USO SUSTENTABLE DE LOS RECURSOS DE LA MADRE TIERRA
3. Uso indiscriminado de plaguicidas y sus consecuencias
Los plaguicidas y sus efectos sobre el medio ambiente
Los plaguicidas, además de matar a las plagas, pueden producir daños en las personas, los animales domésticos y la vida silvestre. A continuación analizamos que son los plaguicidas y las consecuencias de su uso en el medio ambiente.
Los plaguicidas y el medio ambiente
Los plaguicidas son compuestos que se utilizan para prevenir, mitigar, repeler o controlar alguna plaga de origen animal o vegetal. Se aplican durante la producción, el almacenamiento, el transporte, la distribución y la elaboración de productos agrícolas y sus derivados.
La principal fuente de contaminación del ambiente por el uso de plaguicidas es el residuo que resulta de su aplicación. Aunque su aplicacion se restinja a zonas determinadas, su dispersion es universal. Se han encontrado restos de plagicidas incluso en locaciones tan remotas como la Antártida.
El factor más importante que influye sobre la persistencia de un compuesto es la naturaleza química del mismo. Estas propiedades son: solubilidad en agua, volatilidad, estabilidad química y biológica.
Los insecticidas organoclorados resisten la degradación química y bacteriana debido a su estructura química . Cuando son liberados permanecen inalterados por largo tiempo en el ambiente. Como son sustancias poco solubles en agua se evaporan pasando al aire o uniéndose a las partículas del suelo, como vapor o polvo.
Pueden ser transportados grandes distancias y nuevamente ser depositados a través de lluvias sobre la tierra o aguas superficiales.
Estas sustancias tienden a ser absorbidas por pequeños organismos llamados plancton desde las aguas superficiales, entrando de esta manera en los niveles más bajos de la cadena alimentaria. Como los animales superiores y los peces comen a estos pequeños animales los contaminantes pasan a lo más alto de la cadena trófica.
El último eslabón de la misma puede ser el hombre cuando se alimenta de peces contaminados. Como estas sustancias se acumulan en las grasas de un organismo su concentración va aumentando en cada etapa de la cadena. El aumento de la concentración del contaminante en los tejidos animales en cada etapa de la cadena se lo conoce como biomagnificación.
“Conociendo los efectos adversos de los plaguicidas podremos cuidar nuestra salud y la del ambiente”
Insecticidas, herbicidas, fungicidas y muchos otros plaguicidas se aplican intensamente en muchos países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, lo cual provoca la contaminación del agua, aire, suelo y alimentos con compuestos que pueden llegar a afectar al ser humano y a muchas formas de vida silvestre.
Los plaguicidas son utilizados para controlar o eliminar plagas y/o enfermedades en actividades agropecuarias, de salud pública y domésticas. Si bien en nuestro país el mayor uso de plaguicidas se concentra en el área agrícola, también existe un porcentaje importante de uso en campañas de Salud Pública para controlar a vectores transmisores de enfermedades como la malaria, chagas y el dengue.
El uso irracional de estos químicos puede ocasionar serios daños a la salud y al medio ambiente, envenenando a los seres humanos y contaminando el entorno en el que vivimos. En el área agrícola la contaminación ambiental por plaguicidas se produce cuando éstos se utilizan en mayor cantidad de la que pueden absorber los cultivos generando además residuos de plaguicidas en los alimentos, por otro lado también se produce cuando los residuos de estos tóxicos son arrastrados por el agua o el viento antes de que puedan ser absorbidos, o también cuando se arrojan envases de plaguicidas a fuentes de agua o al terreno.
En la salud humana pueden producir envenenamientos o intoxicaciones de dos tipos. La intoxicación crónica es aquella que se presenta después de días, meses o incluso años de haber estado en contacto con plaguicidas, los síntomas pueden ser: esterilidad, malformaciones en los niños, daños a los pulmones, lesiones de hígado, disminución de la fertilidad, cataratas y hasta cáncer. El otro tipo de envenenamiento responde al nombre de intoxicación aguda, la cual se da a las pocas horas de haber estado en contacto con plaguicidas, los síntomas pueden ser: dolor de cabeza, mareos, vómitos, dolor de estómago, irritación de la piel, diarrea, dificultad para respirar, cansancio, desmayo e incluso la muerte.
