EL SISTEMA INMUNITARIO COMO MECANISMO DE DEFENSA CONTRA LAS ENFERMEDADES
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Curso: | 6°- Ciencias Naturales: Biología – Geografía |
Libro: | EL SISTEMA INMUNITARIO COMO MECANISMO DE DEFENSA CONTRA LAS ENFERMEDADES |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | viernes, 31 de enero de 2025, 00:03 |
Tabla de Contenidos
- 1. Tipos y componentes de la respuesta inmunitaria.
- 2. Alteraciones del sistema inmunitario: Inmunodeficiencia, hipersensibilidad y autoinmunidad
- 3. Inmunoterapia
- 4. Importancia de las vacunas y enfermedades que previenen
- 5. Esquema de vacunación vigente
- 6. Donación de sangre y trasplante de otros tejidos y órganos
1. Tipos y componentes de la respuesta inmunitaria.
Los seres vivos son el hábitat ideal en el que pueden crecer otros organismos. Por lo tanto, no es sorprendente que los animales estén sujetos a infecciones por virus, bacterias, protistas, hongos y parásitos. Los vertebrados desarrollaron varios mecanismos que les permiten reconocer y destruir estos agentes infecciosos. Como resultado, dichos organismos son capaces de desarrollar inmunidad contra los patógenos invasores. Ésta deriva de las actividades combinadas de muchas células diferentes, algunas de las cuales vigilan el cuerpo mientras que otras se concentran en órganos linfoides, como la médula ósea, el timo, el bazo y los ganglios linfáticos. En conjunto, estas células dispersas y órganos discretos forman el sistema inmunitario del cuerpo.
El sistema inmunitario de humanos incluye órganos linfoides como el timo, la médula ósea, el bazo, los ganglios linfáticos y células dispersas concentradas en placas en el interior del intestino delgado, el apéndice y las amígdalas. A menudo se han descrito al timo y a la médula ósea como el sistema inmunitario central por su participación fundamental en la diferenciación de los linfocitos.
Las células del sistema inmunitario participan en un tipo de detección molecular mediante el cual reconocen macromoléculas “ajenas”, es decir, aquellas cuya estructura es diferente a la de las macromoléculas normales del cuerpo. Si se identifica material extraño, el sistema inmunitario establece un ataque específico y concertado contra éste. Las armas del sistema inmunitario comprenden: (1) células que destruyen o ingieren a otras células infectadas o afectadas y (2) proteínas solubles que neutralizan, inmovilizan, aglutinan o destruyen patógenos. A su vez, los patógenos desarrollan de manera constante mecanismos para evitar la destrucción inmunitaria. El hecho de que los seres humanos sufran diversas enfermedades infecciosas crónicas (como el sida [causado por un virus], la tuberculosis [causada por una bacteria] y el paludismo [causado por un protozoario]) ilustra que el sistema inmunitario no siempre tiene éxito para combatir estos patógenos microscópicos. Dicho sistema también participa en la lucha del cuerpo contra el cáncer, pero el grado en el que puede reconocer y matar a las células cancerosas aún es motivo de controversia; en algunos casos puede establecer una respuesta inapropiada que ataca a los propios tejidos del cuerpo. Como se explica en la sección “Perspectiva humana” de la página 724, estos incidentes pueden precipitar una enfermedad grave.
Componentes estructurales de la respuesta inmunológica
Los componentes estructurales de la respuesta inmunológica se dividen en dos tipos: primarios y secundarios. Los primeros producen y diferencian linfocitos, mientras que los segundos captan y procesan los antígenos.
Componentes estructurales primarios
El timo
El timo es un órgano glandular linfoide primario y especializado perteneciente al sistema inmunológico. Dentro de la glándula timo maduran las células (o linfocitos) T. Las células T son imprescindibles para el sistema inmune adaptativo, mediante el cual el cuerpo se adapta específicamente a los invasores externos.
El timo se encuentra en dos lóbulos detrás del esternón. Así, se trata de un órgano sensible a los glucocorticoides y su función es educar a los linfocitos T (hacerles madurar).
La médula ósea
Se trata de un tipo de tejido que se encuentra en el interior de los huesos largos, esternón, costillas, vertebras, huesos del cráneo, pelvis y también en la cintura escapular. Está formada por islotes de células hematopoyéticas. Así, este órgano se encarga de la diferenciación de las células inmunes, especialmente de los linfocitos B.
Componentes estructurales secundarios
El bazo
El bazo es un órgano que forma parte del sistema linfático. Se encuentra situado en la parte superior izquierda del abdomen y se encarga de:
- Filtrar el torrente sanguíneo.
- Retirar eritrocritos envejecidos.
- Capturar antígenos de la sangre.
Los nódulos linfáticos
Los ganglios linfáticos (o nódulos linfáticos) son órganos del sistema inmunitario, con forma de pequeñas bolas circulares, distribuidos por todo el cuerpo y unidos mediante los vasos linfáticos. Se encargan de filtrar partículas extrañas. Así, presentan gran importancia en el correcto funcionamiento del sistema inmune.
Las amígdalas
Se trata de dos órganos que ocupan la transición de las cavidades nasal y oral. Su crecimiento depende de la edad y es máximo en la niñez, disminuyendo después.
Cuando sufren una infección, se agrandan.
Placas de Peyer
Se localizan en la pared intestinal. Así, se trata de cúmulos de tejido linfático que recubren interiormente las paredes del intestino delgado, los cuales son células sensibilizadas y especializadas en identificar los antígenos asociados a los alimentos.
Órganos no linfáticos
A parte de los ya mencionados, otros componentes no linfáticos, los anticuerpos o inmunoglobulinas, también forman parte de los componentes estructurales de la respuesta inmunológica. Estos se encuentran en:
- Las secreciones de los tractos gastrointestinal y respiratorio.
- En las glándulas salivares.
- Conductos lacrimales.
- Las glándulas mamarias.
- Las mucosas.
