorios.
Estructura de la ciencia
La ciencia moderna está basada en tres elementos distintos, que aparecieron en tiempos muy diferentes durante la evolución de nuestra sociedad. Estos tres elementos pueden identificarse de varias maneras, pero una de las más claras es presentándolos como tres renuncias sucesivas a sendas posturas filosóficas que en sus épocas se juzgaron inexpugnables. Tales renuncias pueden caracterizarse de la manera siguiente: 1) renuncia a las explicaciones sobrenaturales de los fenómenos propios de la naturaleza; 2) renuncia a la búsqueda de respuesta a las grandes preguntas, como por ejemplo, ¿de qué está formado el Universo?, o ¿cuál es el destino del hombre?; 3) renuncia al intento de contestar cualquier pregunta (grande o pequeña) sobre la naturaleza por medio del uso exclusivo de la razón.
Mas información https://ue.aprendiendomas.com.bo/pluginfile.php/36/mod_book/chapter/82/conocimiento%20y%20ciencia.pdf2.1. Ciencia y Conocimiento
2.2. Psicología como ciencia
3. Las ciencias y sus métodos de investigación
Ciencia y método científico
La ciencia es un conjunto de conocimientos obtenidos mediante la
observación y el razonamiento, y de los que se deducen principios y leyes
generales. En su sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento en
cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización del
proceso experimental verificable (Mario Bunge)
Una dura advertencia surgió de un importante foro científico anual (al que
asistieron unos 8000 científicos de 50 países) celebrado en Vancouver (Canadá):
el mundo debe volver a aceptar la ciencia o podría ser demasiado tarde para
salvar al planeta Tierra. La ciencia está "asediada", señalaron los
altos académicos reunidos en el foro anual de la Asociación Americana
para el Avance de la Ciencia (AAAS) en Vancouver, al tiempo que
instaron a los científicos a comunicar mejor su trabajo al público.
Las soluciones científicas son necesarias para resolver las crisis globales que
padecemos -desde la escasez de alimentos y agua hasta la destrucción del medio
ambiente- "pero el público ya no entiende la ciencia", dijo el
experto en cambio climático y científico de la NASA James Hansen. "Tenemos
que planificar el futuro, teniendo en cuenta el riesgo del cambio climático con
9000 a 10000 millones de personas", dijo Hans Rosling, un experto sueco en
salud pública famoso por su lucha contra la ignorancia científica con pegadizos
vídeos de YouTube. Dijo que es ingenuo pensar que la humanidad puede retroceder
históricamente, mientras señalaba gráficos mostrando cómo las poblaciones
humanas cambiaron con la tecnología y cómo sin la ciencia la mayoría de los
niños morirían. "Me enojo cuando oigo a la gente decir: 'En la selva la
gente vive en equilibrio ecológico'. No lo hacen. Mueren en
equilibrio ecológico", aseveró.
Por otra parte la ciencia goza de tan buena fama que otros campos de
conocimiento intentan hacerse pasar por ciencia. Y no es en referencia tan sólo
a las pseudociencias, que aparecen por todas partes en busca de reconocimiento
y de las que hay mucho que hablar, sino a las supuestas "ciencias" de
todo tipo que proliferan últimamente. En esta Universidad, hay varios grados
que se denominan ciencias pero que no tienen nada que ver con lo que se enseña
en una Facultad de Ciencias. Como por ejemplo: Ciencias Económicas, Ciencias
Políticas, Ciencias del Trabajo, Ciencias de la Educación, e incluso Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte.
3.1. Metodología de investigación.Método científico y tipos de investigación(1/2).
3.2. Metodología de investigación.Método científico y tipos de investigación(2/2).
4. Psicología como ciencias experimentales
Psicología experimental.
Psicología que utiliza la observación y la experimentación para extraer las leyes de los procesos mentales y de la conducta. En la medida en que el uso del método experimental garantiza una práctica científica, la parte más científica de la psicología se identifica precisamente con la psicología experimental.
Historia
El surgimiento de la ciencia moderna hace que la Psicología, a partir del siglo XIX, al igual que otras disciplinas, comience a interesarse en el estudio de los fenómenos observables; convirtiéndose de esta manera en una ciencia empírica.
Posteriormente, cuando estas observaciones se comienzan a realizar en forma rigurosa y controlada, con instrumentos especializados de medición, se transforma en experimental.
