LITERATURA

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Curso: 1° - Comunicación y Lenguajes: Lengua Castellana
Libro: LITERATURA
Impreso por: Invitado
Fecha: miércoles, 15 de enero de 2025, 15:51

1. La novela como género literario

La novela como género literario. Características

La palabra 
novela deriva del italiano novella: 'noticia' y también 'relato corto' (novella procede del latín novellus, forma derivada de novus: 'nuevo'. En español el uso del vocablo en su sentido actual no se generalizó hasta el siglo XIX).
La novela (subgénero del "género narrativo") es una narración extensa en prosa, que cuenta una historia más o menos ficticia sobre unos personajes en un marco espacio-temporal concreto.

Frente al cuento y al relato corto (
Los girasoles ciegos está formado por cuatro relatos interrelacionados), la novela se caracteriza por su mayor extensión, lo que permite al autor profundizar en la caracterización de los personajes y de los ambientes, e incluir numerosos diálogos (como ocurre, por ejemplo, en El árbol de la ciencia, de Pío Baroja).

La prosa es la forma preferida de la novela. Esta prosa se carga en algunas ocasiones de elementos poéticos, como es el caso de las 
Sonatas, de Valle-Inclán o de La lluvia amarilla, de Julio Llamazares. Y, a veces, pueden aparecer textos de diversa naturaleza que enriquecen o dan mayor verosimilitud a la historia: relatos secundarios, cartas, actas, informes, documentos judiciales, etc. (v.g. La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza). Porque lo que importa en una novela no es la verdad, sino la verosimilitud, es decir, que lo que se cuenta tenga "apariencia de verdad" (la Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, está narrada como si fuera la crónica de un periodista, pero es una "crónica fabulada", es decir, una maravillosa novela).

Decía Baroja que la novela es un saco donde cabe todo. Y la novela actual parece darle la razón, pues presenta personajes de todo tipo, técnicas narrativas en constante experimentación y una gran variedad de temas. De acuerdo precisamente con el tema principal, las novelas se clasifican en picarescas, sentimentales, de caballerías, de aventuras, históricas, policíacas, de ciencia ficción, de terror... Actualmente, es el subgénero literario más importante: por el número de lectores, de editoriales y de premios.

Los elementos propios de la narración son los siguientes:

1.- La acción

Llamamos acción a los acontecimientos que se narran en la novela y que, organizados por el autor, forman la trama de la obra. Pueden suceder varias acciones a la vez, las primarias y las secundarias, que se entretejen entre sí para formar el cuerpo de la novela.

La estructura externa de la obra dependerá de cómo queden organizados los acontecimientos:

-Estructura lineal: sigue el orden cronológico de los hechos, que se organizan en tres partes: presentación, nudo y desenlace. Esta es la estructura habitual de la novela decimonónica.

-Estructura no lineal: sigue un orden diferente al anterior, como por ejemplo el llamado "in medias res" (en medio de los hechos), donde la narración comienza en cualquier momento del nudo, luego pasa al principio de la historia, vuelve al sitio donde empezó y acaba con el desenlace; o bien sigue un orden inverso, comenzando la narración por el desenlace de la historia.

Los autores también disponen de varias estrategias para la finalización de la trama:

- Final cerrado: con él el narrador nos dice que no hay nada más que contar. La acción se da por concluida y resuelta.

- Final abierto: la historia acaba en un punto medio, sin que el conflicto quede resuelto. Así se deja al lector la posibilidad de decidir lo que pueda pasar y también la puerta abierta para una segunda parte.

 2.- El narrador

El narrador es la voz que cuenta la historia. Básicamente hay dos tipos de narrador:

-Narrador interno: Cuenta la historia desde dentro, en primera persona, bien porque es el protagonista (Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia), bien porque es personaje secundario y testigo de los hechos narrados (Ángela Carballino en San Manuel Bueno, mártir). En ambos casos transmite una percepción parcial y subjetiva, pero también cercana de los acontecimientos.