Componentes celulares de la respuesta inmunológica
Los componentes celulares de la respuesta inmunológica son en un 54% plasma. El plasma es la parte de la sangre que es acelular: se obtiene al dejar a la sangre desprovista de células como los glóbulos rojos y los glóbulos blancos. Además, están las células plasmáticas que ocupan un 46% de la respuesta inmunológica. Estas son los eritrocitos y los leucocitos.
Dentro de los leucocitos podemos encontrar:
- Granulocitos. Que se clasifican en:
- Neutrófilos: Actúan en la inflamación. Son más frecuentes en la sangre humana.
- Eosinófilos: Actúan contra los parásitos.
- Basófilos: Se activan contra las alergias.
- Monocitos o macrófagos.
- Linfocitos. Asimismo, en este grupo podemos distinguir a los linfocitos B y los linfocitos T. Además, los linfocitos NK se activan cuando se da una respuesta inespecífica.
Los linfocitos
Los linfocitos B y los linfocitos T median en la respuesta inmune específica. Mientras, los linfocitos NK (Natural Killer en inglés) se activan con la respuesta inespecífica. A continuación te contamos de qué se ocupa cada tipo:
Linfocitos T
Los precursores de los linfocitos T se forman en la médula ósea. Después, emigran al timo y ahí se «educan«. Así, se dividen en varios tipos:
- Linfocitos T helper (colaboradores). Son aquellos que inician la respuesta inmunológica. Además, aumentan la efectividad de fagocitación de los macrófagos. También se encargan de la proliferación y diferenciación de los linfocitos T y B.
- Linfocitos T citotóxicos. Se ocupan de destruir células infectadas por virus y tumorales.
- Linfocitos T supresores. Terminan con la R inmune.
Linfocitos B
La función de este tipo de linfocitos es la de producir anticuerpos (inmunoglobulinas). Las inmunoglobulinas son unas glicoproteínas que se diferencian en su estructura y función en IgM, IgD, IgG, IgA e IgE. Así, tienen las siguientes funciones:
- IgM. Se encargan de la respuesta inmune primaria.
- IgD. Se encuentran en la superficie de las células B.
- IgG. Respuesta inmune secundaria. Son capaces de atravesar la placenta.
- IgA. Se dan en mucosas y saliva. También pueden verse en la leche materna.
- IgE. Se activan ante reacciones alérgicas.
El papel de las inmunoglobulinas se centra en:
- Evitar la unión de los antígenos con las células.
- Recubrir y aglutinar los antígenos.
- Favorecer la fagocitosis por macrófagos y neutrófilos.
- Iniciar la inflamación y movilización de macrófagos.
- Además, colaboran con el sistema del complemento que destruye el antígeno (orificios en pared celular).
Así, hemos podido observar que la respuesta inmunológica es compleja. Dependiendo de la amenaza identificada, se inician unas células u otras, y se activan unas partes u otras del sistema inmune. Es así como el sistema inmunitario nos protege ante los diferentes antígenos que nos invaden a diario.
1.1. Qué es la respuesta inmune y tipos
2. Alteraciones del sistema inmunitario: Inmunodeficiencia, hipersensibilidad y autoinmunidad
Alteraciones del sistema inmunitario
Acabarnos de estudiar de forma muy superficial cómo es y en parte cómo funciona el sistema inmunitario encargado tanto de eliminar nuestras células dañadas o envejecidas como de evitar las múltiples agresiones de bacterias y virus que procedentes del exterior tienden a perturbar nuestro organismo interno. El complejísimo sistema inmunitario, al igual que el nervioso, no se encuentra localizado en una zona determinada de nuestro organismo, sino que se extiende de forma difusa por todo nuestro cuerpo. La multicidad de componentes que intervienen y cooperan en la producción de respuestas inmunitarias nos da una idea de la gran sensibilidad y enorme eficacia de este sistema. En realidad es asombroso que un individuo a lo largo de su vida mantenga un equilibrio entre las agresiones continuas que sufre y las defensas que desarrolla. Sin embargo, si este sistema sufre alteraciones y en él se producen fallos, las consecuencias pueden afectar al individuo dentro de una amplia gama de posibilidades que van desde formas tan leves como es el caso de determinadas alergias, fiebre del heno, asma, urticaria, etc., a las más graves que acaban con la vida de una persona en un corto período de tiempo, tal es el caso de algunas hipersensibilidades como la que produce la enfermedad conocida como Lupus eritematoso o inmunodeficiencias como el SIDA.
1. Hipersensibilidad (Alergia).
La hipersensibilidad es la producción de una respuesta inmune inadecuada y exagerada ante un Ag, causando daños a los propios tejidos. Para que se origine se necesita de un contacto previo con el Ag que la provoca, no presentándose en el primer contacto pues requiere una sensibilización.
Las sustancias que las provocan son por lo general inofensivas, como alimentos, medicinas, metales, polvo, polen…
Según sus mecanismos, Coombs y Gell las clasificaron en 4 tipos. Los tres primeros dependen únicamente de la reacción Ag-Ac y se manifiestan rápidamente, en minutos u horas, hipersensibilidad inmediata, y recibe también el nombre de hipersensibilidad humoral. El cuarto aparece con más lentitud, a partir de tres días, por estar mediado por células, hipersensibilidad retardada, también llamada hipersensibilidad celular.
- Tipo I, Conocida también como reacción alérgica o alergia, el desarrollo de esta hipersensibilidad es muy rápido, pues se produce entre los 10 y 20 minutos tras la exposición al antígeno, que en este caso se denomina alergeno.
Entre los alergenos más comunes se encuentran los siguientes:
- Veneno de abejas (concretamente, la fosfolipasa A).
- Proteínas de las células de polen.
- Esporas de mohos.
- Heces de ácaros presentes en el polvo.
- Pelo de animales.
- Algunos medicamentos (como la penicilina).
- Ciertos alimentos (mariscos, cacahuetes).