La Psicología experimental surge en Alemania y es desarrollada por Wilhelm Wundt (1832-1920), psicólogo y filósofo alemán, profesor de fisiología en la universidad de Heidelberg, quien funda el primer laboratorio de psicología en Leipzig, en 1870.
La progresiva tendencia de la ciencia en esa época hacia la experimentación provocó el surgimiento de diversas escuelas que trataron de observar el grado de relación entre lo psicológico y lo biológico.
Los movimientos más importantes que participaron en esta orientación fueron; la escuela rusa iniciada por Pavlov y Bechterev, interesada principalmente en la neurofisiología; el conductismo o behaviorismo norteamericano de Watson, en Estados Unidos y el funcionalismo que intentó demostrar las leyes biológicas que determinan la conducta.
Ivan Pavlov (1840-1936), fue un fisiólogo ruso que se hizo famoso por sus experimentos con animales y por el concepto de reflejo condicionado. Su trabajo sobre las secreciones digestivas le permitió ganar en 1904 el Premio Nóbel. En su experimento clásico, observó que un perro hambriento, adiestrado para asociar el sonido de una campana con la comida, salivaba al oírlo incluso sin alimento. A partir de estas investigaciones trató de aplicar estas leyes a la psicología humana. Su capacidad para reducir una situación compleja a un experimento sencillo y sus estudios pioneros que relacionaban el comportamiento humano con el sistema nervioso, sentaron las bases para el análisis científico de la conducta.
Características
La Psicología experimental se ha desarrollado fundamentalmente en el seno de tres enfoques o paradigmas: el mentalista en la psicología de Wundt, el conductista (que llegó a considerar a la psicología como una parte de la ciencia natural), y el cognitivo. Los temas más tratados y en los que más éxito tiene esta disciplina se refieren a la dimensión cognoscitiva del psiquismo (sensación, percepción, atención, memoria, pensamiento, lenguaje) y al aprendizaje.
Es habitual señalar a W. Wundt como el fundador de este enfoque al crear el primer laboratorio de Psicología experimental en Leipzig en 1876. La expresión "psicología experimental" se utiliza también para designar una parte de la psicología de W. Wundt: este psicólogo consideró que los estados mentales más sencillos como la sensación, percepción, actos del sentimiento y actos de la voluntad podían ser estudiados con los métodos experimentales que hasta entonces se utilizaban solo en fisiología; la introspección controlada con los registros fisiológicos y el experimento -pensó- permitiría la creación de una psicología que él llamó experimental o individual.
Conductismo
El conductismo o behaviorismo, de John B. Watson fue una escuela psicológica que ejerció una influencia dominante en la Psicología norteamericana entre la primera y la segunda guerra mundial.
En su forma clásica se interesó exclusivamente en la evidencia objetiva de la conducta, es decir, las respuestas medibles frente a estímulos, excluyendo las ideas, emociones y la experiencia mental interna.
Surgió en la década de 1920, a partir del trabajo realizado por John B. Watson, basado en los experimentos de Iván Pavlov, en Rusia; desarrollándose posteriormente por Clark L. Hull y B. F. Skinner.
A partir de los trabajos realizados por Edward Chase Tolman, el conductismo estricto fue complementado y reemplazado por otras teorías que admitían otras variables que consideraban también importantes como los estados mentales y las diferencias en la percepción.
Funcionalismo
Otro movimiento importante fue el funcionalismo, que intentó demostrar las leyes biológicas que determinan la conducta. El funcionalismo, que se originó en los Estados Unidos a fines del siglo XIX, propuso que para entender la adaptación del hombre al medio ambiente hay que considerar a la totalidad del organismo y también el espacio a su alrededor.
Los funcionalistas como William James, George Herbert Mead y John Dewey, como reacción a la escuela estructuralista de Edward Bradford Titchener, que contribuyó a fundar la psicología experimental en los Estados Unidos y que también participó como principal impulsor de la psicología estructural; señalaron la importancia del conocimiento racional y empírico por sobre la filosofía experimental del ensayo-error, criticando los modelos iniciales del conductismo. Tiene importancia especial para la Psicología aplicada, la psicometría, ciencia que estudia la elaboración de los instrumentos de medición que se utilizan para evaluar las funciones psicológicas que pueden ser medidas, como los tests psicométricos y el análisis factorial.