La muerte de once personas en un depósito de plaguicidas en la comunidad de Japo K’asa del municipio de San Lucas (Chuquisaca) acontecida hace meses atrás, se debió a una intoxicación aguda por plaguicidas cuyo nombre comercial es: Nurelle, Karate y Agrozeb; también se encontró un fertilizante denominado Tricel. Esta información fue obtenida del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS Nacional) a través de la emisión de las Fichas de Registro Clínico Epidemiológico de Intoxicaciones Agudas por Plaguicidas. El uso de estas fichas son el resultado de un proceso de capacitación al personal de salud del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica iniciado el 2006 junto al SNIS Nacional, con este hecho lamentable hemos podido corroborar que el uso de estas fichas está funcionando. A través de estas fichas se está trabajando para contar con un registro epidemiológico veraz que maneje información que ayude a tomar decisiones a cerca de problemas en el ámbito de la salud.
La personas fallecidas en Japo K’asa en su mayoría eran adultos mayores (6 personas), tres de ellas tenían entre 30 y 40 años y también murieron dos niños de 11 y 13 años. Si bien estos son acontecimientos aislados esto no les resta importancia, se debe trabajar en forma coordinada con todas las instancias competentes en este asunto para generar acciones que eviten que más personas mueran por desconocer los riesgos de estar en contacto con estos químicos.
La solución al dengue no son los plaguicidas
El uso de plaguicidas se ha incrementado considerablemente a lo largo de los últimos años, alcanzando tasas de crecimiento del 4 al 5,4 por ciento en algunas regiones. Sin embargo hace una década atrás se apreció una disminución considerable del uso de plaguicidas en países como Francia, Alemania, Dinamarca, Holanda y el Reino Unido, en contraste, el uso de plaguicidas continúa aumentando en la mayoría de los países en vías de desarrollo.
Actualmente nuestro país se encuentra en alerta llevando a cabo una Campaña de Salud Pública contra el dengue que ya ha infectado a más de 11.000 personas principalmente del sector oriental y ha cobrado hasta el momento 7 vidas. A estas alturas se ha llegado a pensar que los plaguicidas son la única opción para el control de esta epidemia, cuando sólo son una medida curativa a este problema que se hubiera podido evitar siguiendo medidas preventivas. En en las zonas problema de nuestro país se está realizando un uso indiscriminado de plaguicidas pertenecientes al grupo químico denominado “Piretroide” sin tomar en cuenta las consecuencias que puede generar esto tanto en la población expuesta como en el mismo aplicador (rociador).
Las actividades de control de vectores no se pueden reducir sólo a la aplicación de agentes químicos, existen también otras alternativas para prevenir el brote de estas enfermedades y evitar que éstas se conviertan en epidemias, pero sólo son posibles mediante una cultura preventiva de la población. Las imágenes emitidas por varios medios de comunicación muestran que las fumigaciones en las zonas infectadas son masivas y los técnicos que realizan las mismas a veces no cuentan con el equipo, ni la ropa de protección adecuados para esta tarea, lo cual pone en riesgo su salud y también la de la población que vive en las residencias fumigadas.
Si se hubieran tenido hábitos de limpieza para la eliminación oportuna de los criaderos de estos mosquitos mediante el drenado de fuentes de agua estancada, el desecho de plásticos, llantas y otros que también acumulan agua y permiten el desarrollo de las larvas, la situación no hubiera salido de control.
El gobierno ha destinado varios millones de bolivianos para controlar el dengue, sólo queda esperar para ver si las acciones tomadas fueron las más indicadas para parar la peor epidemia que el país vivió en los últimos veinte años.