La reacción alérgica se desarrolla de este modo: la primeraexposición al alergeno provoca un estímulo de los linfocitos TH que, a su vez, inducen la activación de los linfocitos B. Éstos fabrican inmunoglobulinas IgE, que se unen por su zona constante a los leucocitos basófilos y a los mastocitos (células fijas localizadas cerca de los capilares sanguíneos), fijándose a la superficie externa de su membrana. Se dice entonces que se ha producido la sensibilización , la cual depende de la producción de IgE. La causa última de la sensibilización al alergeno no se conoce. Parece ser, aunque aún no se ha demostrado, que la formación de las IgE depende, al menos en parte, de la información genética del individuo. También se ha atribuido a una deficiencia de los linfocitos Ts encargados de evitar una actuación excesiva del sistema inmunitario.
Una vez producida la sensibilización y tras una nueva exposición al alergeno, éste se une a las IgE fijadas previamente a los mastocitos y basófilos, lo cual provoca su desgranulación, que consiste en la secreción de sustancias que se encuentran en el citoplasma celular. Para que se produzca la desgranulación es preciso que el alergeno se una, al menos, a dos moléculas de IgE. Las sustancias expulsadas son mediadores de la inflamación (histamina, prostaglandinas y leucotrienos). Los síntomas y manifestaciones del proceso alérgico se derivan de la acción de estas sustancias, que pueden desencadenar reacciones locales (inflamación cutánea con enrojecimiento, hinchazón y picor o aumento de la secreción nasal y lacrimal) o reacciones generalizadas (contracción de los músculos de bronquios y bronquiolos, que genera dificultades respiratorias, asma o bien una importante vasodilatación general). En este último caso se puede producir la muerte por asfixia o por un descenso acusado de la presión sanguínea (shock anafiláctico)
El tratamiento de los procesos alérgicos se basa en la administración de antihistamínicos, para neutralizar la acción de la histamina, y de otros medicamentos, para aumentar la presión sanguínea y dilatar los bronquios. La solución ideal, sin embargo, consiste en desensibilizar al individuo mediante técnicas de inmunoterapia. Para ello se realizan pruebas cutáneas con el fin de identificar el alergeno responsable. Una vez detectado, se administra en dosis crecientes hasta conseguir la desensibilización. Al parecer, con este método se forman anticuerpos bloqueantes IgG que al unirse al alergeno impiden que éste se una a las IgE. También puede estar implicada la producción de linfocitos TS que provocan una disminución de la síntesis de IgE.
Esquema del desarrollo de una reacción alérgica
- Tipo II o citotóxica dependiente de Ac. En este caso el Ac producido, del tipo IgG o IgM, se dirige contra las propias células, o contra Ag extraños como fármacos o eritrocitos de transfusión. Las células son lisadas por células asesinas NK, por el complemento o por fagocitosis, pues estos Ag actúan como opsoninas
Esquema de acción de una hipersensibilidad de tipo II
- Tipo III , mediada por inmunocomplejos. En ella la reacción Ag-Ac forma unos complejos, que en vez de ser eliminados normalmente, se depositan. Estos depósitos activan el complemento y atraen a los polimorfonucleares y a las plaquetas, que lesionan las membranas de las zonas en que se acumulan, produciendo trastornos vasculares e inflamatorios (artritis).
Esquema de acción de hipersensibilidad tipo III
- Tipo IV,mediada por células o retardada. Los linfocitos TH se sensibilizan a un Ag mediante un contacto previo. Tras un nuevo contacto con el mismo antígeno los linfocitos TD liberan linfocinas que inducen reacciones inflamatorias, activan y atraen a los macrófagos que liberan nuevos mediadores de la inflamación. También estimulan la producción de linfocitos Tc, que lesionan a los macrófagos y otras células que portan el Ag en superficie. En este grupo tenemos la alergia de contacto en la que el Ag puede ser el caucho, cromo, o metales unidos a proteínas cutáneas (relojes, bisutería…) y la prueba de la tuberculina (Ag proteico del bacilo de la tuberculosis). En las personas que hayan tenido contacto con la bacteria, ya sea por estar infectado o vacunado, tras la inoculación subcutánea del Ag, se produce fiebre, malestar y tumefacción en la zona afectada.
Esquema de acción de una hipersensibilidad de tipo IV
La reacción granulomatosa es un proceso muy grave de hipersensibilidad retardada, que produce daños importantes en los tejidos internos como consecuencia de la formación de nódulos en los que existe una inflamación continua con presencia de macrófagos y monocitos. Las lesiones titulares que caracterizan a la tuberculosis y la lepra se deben a reacciones granulomatosas.
2. Autoinmunidad.
Como el repertorio de anticuerpos (Ac), de linfocitos B y T, se genera al azar, se pueden incluir en él respuestas específicas contra los propios componentes corporales. El organismo tiene mecanismos para evitar esta autorreactividad (reactividad ante lo propio), pero estos mecanismos complejos pueden fallar, originándose las enfermedades autoinmunes, ya sea por la presencia de autoanticuerpos o de linfocitos T autorreactivos. Tolerancia inmunológica: Esla no respuesta del sistema inmune a las propias moléculas. Cuando proceden de otros individuos sí se comportan como inmunogénicas. Esta tolerancia puede conseguirse por diferentes procedimientos: Confinamiento de los Ag, no contactando en condiciones normales con las células del sistema inmune, como es el caso de algunas proteínas del cerebro o del cristalino. El fallo de cualquiera de estos mecanismos puede llevar a una respuesta autoinmune, ya sea localizada en un órgano concreto, organoespecífica, o difusa por el cuerpo, multisistémica. Por lo tanto hay unos mecanismos de control que tratan de evitarque se monte la respuesta inmune ante los propios componentes, pero hay situaciones en que falla este autocontrol No se conoce la causa última de este importante fallo inmunitario aunque se cree que la activación de los linfocitos autorreactivos tiene lugar por los siguientes motivos: - Cambios en los autoantígenos, que impiden que el sistema inmunitario lo reconozca como propios. - Aparición de antígenos extraños cuya semejanza con los autoantígenos puede desencadenar también reacciones contra estos. - Aparición de células que no suelen contactar con los linfocitos, por lo que previamente no han sido reconocidas como propias. Se desconoce, así mismo, qué factores hacen posibles estos cambios, aunque se sospecha que están implicados tanto un componente genético como factores endocrinos (un exceso de algunas hormonas afecta a la médula ósea y al timo) y factores externos (sustancias químicas, radiaciones, ciertos microorganismos, etc.).