4.1. Wundt, El Padre de la Psicologia
5. Métodos propios de la psicología
MÉTODOS Y TÉCNICAS DE LA
PSICOLOGÍA
La reunión de datos: los métodos de la psicología.
La reunión de datos puede hacerse utilizando métodos
filosóficos, clínicos, experimentales y correlaciónales. Estos dos últimos son
los de mayor rigor científico.
I. Los métodos filosóficos
1.° La introspección. El objetivo de la psicología, en tanto
estuvo en manos de filósofos, fue el estudio de los fenómenos en la conciencia
y, el método adecuado para ello fue la autoobservación o introspección,
mediante la cual se recogían datos y luego, especulando sobre ellos, se
construían sistemas o teorías.
El método de la introspección es criticable por las
siguientes razones:
a) Peligro de subjetividad. Es muy difícil hacer puras
autoobservaciones, ya que fácilmente se propende al autoenjuiciamiento,
incurriendo con ello en el riesgo de engañarse a sí mismo y a los demás. Es
requisito indispensable, para que un conocimiento sea valido, que sea objetivo.
Y la introspección nunca ha aportado pruebas de su validez.
b) Acción perturbadora de la atención. Resulta muy difícil
averiguar como se están realizando unos procesos psíquicos a la vez que se
dirige la atención sobre ellos. La vivencia que se este produciendo puede
quedar perturbada o modificada, y deja de ser espontánea y natural. Los
psicólogos de la escuela de Wurzburgo sugieren otra forma de compensar la
acción perturbadora de la atención sobre los fenómenos psíquicos, aconsejando
la actuación”retrospectiva”, es decir, operando sobre el recuerdo de las
vivencias y no sobre la vivencia en sí misma.
c) Pobreza de nuestro lenguaje. Se ha objetado que el
lenguaje resulta demasiado pobre para poder expresar los procesos que se dan en
nuestra experiencia interior. Esta objeción sería también aplicable a los
restantes métodos psicológicos, puesto que la mayoría expresan sus resultados
en lenguaje verbal.
d) Limitación. La introspección permite estudiar sólo un
limitado campo de la vida psíquica: el propio interior. La psicología actual ha
demostrado que no es hacia este sector hacia donde debe recaer el acento de la
investigación, sino que, importan más las manifestaciones exteriores. Por esta
razón la introspección ha ido perdiendo valor.
2. ° La fenomenología. Consiste en el análisis cualitativo de
las experiencias psíquicas. Tiene que realizar se de forma simple, despejándose
de toda clase de juicios previos y de cualquier tendencia a la valoración. Este
método es completamente opuesto a la ciencia, pues se limita ala descripción y
comprensión de los estados de conciencia.
II. Los métodos clínicos.
El origen de estos métodos es médico. Sirven para poner en
evidencia datos muy útiles para planear hipótesis a partir de ellos.
Se utilizan para el examen de un caso individual y llegar a
sus conclusiones diagnosticas. También establece comparaciones de los datos
recogidos con otros procedentes de observaciones anteriores. Podemos
clasificarlos en: métodos históricos, métodos de observación y psicoanálisis.
1. ° Métodos históricos. Son principalmente los dos
siguientes:
a) Estudio biográfico. Se denomina “historia clínica” y se
lleva acabo mediante entrevistas al propio sujeto o con personas relacionadas
con él. Esta técnica es imprescindible para la comprensión de un caso concreto.
b) Estudio de documentos. Consiste en evaluar el contenido y
los aspectos formales de los productos de los sujetos: cartas, trabajos
escolares, obras literarias o pictóricas, diarios, etc.
2. ° Observación. Puede ser esporádica o continua.
La observación continua se realiza cuando el sujeto está
hospitalizado, y es un método para estudiar casos con profundidad.
Cuando las observaciones se controlan rigurosamente y se
introducen influencias para ver el efecto que determinan, entramos ya en el
terreno de la experimentación.
3. ° psicoanálisis. Este método, elaborado por Freud, postula
que es imposible conocer las motivaciones del comportamiento humano sin poner
previamente en claro los procesos inconscientes. Freud propuso el método de las
“asociaciones libres”, consistente en invitar al paciente a que deje fluir sus
pensamientos y diga todo lo que pase por su mente. así las asociaciones se
modifican por la acción del inconsciente y el observador podrá, descender hasta
los fenómenos inconscientes que las originan. La búsqueda de los contenidos
inconscientes puede realizarse también mediante el análisis de los sueños y los
actos fallidos del sujeto.