Una variante del narrador en primera persona es el narrador en segunda persona. Este narrador se dirige a un tú que es su propia conciencia y hace que el lector se sienta aludido, como buscando su complicidad. No es un procedimiento narrativo habitual (v.g. Aura, del mexicano Carlos Fuentes).

-Narrador externo: Cuenta la historia desde fuera, en tercera persona. Si el narrador conoce todos los aspectos de los personajes, incluso sus pensamientos más íntimos, y además introduce sus propios juicios de valor, recibe el nombre de narrador omnisciente (como el narrador del relato tercero de Los girasoles ciegos). Pero si narra exclusivamente lo que ve, sin emitir juicios de valor ni adentrarse en el mundo interior de los personajes, se llama narrador objetivo (como el de El Jarama, de Sánchez Ferlosio).

Y hablamos de narrador múltiple cuando dos o más narradores (internos o externos) se refieren a los mismos hechos, contándolos desde puntos de vista distintos e interpretándolos de modo diferente. Este perspectivismo narrativo sirve para enriquecer la historia, ya que aporta distintas visiones de los acontecimientos. Es una técnica característica de algunas novelas de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI (p.e. Rosaura a las diez, del argentino Marco Denevi, o el cuarto relato de Los girasoles ciegos).

En ocasiones, la narración se sitúa dentro de otra narración (así ocurre en los cuentos de El conde Lucanor). Por ello, recibe el nombre de narración enmarcada.

Otras veces, el narrador finge no haber creado la historia, sino haberla encontrado escrita en algún lugar, por lo que su papel es el de un simple editor o traductor. Este recurso ya lo empleó Cervantes y es el caso del segundo relato de Los girasoles ciegos.

Aunque el narrador suele reflejar las ideas del autor de la obra, no necesariamente tiene que coincidir con él. Del mismo modo, el receptor del texto no es siempre el lector. Hay novelas que presentan un receptor interno, llamado narratario, al que el narrador se dirige. No obstante, toda novela transmite un mensaje, que va desde el autor hasta los lectores.

 3.- Los personajes

Los personajes son los seres de ficción sobre los que gira la narración.

Según el peso de la acción que soportan, distinguimos entre personajes principales o protagonistas y personajes secundarios. Los personajes secundarios acompañan a los protagonistas, dialogan con ellos y son necesarios, aunque suelen ser personajes sencillos y no están tan bien caracterizados como el protagonista. El personaje que se opone al protagonista, recibe el nombre de antagonista ('el que se enfrenta al primero').

En función de su complejidad, suele distinguirse entre personajes redondos(profundos, complejos, bien caracterizados, evolucionan a lo largo de la novela...) y personajes planos (someramente descritos, no experimentan cambios significativos a lo largo de la narración).

Cuando los personajes no encarnan a un individuo concreto, sino a un modelo determinado de comportamiento: el avaro, el solterón, la bella dama, el caballero andante..., reciben el nombre de arquetipos. Y aquellos que se convierten en modelos de comportamiento por los rasgos con que han sido creados (como don Quijote, don Juan o Celestina), se llaman personajes simbólicos.

También hay obras de protagonista colectivo, en las que participan muchos personajes sin que ninguno destaque sobre los demás; así sucede, por ejemplo, en La colmena, de Camilo J. Cela.

Al proceso de creación de los personajes se le llama caracterización. Esta puede ser directa, cuando el autor mismo nos informa sobre el modo de ser del personaje, e indirecta, si el autor deja que la personalidad del personaje se vaya haciendo a lo largo de la obra. La caracterización de los personajes puede ser física (prosopografía), psicológica (etopeya) o mixta (retrato). Y, para introducir su pensamiento y sus palabras, puede emplear varios procedimientos: estilo directo, indirecto, indirecto libre, monólogo interior, etc.