Ejemplos de enfermedades autoinmunes humanas
3. Inmunodeficiencia.
Por inmunodeficiencias entendemos la ausencia física o funcional de algún componente del sistema inmune. Esta situación puede ser multicausal, pero se caracteriza por el desarrollo de infecciones graves y recurrentes en los enfermos que las presentan. Clasificación: a) En función de los componentes del sistema inmune afectados pueden ser: - Inmunodeficiencias inespecíficas, si los afectados son los macrófagos o el complemento. En las deficiencias por células fagocíticas, puede ser debido a la disminución de su número o a una alteración de su funcionamiento. Ejemplo: enfermedad granulomatosa crónica. En el caso del complemento, pueden verse afectados cualquiera de sus múltiples componentes. Los enfermos son muy sensibles a las infecciones bacterianas del género Neisseria, y una elevada incidencia de enfermedades autoinmunes, en especial el lupus eritromatoso sistémico. - Inmunodeficiencias específicas, debidas a anomalías en los linfocitos T o B. Si la anormalidad afecta a los linfocitos B, se presentan variaciones en la respuesta humoral, ya sea por falta total de globulinas o por cantidades inferiores a las normales. Las personas con anomalías de los linfocitos Tson muy propensas a infecciones por virus, hongos, protozoos y bacterias intracelulares. Por ejemplo, el desarrollo anómalo de las bolsas faríngeas que conduce a la degeneración del timo (Síndrome de Di George). Son muy frecuentes los trastornos combinados de ambos, por la interacción constante entre linfocitos T y B. b) Según la causa que las origine, se agrupan en: -Inmunodeficiencias primarias, originadas por defectos intrínsecos del sistema inmune y están determinadas genéticamente, por lo que son congénitas. -Inmunodeficiencias secundarias, causadas por factores extrínsecos como fármacos usados en quimioterapia, infecciones virales como el SIDA, irradiación, malnutrición, quemaduras. Son más frecuentes que las primarias. Grupos de sintomatología: Los síntomas más frecuentes de las inmunodeficiencias los podemos agrupar en: · Infecciones, que son frecuentes, prolongadas, resistentes, reiterativas y graves. · Alteraciones digestivas como diarreas, parasitosis, o anómala absorción intestinal. · Síntomas cutáneos, como dermatitis atópica o problemas vasculares. · Problemas de las células fagocíticas, como micosis o abscesos. · Manifestaciones hematológicas con disminución de las células sanguíneas, como anemias. · Alteraciones de órganos linfoides, disfunción de ganglios linfáticos, timo. · Otras manifestaciones, de tipo neural, endocrino, esquelético, metabólico o cromosómico. 4. Imnodeficiencia adquirida: el SIDA. Es producido por la infección del VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). Este virus se transmite por medio de líquidos corporales, por contacto sexual, a través de la placenta, aporte de sangre o sus derivados. Pertenece a la familia de los retrovirus, y posee una cubierta glicoproteica que envuelve a la cápsida icosaédrica, donde se alojan el ARN bicatenario y la transcriptasa invertasa, enzima que es capaz de producir ADN usando como patrón ARN viral.
Estructura del virus del SIDA Dentro del organismo, por medio de su glicoproteína 120, contacta con células que tienen el receptor CD4, que son los linfocitos TH, provocando una fagocitosis mediada por este receptor. También puede afectar a los macrófagos. Ambos son ineficaces contra él. En su interior libera el ARN, produce ADN viral por medio de la transcriptasa invertasa, y este ADNv se incorpora al cromosoma de la célula hospedadora, pudiendo quedar latente durante un tiempo variable. Este "permanecer escondido", junto a su alta frecuencia de mutación, son los puntos básicos en los que basa el virus su resistencia a las defensas inmunes. En estas fases los linfocitos B producen Ac contra el virus, que no son efectivos, pero que se pueden detectar en sangre, siendo indicadores de la infección. Por causas no conocidas inicia la replicación, y rápidamente produce nuevos VIH que matan al linfocito TH, abandonan las células por sus proteasas, e invaden a nuevos linfocitos TH. Se produce así una destrucción progresiva del sistema inmune del enfermo. El paciente está inmunocomprometido, tiene su red inmune destruida, y por ello la enfermedad es una inmunodeficiencia. Prevención y tratamiento del SIDA La prevención más eficaz es prevenir su contagio. Tiene un gran componente educacional, intentando conseguir el uso del preservativo en relaciones sexuales de riesgo y no compartir jeringuillas ni ningún material que pueda transmitir sangre. Sus tratamientos son combinados de inhibidores de transcriptasa inversa y de la proteasa. Se está aumentando notoriamente la esperanza de vida de los pacientes, apuntando a que se pueda transformar en una enfermedad crónica controlada.
Inicialmente se presenta como un cuadro gripal, pasado este, el enfermo, que tiene poder infectante, no manifiesta síntoma alguno. Es el período ventana, que puede durar hasta tres meses.
Posteriormente entramos en seropositividad, pues se detectan en suero los Ac contra diferentes proteínas víricas. Con ella comienza un período de latencia, que es asintomática y mantiene los niveles de Ac antivirales, en especial IgG. Puede durar en la actualidad unos cinco años de media.