III. Los métodos experimentales.
Son los que pueden planearse mejor y los que pueden facilitar
datos más precisos. Solamente haciendo experimentos es posible hacer
observaciones controladas, hacer cuantificaciones precisas y contrastar
hipótesis.
Para realizar un experimento es necesario planearlo aclarando
todos aquellos factores que puedan influir en la cuestión a investigar y la
misión del experimentador será realizar el experimento controlando todos estos
factores o variables, excepto una, aquella cuya influencia se desee conocer.
Sin embargo, la experimentación tiene algunos inconvenientes.
Estos inconvenientes son los siguientes:
1. ° Problemas de orden ético. Hay consideraciones de origen
ético, que limitan la experimentación y, el estudio de ciertas funciones
vitales y emocionales no se puede realizar. El método, sin embargo, es
perfectamente aplicable en otras áreas de la personalidad y puede utilizarse la
psicología animal, trasladando luego las conclusiones al plano humano.
2. ° Complejidad de ciertos problemas psíquicos. Muchos
conceptos psicológicos complejos no pueden ser representados en un plano
operacional mediante una sola variable, sino que, necesita de un conjunto de
variables.
3. ° No permite la comprensión individual. El método
experimental sacrifica el conocimiento del individuo al de la ciencia en
general. La psicología experimental no pretende conocer a un individuo, sino
pretende descubrir leyes generales sobre los múltiples aspectos del comportamiento
que puedan luego utilizarse en cada caso particular.
4. ° Artificialismo analítico. Algunos clínicos y psicólogos
han criticado el método experimental por descomponer al ser humano, perdiendo
de vista su totalidad. Sin embargo, hoy día hay numeroso trabajos
experimentales que, han enfocado sus estudios desde un punto de vista “molar”.
A pesar de las criticas, el método experimental no ha cesado
de desarrollarse y cada ves se utiliza con más profusión.
IV. Los métodos correlacionales
1. ° La psicometría. Se basa en el empleo de tests. El
comportamiento que mediante el test se desencadena se evalúa, poniéndolo en
relación con unas normas o patrones de referencia.
Los tests pueden servir para calcular la inteligencia o la
personalidad. Pueden utilizarse para estudiar individuos aislados, y se obtiene
así datos métricos mediante los cuales se puede hacer un diagnostico. Los tests
pueden utilizarse también como medios de investigación psicológica.
La moderna psicología evolutiva debe gran parte de los
criterios y conocimientos de que hoy dispone a los datos que le ha brindado la
psicometría.
2. ° El análisis factorial. Consiste en el análisis
algebraico de una serie de correlaciones, por lo que es aplicable al estudio de
cualquier clase de datos susceptibles de ser expresados numéricamente.
El análisis factorial permite, abordar conjuntamente las
variaciones de variables independientes y dependientes. Existen diversas
técnicas factoriales:
La técnica “R” consiste en analizar las correlaciones de las
variables obtenidas midiendo aspectos del comportamiento de un grupo de
personas.
La técnica “Q” consiste en correlacionar personas en ves de
variables. Método adecuado para la construcción de tipologías que se refieren a
las variables medidas.
La técnica “P” consiste en medir una serie de variables en
una sola persona y repetir estas medidas un número suficiente de veces hasta
obtener una serie de datos correlacionables.
La técnica “O” es útil en el campo de la psicología social.
5.1. Métodos de investigación en psicología
6. Los métodos introspectivos y extrospectivos
Método La introspeción
Método de extrospección
7. El método experimental y el conductismo
Los métodos de que se vale el conductismo son totalmente objetivos; es decir, en ellos no queda ni rastro de introspección. Sin embargo, estos métodos no son tan nuevos como podría pensarse, pues, en el fondo, han sido tomados de la biología, fisiología y psicología experimental. Debemos recordar aquí lo que se ha dicho, que Watson ha hecho sólo una psicología animal y que sus métodos son, en lo capital, procedimientos de ésta. No hay en Watson una exposición sistemática de aquéllos; por lo tanto, aquí nos apoyamos en sus indicaciones y en nuestras conjeturas. Son los siguientes:
1.º La observación objetiva, ya en forma directa (sin aparatos), ya en forma instrumental, y así superior. La observación debe combinarse siempre con una estadística de los casos observados. En la psicología animal tenemos la primera forma cuando observamos al animal en su vida salvaje, libre (en el campo); la segunda, cuando lo observamos en condiciones que sólo la cautividad puede ofrecer (aislado). Ambos procedimientos se complementan.