 4.- El espacio

Es el lugar donde se desarrolla la acción. El autor o los mismos personajes describen los espacios de manera objetiva o subjetiva. Los hay abiertos y cerrados, rurales y urbanos, reales y ficticios, fantásticos, misteriosos, etc. Son fundamentales para dar verosimilitud a la historia, contextualizar a los personajes y crear ambientes. La mayoría de los espacios de El árbol de la ciencia, por ejemplo, son reales, pues reflejan lugares perfectamente conocidos por Baroja (como el Instituto de San Isidro). También los hay abiertos (el paseo de Rosales) y cerrados (el rincón de Andrés), rurales (Alcolea) y urbanos (Madrid).

 5.- El tiempo

El concepto de tiempo puede entenderse como tiempo externo o histórico (es decir, la época en que transcurre la novela: medieval, contemporánea, etc.), o como tiempo interno (o sea, la duración de la acción: un día, varios meses, muchos años, etc.). El tiempo externo puede coincidir o no con la época del autor. Así, El árbol de la ciencia se publica en 1911 y la acción se desarrolla aproximadamente entre 1887 y 1898, esto es, el tiempo de la novela es el mismo que el de su autor; Los girasoles ciegos lleva fecha de 2004 y las acciones tienen lugar entre 1939 y 1942; y El manuscrito carmesí, de Antonio Gala, se sitúa en la Granada de Boabdil, por poner tres ejemplos distintos.

El desarrollo argumental de una narración suele evolucionar a través del tiempo. Este tiempo de la novela no tiene por qué presentarse de manera lineal u ordenada, sino que puede ser alterado libremente por el autor con una finalidad estilística, argumental o estructural. Esta técnica, consistente en alterar el orden lógico de la narración, se llama temporalización anacrónica y cuenta con dos recursos:

-Retrospección o analepsis (flash-back): es un salto hacia atrás en el tiempo de la historia.

-Anticipación o prolepsis (flash-forward): el autor adelanta acciones que aún no se han producido en el relato primario de la novela; es decir, es un salto hacia delante.

Finalmente, si nos fijamos en el ritmo de la narración, podremos observar que este no siempre es continuo, sino que se ve alterado por pausas descriptivas (en las que la historia no avanza; v.g. se analiza minuciosamente un hecho mínimo), por resúmenes narrativos (la acción avanza rápidamente y varios años transcurren en pocas páginas) y por elipsis u omisiones de parte de la historia (a la que el autor no quiere dar mayor trascendencia).


2. Lecturas: “El otro gallo” de Jorge Suarez

En El otro gallo Jorge Suárez compagina una narración, un narrador/personaje y sus interlocutores. Los últimos participan, según la relación, de las historias. Bajo las mediaciones de algunos elementos y lugares como “la Cabaña” de Benicia, dueña de este lugar de relatos épicos; “el Culipí”, la bebida de trance entre los parroquianos de la Cabaña; “el cine Victoria” parte de la metamorfosis in situ del simple Luis Padilla Sibauti al Bandido de la Sierra Negra y; finalmente, las propias historias fantásticas del “Bandido de la Sierra Negra” o Luis Padilla Sibauti. El pasaje de las historias se articula en un lugar destinado a ese fin “la Cabaña” de Benicia. Pues bien, ese trance místico tiene carácter iniciador de las tertulias entre los parroquianos y –la dueña— Benicia. ¿Quiénes son los personajes? Además del Bandido de la Sierra Negra y Benicia, también “don Carmelo” –terrateniente cruceño, de reputación cuestionada por la relación con “la Palmareña”, su amante—y “el profesor Saucedo” –el escéptico— con predicamento intelectual.


Sin embargo, a partir de las mismas historias, la narrativa se extiende a otros personajes. Por ejemplo, “la madre del Bandido” –Dora Sibauti— una vendedora de gelatina de patas en el Mercado; la hija del profesor Saucedo que fisgonea las tertulias, por la frecuencia de su padre en dicho local y; por último, se rememora la historia de Don Blas Padilla Riquelme, el gran Bandido –padre del Bandido héroe bandolero de la región.