El período sintomático tardío, se caracteriza por la disminución de los linfocitos Th o CD4, del cociente de linfocitos CD4/CD8, y ascenso de las IgG. Este paso se ve favorecido por situaciones de estimulación antigénica, como infecciones. Se inicia con hiperplasia de los ganglios linfáticos que evolucionará hacia el SIDA manifiesto
Prevención y tratamiento del SIDA
La prevención más eficaz es prevenir su contagio. Tiene un gran componente educacional, intentando conseguir el uso del preservativo en relaciones sexuales de riesgo y no compartir jeringuillas ni ningún material que pueda transmitir sangre.
Sus tratamientos son combinados de inhibidores de transcriptasa inversa y de la proteasa. Se está aumentando notoriamente la esperanza de vida de los pacientes, apuntando a que se pueda transformar en una enfermedad crónica controlada.
3. Inmunoterapia
Inmunoterapia para tratar el cáncer
La inmunoterapia es un tipo de tratamiento del cáncer que ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer. El sistema inmunitario ayuda a su cuerpo a combatir las infecciones y otras enfermedades. Está compuesto de glóbulos blancos de la sangre y órganos y tejidos del sistema linfático.
La inmunoterapia es un tipo de terapia biológica. La terapia biológica es un tipo de tratamiento que usa sustancias producidas por organismos vivos para tratar el cáncer.
Una célula escamosa de cáncer oral (blanca) al ser atacada por dos células T citotóxicas (rojas), parte de una respuesta inmunitaria natural.
Varios tipos de inmunoterapia se usan para tratar el cáncer. Estos tratamientos pueden ayudar al sistema inmunitario a atacar el cáncer directamente o a estimular el sistema inmunitario de una forma más general.
Los tipos de inmunoterapia que ayudan al sistema inmunitario a actuar directamente contra el cáncer son:
- Los inhibidores de punto de control, los cuales son fármacos que ayudan al sistema inmunitario a responder con más fuerza a un tumor. Estos fármacos funcionan al soltar los "frenos" que detienen a las células T (un tipo de glóbulo blanco y componente del sistema inmunitario) para que no destruyan a las células cancerosas. Estos fármacos no atacan al tumor directamente. Más bien, ellos interfieren con la capacidad de las células cancerosas para evadir el ataque del sistema inmunitario.
- Transferencia adoptiva celular, la cual es un tratamiento que intenta reforzar la capacidad natural de sus células T para combatir el cáncer. En este tratamiento, las células T se toman de su tumor. Luego, las que son más activas contra su cáncer se hacen crecer en lotes grandes en el laboratorio.
El proceso de hacer crecer las células T en el laboratorio se puede llevar de 2 a 8 semanas. Durante este tiempo, usted puede recibir tratamientos como quimioterapia y radioterapia para reducir sus células inmunitarias. Después de estos tratamientos, las células T que se hicieron crecer en el laboratorio se regresarán a su cuerpo por medio de una aguja en su vena.
Para más información acerca de un tipo específico de transferencia adoptiva celular llamada terapia de células T y CAR, la cual usa células T que se han cambiado en el laboratorio, vea Células T y CAR: manipulación de células inmunitarias de pacientes para tratar sus cánceres.
- Anticuerpos monoclonales, conocidos también como anticuerpos terapéuticos, los cuales son proteínas del sistema inmunitario creadas en el laboratorio. Estos anticuerpos están diseñados para que se adhieran a blancos específicos que se encuentran en las células cancerosas. Algunos anticuerpos monoclonales marcan a las células cancerosas para que las vea con más facilidad y las destruya el sistema inmunitario, estos son un tipo de inmunoterapia. Otros anticuerpos monoclonales que se usan en el tratamiento del cáncer no causan una respuesta del sistema inmunitario. Dichos anticuerpos monoclonales son considerados como terapia dirigida, en lugar de inmunoterapia.
Vea la sección sobre terapia dirigida para saber más.
- Vacunas de tratamiento, las cuales trabajan contra el cáncer al reforzar la reacción de su sistema inmunitario a las células cancerosas. Las vacunas de tratamiento son diferentes de las que ayudan a prevenir enfermedades.
Tipos de inmunoterapia que mejoran la respuesta inmunitaria del cuerpo para combatir el cáncer son:
- Citocinas, las cuales son proteínas producidas por las células de su cuerpo. Tienen funciones importantes en las respuestas inmunitarias normales del cuerpo y en la capacidad del sistema inmunitario para responder al cáncer. Los dos tipos principales de citocinas usadas para tratar el cáncer son los interferones y las interleucinas.
- Bacilo de Calmette-Guérin, BCG, es una inmunoterapia que se usa para tratar el cáncer de vejiga. Es una forma debilitada de la bacteria que causa la tuberculosis. Cuando se inserta directamente en la vejiga con un catéter, el BCG causa una reacción inmunitaria contra las células cancerosas. También se está estudiando en otros tipos de cáncer.
Quién recibe inmunoterapia
La inmunoterapia no se usa todavía tanto como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Sin embargo, las inmunoterapias han sido aprobadas para tratar a personas con muchos tipos de cáncer. Para aprender acerca de las inmunoterapias que pueden usarse para tratar su cáncer.
Se están estudiando muchas otras inmunoterapias en estudios clínicos, los cuales son estudios de investigación que incluyen a personas. Para encontrar un estudio que puede ser una opción para usted, vea la búsqueda de estudios clínicos.
Cómo funciona la inmunoterapia contra el cáncer
Una razón por la que las células cancerosas prosperan es porque son capaces de esconderse del sistema inmunitario. Ciertas inmunoterapias pueden marcar las células cancerosas para facilitar al sistema inmunitario que las encuentre y las destruya. Otras inmunoterapias refuerzan el sistema inmunitario para que funcione mejor contra el cáncer.
La inmunoterapia puede causar efectos secundarios
La inmunoterapia puede causar efectos secundarios, los cuales afectan a las personas de diferentes maneras. Los efectos secundarios que usted pueda tener y la forma como le hagan sentirse dependerán del grado de salud que tenga antes de recibir tratamiento, de su tipo de cáncer, de lo avanzado que esté, del tipo de terapia que usted reciba y de la dosis. Los médicos y las enfermeras no pueden saber con seguridad cómo se sentirá usted durante el tratamiento.