2.º Experimento, en el que podemos distinguir los procedimientos siguientes:
A) Procedimiento del aprendizaje. Se hace aprender al animal una reacción mediantejaulas que hay que abrir con mecanismos más o menos complicados; o mediante laberintosque hay que saber recorrer (claro, construidos en forma de cajas). Aunque Watson no los cita, habría procedimientos análogos aplicables al hombre.
B) Procedimientos que se basan en la conducta determinada por la organización del animal. Así, por ejemplo, se investiga qué conducta siguen los animales con respecto a la luz coloreada, y de aquí se concluye la organización del aparato visual del animal.
C) Procedimiento de los reflejos condicionados por el hábito o la emoción. Este método, como ya se dijo, ha sido tomado del fisiólogo Paulov que, como es sabido, estudió las secreciones gástricas del perro bajo determinadas condiciones psíquicas. El reflejo condicionado, en su variación, nos dará noticia objetiva; por lo tanto, según Watson, exacta, de muchas cosas que hasta ahora son sólo datos de conciencia en el hombre. Veamos este procedimiento aplicado a la psicología animal. Los umbrales diferenciales de altura del sonido pueden determinarse en el perro mediante la secreción salivaI. Para esto no es necesario más que tener un dispositivo para recoger la saliva segregada y acostumbrar al animal a que el alimento se le da cuando suena un silbato de una determinada altura. Ahora bien; siempre que oiga dicho silbato, el perro, así habituado, segregará saliva, aunque el alimento no aparezca. Variemos ahora el sonido haciendo un poco mayor la altura. ¿Qué pasará? Si el perro confunde este sonido con el primero, segregará saliva; si no lo confunde, no lo hará. De esta manera podemos determinar el número de vibraciones necesarias para que el perro no segregue ya saliva; es decir, determinaremos el umbral diferencial auditivo de altura en el perro. Claro que este método es aplicable al hombre, por ejemplo, en el dominio de la emoción.
D) En el hombre se presenta aún el método de la respuesta verbal o reacción verbal. Sirvan de ejemplo los tests verbales usados en la psiquiatría. La reacción es también aquí fisiológica, pues el pensar mismo (como se ha dicho antes) se reduce para Watson a movimientos de la laringe.
E) Por último, los diferentes tests o pruebas mentales usados en la psicología, pero entendidos en un sentido objetivista.
Debemos pasar ahora a la crítica del conductismo. En ella es preciso considerar qué es lo insostenible y qué es lo válido en él. En cuanto a la crítica negativa, haremos ver sucesivamente: cómo el conductismo supone la psicología tradicional, cómo no da razón de los procesos de conciencia y cómo parte del supuesto inseguro de que la conciencia no es un factor de la conducta de los seres animales.
Que el conductismo no se libra de la introspección y de la psicología tradicional, lo muestra el hecho de que habla de pensamiento, emoción y, en general, de estados mentales, y los proyecta en la periferia en forma de estados fisiológicos. Esto supone realmente una psicología introspectiva y una psicofisiología, porque para ello es preciso saber: 1.º, que existen dichos estados; 2.º, que se hallan en relación con determinados procesos fisiológicos. De otro modo no se hablaría más que de movimientos, contracciones, etc., y la psicología habría totalmente desaparecido. Si hay psicología en el conductismo es porque en él existe una introspección tácita.
En cuanto al segundo punto, hay que poner de relieve que, aun cuando la conducta como sistema de reacciones fisiológicas estuviera totalmente estudiada, nos quedaría todavía el problema del aspecto interno de ésta, de la conciencia, del espíritu, que directa e inmediatamente conocemos. El conductismo no podrá jamás suplantar, como dice acertadamente Titchener, a la psicología tradicional introspectiva. En todo caso, ambos estudios se completarán.