En los pasajes de esta novela las significaciones del relato son muy distantes de la realidad cotidiana. Son anécdotas que –contadas de forma épica? adquieren verdad, por la participación de la otra parte, los interlocutores del personaje principal. Por tanto, no es un monólogo que describe la realidad, tal cual es, si bien, puede ser un soliloquio mental del Bandido, para articular la dicción de su relato. Lo verdadero de este relato es su compromiso justiciero en contra de los abusos y arbitrariedades de los carabineros. El estatus del héroe del pueblo está presente en la memoria colectiva, como de un prófugo aventurero. La metamorfosis del Bandido, entre la realidad y la fantasía, es dada en las proximidades del cine Victoria a partir de los modelos del héroe rebelde: Sandokán, Búfalo Bill, Chaplin, Jorge Negrete, Pancho Villa, los mariachis y el rey de Prusia, que los tenía fijados porque era cinéfilo. Al final los relatos estaban a punto de morir con la realidad. Es decir, si la muerte de Bandido hubiera sido cierta, también la fantasía del relato hubiera muerto. Pero, solamente fue una ensoñación que el Bandido experimentó con la historia de su padre.

¿Qué es El otro gallo? “(Es) un universo de palabras, una ficción, una ilusión. […] hay un todo un desarrollo intertextual –la 'intriga’ del relato- que, al complicar las oposiciones básicas –'realidad’/'ficción’, digamos' motiva fuertemente una tal extrapolación” (Antezana, 2011: 338). Mientras exista una propuesta del lenguaje, todo esto, es posible. La posibilidad refleja un cambio en la propia vida de los parroquianos. Los interlocutores y el Bandido se inician en las tertulias por medio de un verdadero ritual. Lo demás, como dice Suárez, lo pone el culipí. El saludo entre desconocidos fue “un acto de tradición” inmemorial de la región (cf. Suárez, 2010: 22) hasta que llegó la modernidad.

Las historias del Bandido de Sierra Negra se dan entre las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado. Además, existe una influencia de la época del oro del cine mexicano en el imaginario del Bandido. Creo que la realidad de las tragedias personales no es la única formada en nuestros imaginarios. Sin imaginación la verdad se da como un hecho aislado. Hay que ilusionarse con las cosas del mundo, desde otro punto de vista. Para quien pueda ver lo que otros no. Por ello, Jorge Suárez en su El otro gallo condiciona la vida de “la Cabaña”, para la supervivencia de la fantasía, “porque una historia está hecha de quien la dice y quien la escucha” (2010: 82).

Antezana, Luis H. (2011). “Érase una vez El otro gallo”. En: Ensayos escogidos 1976-2010. La Paz: Plural

Súarez, Jorge (2010). El otro gallo. La Paz: Plural/Herederos de Jorge Suárez

 Jorge Suárez en el Diccionario Cultural Boliviano


(La Paz, Bolivia, 1931 – Sucre, Bolivia, 1998).- Poeta, novelista, cuentista y periodista. Tras actuar como diplomático en Argentina y México, se avocó de lleno a la literatura y el periodismo al dirigir ‘Jornada’ (1971) en La Paz, ‘El País’ (1976) de Santa Cruz y ‘El Correo del Sur’ (1998) de Sucre. En los años 80’ dirigió el Taller de Cuento Nuevo en la ciudad de Santa Cruz. Su novela El otro gallo (1991) ha sido seleccionada como una de las 15 novelas fundamentales por parte del Ministerio de Culturas de Bolivia.

Rubén Vargas Portugal, en 1998 a poco del fallecimiento del escritor, destacó la obra del autor: "Es sin duda en la narrativa donde Suárez alcanzó dominio absoluto de sus facultades.

A su intuición para las tramas -en las que casi siempre hay un gesto de humor o ironía- se suma el dominio del ritmo, sin duda ejercitado en su poesía, para lograr una prosa llena de musicalidad".