Los efectos secundarios más comunes son las reacciones de la piel en el sitio de la aguja. Estos efectos secundarios son:
- Dolor
- Hinchazón
- Irritación
- Enrojecimiento
- Comezón
- Sarpullido
Síntomas como de gripe, que son:
- Fiebre
- Escalofríos
- Debilidad
- Mareos
- Náuseas o vómitos
- Dolor de músculos o de articulaciones
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Dificultad para respirar
- Presión arterial baja o alta
Otros efectos secundarios pueden ser:
- Hinchazón y aumento de peso por retención de líquidos
- Palpitaciones del corazón
- Congestión de senos nasales
- Diarrea
- Riesgo de infección
Las inmunoterapias pueden causar también reacciones alérgicas graves o hasta mortales. Sin embargo, estas reacciones son raras.
Cómo se administra la inmunoterapia
Las diferentes formas de inmunoterapia pueden administrarse en formas diferentes. Estas son:
- Intravenosa (IV)
La inmunoterapia se administra directamente en una vena. - Oral
La inmunoterapia se da en tabletas o cápsulas para tomarse por la boca. - Tópica
La inmunoterapia tiene presentación de crema que usted aplica a su piel. Este tipo de inmunoterapia puede usarse para cáncer de piel muy al principio. - Intravesical
La inmunoterapia se administra directamente en la vejiga.
A dónde va a recibir el tratamiento
Usted puede recibir la inmunoterapia en el consultorio del doctor, en una clínica o en la unidad ambulatoria de un hospital. Ambulatoria significa que usted no pasa la noche en el hospital.
Cuál es la frecuencia de su tratamiento
Con qué frecuencia y durante cuánto tiempo recibe usted inmunoterapia depende de:
- Su tipo de cáncer y lo avanzado que esté
- El tipo de inmunoterapia que reciba
- Cómo reaccione su cuerpo al tratamiento
Es posible que reciba tratamiento todos los días, una vez por semana o una vez por mes. Algunas inmunoterapias se dan en ciclos. Un ciclo es un período de tratamiento seguido de un período de descanso. El período de descanso da a su cuerpo la posibilidad de recuperarse, de reaccionar a la inmunoterapia y de producir nuevas células sanas.
Cómo se sabe si la inmunoterapia está funcionando
Usted verá a su doctor con regularidad. El doctor le hará exámenes físicos y le preguntará cómo se siente. Tendrá exámenes médicos, como análisis de sangre y diferentes tipos de exploraciones. Estos exámenes medirán el tamaño de su tumor y vigilarán los cambios en sus análisis de sangre.
3.1. Inmunoterapia: Cómo el sistema inmunitario combate el cáncer
4. Importancia de las vacunas y enfermedades que previenen
La importancia de las vacunas
Los profesionales de la salud destacan la importancia de las vacunas, tanto en niños como adultos, para la prevención de enfermedades y la disminución de disparidades de salud que afectan a minorías, entre ellas los hispanos
“Tenemos que recordarle a la gente que la mejor manera de prevenir las infecciones está en las vacunas y que las vacunas no son solo para niños, sino para todas las edades“
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, las vacunas evitan entre dos a tres millones de muertes al año al proveer protección contra enfermedades como la difteria, sarampión, neumonía, rotavirus, rubeola, tétanos y polio.
No obstante, cerca de 22 millones de niños en todo el mundo no están vacunados y los retos por una mayor cobertura persisten, con sus diferencias entre países en desarrollo y países desarrollados.
“La gente se ha olvidado de las enfermedades que las vacunas han prevenido y tanto en países desarrollados como en países en desarrollo hay grupos anti-vacunas que generan mensajes falsos”, aseveró.
De acuerdo con la experta, las vacunas han sido “víctimas de su propio éxito” y citó el caso de Europa donde la tendencia a no vacunar a los menores ha provocado un aumento en el número de casos de enfermedades que ya habían sido erradicadas, como el sarampión.
La falta de disponibilidad de la vacuna, por el contrario, sigue siendo uno de los mayores retos en los países en desarrollo, asegura.
Minorías desinformadas
Asimismo, la especialista en salud pública señaló que “los ciudadanos hispanos tienen un menor acceso a los servicios de salud (en Estados Unidos) y en muchos casos no cuentan con la información necesaria para tener acceso a la vacunación”.
Diversos informes de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), señalan que, pese a los avances logrados en años recientes, persisten disparidades entre minorías y blancos con respecto a los índices de vacunación en la mayoría de las enfermedades.
De acuerdo con un estudio de los CDC divulgado en 2013, los índices de vacunación para enfermedades como culebrilla (herpes zóster), virus del papiloma humano, tétanos y tos ferina entre las personas de 19 años o más son muy bajos y las minorías siguen siendo afectadas por una menor cobertura.
Además, durante la temporada de gripe de 2009-2010 también se observaron niveles de vacunación más bajos entre afroamericanos e hispanos en comparación con los blancos, de acuerdo con datos de los CDC.
Una vacuna es cualquier preparación cuya función es la de generar del organismo inmunidad frente a una determinada enfermedad, estimulándolo para que produzca anticuerpos que luego actuarán protegiéndolo frente a futuras infecciones, ya que el sistema inmune podrá reconocer el agente infeccioso y lo destruirá. Se trata de un medicamento biológico constituido a partir de microorganismos (bacterias o virus), muertos o atenuados, o productos derivados de ellos.
Antes de nacer los bebés adquieren a través de la placenta las defensas necesarias para protegerse frente a posibles infecciones durante las primeras semanas de vida. Sin embargo, pierden esa protección en poco tiempo, aunque éste varía en función del microorganismo de que se trate. Así, mientras que en enfermedades infecciosas como la tos ferina, la inmunidad transmitida por la madre se mantiene apenas unas pocas semanas, en otros casos, como el del sarampión, puede prolongarse hasta seis meses o un año, según los niños.
