5. Tenencia responsable de animales domésticos

Tenencia responsable de animales domésticos

Todas las personas tienen el derecho de poseer un animal de compañía y beneficiarse con los efectos mascota positivos que produce esta compañía, pero este derecho está fuertemente ligado a la responsabilidad de esa relación.

Adquirir un animal como mascota significa en primera instancia asumir el compromiso de disponer de bastante tiempo para brindarle y algo de dinero para cubrir sus gastos de mantenimiento. Además, los animales necesitan cariño y ser respetados como seres vivos.

Algunas personas se confunden y creen que sus mascotas (sobre todo si son perros de raza grande), son como niños que crecen, maduran y se vuelven responsables de sus actos en su estado adulto. Obviamente esto no es así, y se debe tener conciencia que las mascotas, dependen en todos los aspectos y durante toda su vida de su propietario.

 Podemos definir la Tenencia Responsable (TR) como la suma de deberes y obligaciones que debe cumplir el propietario de mascotas.

Estos deberes y obligaciones están orientados hacia dos grandes áreas de la relación con su mascota:

1-   El Bienestar Animal.

2-   La Responsabilidad de los actos del animal

El tenedor responsable debe ser una persona que se preocupa por informarse sobre las necesidades de su mascota y trata de cubrirlas. También es una persona que además de querer a su mascota, es respetuoso de los derechos de los demás y trata de generar una buena convivencia entre todos y con el medio ambiente.

Las faltas a las obligaciones de la TR, pueden generar acciones judiciales en contra del propietario irresponsable.

Responsabilidad dentro del área de Bienestar Animal

 En esta área, el propietario debe tratar de cumplir con las siguientes necesidades de su mascota:


1- Proveer un medio ambiente adecuado, esto significa un lugar para vivir acorde a sus necesidades, a su tamaño y actividad física, además del espacio vital se debe tener en cuenta los lugares donde desarrollará sus necesidades básicas como comer, beber, dormir y hacer sus eliminaciones. También hay que tener en cuenta que no se debe tener animales atados permanentemente, ni enjaulados o en habitaciones donde las inclemencias climáticas pueden afectar la salud psicofísica del animal.

 2- Proveer una alimentación adecuada a la especie, raza, edad, estado de salud, etc. En los últimos años se han desarrollado una enorme cantidad de productos alimenticios que prácticamente ha personalizado la alimentación de nuestras mascotas. Tenemos en el mercado alimentos para perros de razas pequeñas, medianas y grandes, y para felinos; hay para gatos de pelo largo, de apetito caprichoso, excedidos de peso, etc. además de los clásicos por rango de edades. Por último, existen una gran cantidad de alimentos específicos para animales enfermos.

 3-   Proveer la atención de la salud necesaria tanto en el aspecto preventivo como curativo en las distintas etapas de la vida. Esto significa en primer instancia: mantener a la mascota en condiciones normales de aseo y cumplir con los planes sanitarios indicados por el Médico Veterinario, por ejemplo los análisis de materia fecal, para control de parásitos, los planes de vacunación y los controles de salud básicos en las distintas etapas de la vida, a través de análisis de sangre, orina, materia fecal, etc. Hay que tener en cuenta que la vacuna antirrábica es de aplicación obligatoria anual y por toda la vida, por la Ley nacional de profilaxis contra la Rabia.

Por otro lado, si el animal sufre cualquier tipo de enfermedad, se le debe brindar la atención médica necesaria como consultas y estudios complementarios para llegar al diagnóstico y los tratamientos correspondientes. Por último, en ningún momento se debe medicar sin consultar con el Médico Veterinario.

 4-   Proveer los niveles mínimos de contención y afecto, siendo totalmente incompatibles el mal trato, los abusos, la crueldad y el abandono. Parecería ilógico que alguien tuviese una mascota para producirle daño, pero hay que tener en cuenta que situaciones de mal trato o crueldad hacia animales, generalmente representan comportamientos anormales de alguno de sus propietarios y en muchos casos pueden encubrir situaciones de violencia familiar.

Responsabilidad dentro del área de los actos del animal

En esta área se engloba toda la problemática que la mascota puede causar a otras personas, animales o medio ambiente. En este caso debemos considerar nuevamente que la mascota no es responsable de ninguno de sus actos. El propietario deberá poner todo el esfuerzo para educar a su mascota y controlarlo permanentemente. Hay que tener en cuenta que muchos de estos problemas pueden ser llevados a la justicia por los damnificados.


En este aspecto el propietario es responsable de:

1-   Cualquier tipo de agresión que produzca su mascota a personas u otros animales. Las agresiones a personas pueden producir tanto daños físicos y síquicos y dentro de los físicos pueden ser desde simples o pequeñas heridas hasta la muerte (de igual forma para otros animales). Además de las heridas hay que considerar la posibilidad de transmisión de enfermedades, los gastos por lucro cesante laboral y el gasto médico y de medicamentos del lesionado. Esta es sin duda uno de los mayores problemas de esta área.

2-   Producción de accidentes a terceros por ejemplo accidentes de tránsito con autos, motos, bicicletas, etc. En este caso generalmente el accidente lo produce el animal que está suelto en la calle, ya sea que esté abandonado, o que salga a pasear con su dueño pero suelto (sin collar y correa), o que se lo deje salir solo a la calle.

3-   Contaminación del medio ambiente, esto se produce principalmente por la contaminación con deyecciones de espacios públicos (calles, parques) y privados (jardines, clubes, etc.) y puede ocurrir por animales ajenos como propios. Esta contaminación de pisos permeables (tierra, arena, etc) puede producir la transmisión de zoonosis vehiculizadas por la materia fecal principalmente. También puede haber contaminación auditiva o sonora en los animales que vocalizan (ladran o maúllan) continuamente.

4-   Daños a la propiedad privada, por invasión de animales vagabundos o que salen solos a la calle, en busca de alimentos, destrucción de jardines, de bolsas de basura (proliferación de insectos y roedores), etc.

5-   Evitar el Abandono y el vagabundeo: El abandono de animales es una de las acciones más crueles que se puede efectuar en contra de ellos y también es un acto terrible de desprecio por la vida que puede ser muy nocivo para la educación de los niños de la familia. El animal abandonado está sentenciado a una muerte lenta producida por enfermedades, accidentes, hambre y más crueldad. Además son un foco potencial de adquisición y diseminación de enfermedades como la Rabia, Sarna, Sida Felino, etc. para otros animales y para el hombre. Tampoco se debe permitir que la mascota salga a pasear sola, o que pueda escaparse por cualquier motivo (miedo, estado de celo, pirotecnia, etc.). El vagabundeo es como un abandono parcial donde la mascota puede sufrir todos los percances de los abandonados permanentes.

6-   Evitar reproducción indiscriminada, que favorece el abandono. La reproducción indeseada produce el aumento de individuos que o se sacrifican en el momento de nacer o van a engrosar las filas de los abandonados, por lo tanto es imprescindible tomar las medidas adecuadas para impedir la reproducción de todo animal que no forme parte de un criadero.

7-   Cumplir con las normativas oficiales, como vacunaciones obligatorias, registro de animales domésticos, identificación (microchip), etc. Como vimos antes, en el territorio argentino es obligatoria la vacunación anual contra la Rabia y esta vacunación debe ser acompañada por un certificado oficial. Se debe cumplir también con todas las normas de higiene urbana, recogiendo la materia fecal de lugares públicos, paseando al animal siempre con collar y correa, o delegando esta tarea a paseadores profesionales que estén debidamente autorizados por las autoridades oficiales.