3. Lectura: “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad

Joseph Conrad escribió esta novela basada en su experiencia en el Congo. Este clásico habla de la lucha del hombre contra los elementos naturales, si bien ha servido y sirve para criticar la amarga historia de un pueblo sometido a los excesos y privilegios de la colonización. 
El corazón de las tinieblas, publicado en 1902, trasciende la circunstancia histórica y social para convertirse en una exploración de las raíces de lo humano, esas catacumbas del ser donde anida una vocación de irracionalidad destructiva que el progreso y la civilización consiguen atenuar pero nunca erradicar del todo.

Quizá la mejor introducción a El corazón de las tinieblas sea el escueto comentario que el propio Conrad hizo tras su viaje al Congo en 1890: Antes del Congo yo era un solo un simple animal. Aquel viaje que sin duda representó para él un descenso a los infiernos, es el que nos cuenta por boca de Marlow, su alter ego, con un relato estremecedor en el que las fueras elementales de la Naturaleza hallan su contrapartida en las fuerzas oscuras y primitivas que actúan en el interior del hombre.
En este relato, de una rara y subyugadora perfección estilística, Conrad parece que alcanza su objetivo como escritor: nos hace oír, sentir y ver por medio del poder de la palabra escrita.
El corazón de las tinieblas es una de las historias más conocidas de Conrad, y en ella se basaría Francis Ford Coppola para filmar Apocalypse Now.

El autor

Nacido como Józep Teodor Konrad Korzeniowski, en Berdyczów (antigua Polonia, hoy Ucrania), Joseph Conrad fue un escritor atípico. Desarrolló su talento a una edad bastante tardía y escribió toda su producción literaria en inglés, lengua que aprendió leyendo a Shakespeare.

Huérfano desde los 12 años, Conrad abandonó los estudios para marcharse a Marsella, donde se enroló como marinero. Sólo se sabe que viajó por el Caribe, trabajó como traficante de armas y estuvo a punto de suicidarse por amor. Poco más.


Con el fin de escapar del servicio militar obligatorio, emigró a Inglaterra, donde continuó su labor como marinero en los años del apogeo del Imperio colonial inglés. Como tal acabo nacionalizándose, lo que le permitió alcanzar el rango de capitán de la marina mercante británica. Todas esas horas a bordo de barcos, las relaciones que sostuvo y las cosas que vio forman el pensamiento de Joseph Conrad, el cual se traslada a sus obras: Lord Jim, Nostromo, Con la soga al cuello, etc. Una filosofía que explota como pocas la vulnerabilidad moral del ser humano y en la que, bajo un profundo pesimismo, observamos la cruel lucha existente entre el individuo y el mundo que le rodea.

Se trata de un escritor al que cuesta clasificar, quizá por esa mezcla de realismo y romanticismo que desarrolló, o bien porque escribió su obra en un idioma distinto de su lengua natal, lo que le dio un uso singular del inglés. Considerado como uno de los principales escritores premodernistas, se entretejen en sus libros temas recurrentes como la soledad, el mar, la aventura y el vacío ético del ser humano.

Autor de reconocido éxito, se relacionó en vida con figuras de la talla de Bertrand Russell, H. G. Wells, Henry James o Rudyard Kipling. A su afición al juego, que le causó graves problemas económicos, hubo que sumar sus continuas caídas en la depresión, y al final de su vida, su mala salud. Moriría de un ataque al corazón el 3 de agosto de 1924 en Bishopbourne, Inglaterra, poco después de rechazar el título nobiliario que la corona le ofreció.

Hoy, el cuerpo de Conrad reposa en el cementerio de Canterbury, donde su lápida reza:

“El sueño tras el esfuerzo, tras la tempestad el puerto, el reposo tras la guerra y la muerte tras la vida, harto complacen”


Libro "El corazón de las tinieblas" Fuente: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/CorazonTinieblas_Conrad.pdf

4. *Análisis del texto con el esquema de Greimas

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