Este hecho determina dos cosas muy importantes: la necesidad de vacunar al niño para protegerlo frente a las enfermedades conocidas y el momento en que debe ser vacunado para mantener su inmunidad frente a ellas.
¿Cómo funcionan las vacunas?
En realidad lo que hacen las vacunas es engañar al organismo y concretamente al sistema inmunológico, haciéndole pensar que está siendo atacado por un agente infeccioso y obligándole a defenderse. El microorganismo inoculado con la vacuna está muerto o muy debilitado (atenuado), por lo que no reviste ningún peligro para el niño; pero es suficiente para que su sistema inmune reaccione generando anticuerpos contra él y con ellos adquiriendo una memoria inmunitaria que le permitirá reconocer ese microorganismo concreto y eliminarlo.
En la actualidad existen vacunas combinadas, como la trivalente o la hexavalente, que permiten inmunizar simultáneamente frente a varias enfermedades importantes. Y todo ello sin riesgos apreciables, ya que los efectos adversos de las vacunas son muy leves (enrojecimiento leve y dolor en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares ) y muy raramente graves.
Las vacunas se administran por vía intramuscular y en algunos casos por vía oral. Por lo general son necesarias varias dosis espaciadas en el tiempo para lograr que la inmunidad se mantenga con el tiempo. De ahí la importancia de atender a los calendarios vacunales que cada año revisan la Asociación Española de Pediatría (AEP) y las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas.
La importancia de las vacunas
Desde su descubrimiento, las vacunas han sido, junto a la potabilización del agua, la medida de prevención que más beneficios ha aportado a la humanidad. Enfermedades que antes eran epidémicas y que originaban una gran mortalidad ahora están erradicadas en todo el mundo (viruela), casi erradicadas (poliomelitis o sarampión) o controladas (hepatitis B, tétanos, difteria, meningitis meningocócica o tos ferina).
Sólo esta apreciación da una idea de la importancia real de las vacunas, además de su coste-efectividad. Ningún otro medicamento ha salvado tantas vidas como las vacunas, por lo que no vacunarse o negar la vacunación a los hijos no sólo debe considerarse como un acto irresponsable de cara a su propia salud, sino frente al conjunto de la sociedad, ya que puede suponer el retorno de enfermedades ya olvidadas en muchos países.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad, previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas. Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno (inmunidad de grupo).
¿Tiene riesgos la vacunación?
Siempre tenemos que tener presente que “Los riesgos de la vacunación siempre serán inferiores a sus beneficios” y que “No es mejor padecer la enfermedad que recibir la vacuna: con la vacunación adquirimos protección ahorrándonos la enfermedad”. Las vacunas son medicamentos muy eficaces y seguros. Ningún avance de la medicina ha logrado salvar tantas vidas como las vacunas, gracias a ellas las enfermedades que se percibían como amenazas dejan de existir o bien altamente disminuyen. Su seguridad es muy alta y son los productos farmacéuticos a los que se les exigen estándares de seguridad más altos. Todas las vacunas que se administran en la actualidad han demostrado claramente su eficacia y seguridad.No obstante, es importante tener en cuenta diferentes cuestiones de cara a minimizar el riesgo, por otra parte muy bajo, de efectos secundarios. Estas precauciones deben tenerse en cuenta y considerarlas en la valoración del profesional previo a cualquier vacunación. En algunas ocasiones pueden aparecer algunas reacciones adversas, como en contadas ocasiones se han presentado reacciones alérgicas fuertes a alguno de los componentes de las vacunas. Como ocurre con todos los medicamentos, tenemos que tener presente que existe un riesgo muy pequeño de que ocurra algún problema grave, pero este riesgo es siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
Como sucede con cualquier medicamento, las vacunas no están exentas de eventuales efectos adversos, aunque esta posibilidad es muy reducida. El beneficio es en todos los casos mucho mayor que el riesgo, de ahí que las vacunas incluidas en el calendario vacunal lo están por recomendación de las autoridades sanitarias internacionales al haber demostrado su eficacia y los beneficios que aportan.
4.1. LA IMPORTANCIA DE LAS VACUNAS
5. Esquema de vacunación vigente
ACTUAL ESQUEMA NACIONAL DE VACUNACIÓN PROTEGE CONTRA 19 ENFERMEDADES
Con el actual esquema nacional de vacunación del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) se protege contra 19 enfermedades graves a niños y niñas menores de 5 años y a la población boliviana, entre ellas la tuberculosis miliar y meningia, difteria y tétanos pediátrica y adultos, coqueluche, hepatitis B, neumonías, meningitis, poliomielitis, diarreas severas por rotavirus, influenza estacional pediátrica y adultos, sarampión, rubéola, parotiditis, fiebre amarilla y neumonías y meningitis por neumococo.
“El Gobierno nacional refrenda su compromiso con la niñez del país, al ofrecer las vacunas del PAI de manera gratuita, oportuna y con la máxima calidad, de tal forma que los niños y niñas bolivianas gocen del derecho a la salud y estén protegidos contra 19 enfermedades de la infancia que cubre actualmente el esquema nacional de vacunación, a comparación del 2005 donde solo se prevenía 10 enfermedades”, manifestó la Responsable del PAI, Dra. Susana Solano.El Ministerio de Salud, a través del PAI, contribuye en la reducción de la morbi-mortalidad de la niñez y la población en general, realizando la vigilancia, control y erradicación de las enfermedades prevenibles por vacunación en todo el territorio nacional. La autoridad indicó que el PAI avanzó a grandes pasos en materia de eliminación y control de enfermedades inmunoprevenibles, pasando de un programa exclusivo de la niñez, a un programa dirigido a la familia en el marco de la Política Salud Familiar Comunitario e Intercultural (SAFCI). Señaló que se garantiza la vacunación con la dotación de vacunas e insumos a todos los establecimientos de salud, a través de los Servicios Departamentales de Salud (SEDES), acciones que son fortalecidas con campañas de seguimiento y otros, con la finalidad de mantener la situación epidemiológica de las enfermedades inmunoprevenibles en el país. Las coberturas de vacunación del PAI han modificado drásticamente la situación epidemiológica de las enfermedades prevenibles por vacunación (EPV) en Bolivia, por ello se menciona los siguientes logros de importancia:
Control de la Fiebre amarilla y de Difteria, sin casos confirmados desde la gestión 2011.