Por último, el conductismo supone que toda la conducta de los seres vivos puede interpretarse fisiológicamente, entendiendo por esto mecánicamente, y que la «imagen», a la inversa de lo que pensaba William James, no debe considerarse un factor de aquélla. No es dicha posición peculiar al conductismo; la hallamos también en todos los pensadores que intentan explicar la vida de los seres vivos como el funcionamiento de un mecanismo; en los mecanicistas, para quienes todo ha de reducirse en la biología a procesos físicos y químicos condicionados por la organización de los seres vivos. Jacques Loeb, el más ilustre representante actual de esta teoría, procediendo así, considera a los seres vivos como «máquinas químicas esencialmente de naturaleza coloidal» (20). Para los mecanicistas el ideal sería, pues, reducir todos los movimientos del ser vivo a reflejos, y éstos a movimientos simples inexplicables física y químicamente a los llamados tropismos; ideal, es cierto, ya que no ha sido realizado y está muy lejos de serio (21). Sin embargo, ante los datos irrecusables de la experiencia, se encuentra esta teoría con dificultades. Para obviarlas es preciso hacer modificaciones. Por una parte, los movimientos de los animales más simples exigen para ser explicados, aun dentro del mecanismo, conceptos que tienen su origen en la psicología, como los de sensibilidad diferencial y asociación de sensaciones, bajo el último de los cuales se reúnen las funciones psíquicas inferiores. Por otra, la conducta de los animales superiores, de los vertebrados, no parece fácilmente reductible a reflejos y a las cadenas de reflejos que constituyen los instintos, que son lo único que poseen los animales invertebrados. Los vertebrados, por el contrario, dotados de un cerebro análogo al del hombre, gozarían de una inteligencia sólo diferente en grado de la del último. Ahora bien; lo esencial es aquí lo que puede concebirse como una máquina, o pretende poder concebirse mecánicamente; lo otro, lo psíquico, quedará relegado a un lado como un residuo accesorio. Por esto, a pesar de todas las anteriores e importantes concesiones, se tiende a considerar dicho aspecto psíquico de la vida como el conductismo lo hacía, a la manera epifenomenista, como un añadido, como algo que en nada explica la conducta, como un mero acompañante de ésta, como su sombra. Y, sin embargo, cuando nos referimos a los animales superiores, es la tesis chocante. Por ejemplo: si el perro no sintiese dolor al quemarse, si fuese una mera máquina ¿huiría del fuego? Según la tesis que hemos expuesto habría que responder que sí. Pero para ser entonces consecuentes deberemos negar también que la vida mental de nuestros semejantes es un factor de su conducta, pues las mismas razones (analogía y epistemología, a base de nuestra interpretación instintiva) que nos llevan a suponer esto, son las que nos hacen pensar que en los animales sucede lo mismo. Ahora bien; si admitimos que los animales superiores tienen una vida psíquica que interviene en su conducta, la analogía gradual en la escala de los seres vivos (analogía justificada) nos llevará a concedérsela en diferente grado y extensión a todos, animales y plantas, y aun a entrever su posibilidad más allá de ellos, en la materia. Por lo demás, sería muy poco probable que el hombre fuese un ser único en el universo y que la conciencia, el espíritu como factor, surgiese en él de pronto, sin precursores ni compañeros. Analogía y probabilidad, a lo que se unen razones epistemológicas, nos llevan a dudar, pues, de la tesis mecanicista-epifenomenista-conductista.
Pero, además: ¿es exacto que la vida, biológicamente considerada, pueda reducirse a mecánica? Éste fue, es cierto, el ideal de la ciencia del Renacimiento tal como se presenta a modo de programa en Descartes. Mas hay que hacer notar que hoy comenzamos a apartarnos de dicho ideal teórico. Efectivamente, como ya se indicó en el capítulo V, en la actual biología se opone, a la concepción mecanicista, la vitalista. Debemos considerar brevemente ahora este neovitalismo. En su forma más simple se reduce a mostrar que en la vida hay mucho irreductible a la mecánica y que, por lo tanto, en aquélla debe existir algo más que mecanismo. Para otros más audaces (Bechterew, M. Rignano) sería éste algo más, una energía vital; término vago y que en la experiencia científica no parece admisible. Por último, para Hans Driesch se trata de un factor no espacial y director según fin. Así, la actividad de los seres vivos resultaría irreductible totalmente al mecanismo. El punto de vista de Driesch merece párrafo aparte.
7.1. Conductismo