En mayo 2015 Reconocimiento y Certificación de la Eliminación de transmisión endémica de la Rubeola y Síndrome de Rubeola Congénita.
El 27 de septiembre de 2016, la región de las Américas es la primera del mundo en ser declarada libre de sarampión, una enfermedad viral que puede causar severos problemas de salud, incluyendo neumonía, inflamación del cerebro e inclusive la muerte. Este logro culmina un esfuerzo de 22 años, que involucró una amplia administración de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola en el continente.
6. Donación de sangre y trasplante de otros tejidos y órganos
TRASPLANTES DE ÓRGANOS SÓLIDOS
Definición: Procedimiento por el cual se implanta un órgano o tejido procedente de un donante a un receptor. Existen dos grandes grupos: los trasplantes de órganos (riñón, hígado, pulmones, páncreas, córnea, corazón, hueso, tubo digestivo, etc.) y los de tejidos (médula ósea, células endocrinas). Mientras que los primeros precisan de intervenciones quirúrgicas complejas, procediéndose a los empalmes vasculares y de conductos excretores entre otras estructuras, en los de tejidos el procedimiento es simple, inyectándose las células suspendidas (en el de médula ósea se inyectan en el torrente sanguíneo) y dejando que éstas implanten en sus lugares de destino.
Se habla de alotrasplante cuando el órgano procede de otro individuo de la misma especie, autotrasplante cuando procede del mismo paciente y xenotrasplante cuando procede de un animal de otra especie. Uno de los principales problemas que conllevan es el control de los mecanismos de rechazo. Con esta finalidad se estudian los sistemas de histocompatibilidad tanto del donante como del receptor, para que éstos sean lo más compatibles posible. También se dispone de fármacos inmunosupresores (ciclosporina, corticoides) que ayudan a controlar las reacciones de rechazo.
| TRASPLANTE CARDIACO Función del órgano: Bombea sangre a todo el cuerpo Aplicación: Para todos aquellos pacientes que sufren una insuficiencia cardíaca y sin respuesta al tratamiento farmacológico. |
| TRASPLANTE PULMONAR Función del órgano: Órgano responsable de la respiración Aplicación: Pacientes que sufren de Fibrosis Quística, Enfisema, o de Insuficiencia Respiratoria sin respuesta a tratamientos médicos. |
| TRASPLANTE CARDIOPULMONAR |
| TRASPLANTE HEPÁTICO Función del órgano: Es el órgano que regula la energía, produce proteínas y elimina desechos de la sangre. Aplicación: Pacientes que sufren de enfermedades como Cirrosis, Infecciones Virales (hepatitis A, B, C..), Tóxicos que dañan el hígado |
TRASPLANTE DE PÁNCREAS Función del órgano: Secreta enzimas para la digestión. Secreta insulina para regular la glucosa de la sangre. Aplicación: Pacientes que sufren de Diabetes con alto riesgo de perder la vista o un miembro y que no responden a los tratamientos. | |
| TRASPLANTE RENAL Función del órgano: Elimina desechos de la sangre y producen importantes hormonas. Aplicación: Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica. |
| TRASPLANTE DE PIEL Función del órgano: Protege al cuerpo del exterior además de otras muchas. Aplicación: Pacientes que han sufrido quemaduras severas |
TRASPLANTE DE CÓRNEA Función del tejido: Permite la entrada de luz al ojo Aplicación: Restaurar la vista al ciego | |
| TRASPLANTE DE HUESOS Función del tejido: Apoyo para el cuerpo, protege a los órganos vitales. Aplicación: Reconstrucción facial, corregir defectos de nacimiento, tratamientos ortopédicos. |
| TRASPLANTE DE MEDULA ÓSEA Función del tejido: Producción de células rojas y blancas de la sangre Aplicación: Pacientes con Leucemia, y enfermedades o tratamientos médicos que acaban con las células de la sangre. |
¿Por qué es importante donar sangre?
P: ¿Por qué es importante donar sangre?
R: Las donaciones de sangre contribuyen a salvar vidas y a mejorar la salud. He aquí algunos ejemplos de personas que precisan transfusiones:
- las mujeres con complicaciones obstétricas (embarazos ectópicos, hemorragias antes, durante o después del parto, etc.);
- los niños con anemia grave, a menudo causada por el paludismo o la malnutrición;
- las personas con traumatismos graves provocados por las catástrofes naturales y las causadas por el hombre; y
- muchos pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas, y enfermos de cáncer.
También se precisa sangre para realizar transfusiones periódicas en personas afectadas por enfermedades como la talasemia o la drepanocitosis; asimismo, se utiliza para la elaboración de diversos productos, por ejemplo factores de coagulación para los hemofílicos.
Existe una necesidad constante de donaciones regulares, ya que la sangre sólo se puede conservar durante un tiempo limitado y luego deja de ser utilizable. Las donaciones regulares de sangre por un número suficiente de personas sanas son imprescindibles para garantizar la disponibilidad de sangre segura en el momento y el lugar en que se precise.
La sangre es el regalo más valioso que podemos ofrecer a otra persona: el regalo de la vida. La decisión de donar sangre puede salvar una vida, o incluso varias si la sangre se separa por componentes –glóbulos rojos, plaquetas y plasma–, que pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.
6.1. Pasos de la Donación y los Trasplantes