LITERATURA

Sitio: ue.aprendiendomas.com.bo
Curso: 1° - Comunicación y Lenguajes: Lengua Castellana
Libro: LITERATURA
Impreso por: Invitado
Fecha: miércoles, 15 de enero de 2025, 14:59

1. Cuentos: tradición oral. (En lengua materna -originaria y/o castellana- de acuerdo a cada región)

En culturas como la boliviana, donde se mantienen vivas las creencias pagano-religiosas, los habitantes tienen la mente proclive a las supersticiones y la cotidianeidad está transversalmente atravesada por la tradición oral, cuya sabiduría cultural se transmite de padres a hijos, de adultos a niños, a través de leyendas, mitos, cantos, oraciones, fábulas, refranes, conjuros y otras formas de manifestación de la oralidad, que ha sido desde siempre una de las mejores formas de preservar los conocimientos ancestrales y transmitirlos como testimonios de épocas pretéritas a las nuevas generaciones, con la finalidad de que éstas enriquezcan su bagaje cultural con los aportes del ingenio popular.

No existe un solo individuo que no haya alimentado su fantasía con las narraciones de la tradición oral, puesto que en todos los hogares se cuentan historias de espanto y aparecidos, con las que disfrutan tanto los niños como los adultos. Los cuentos de terror o de fenómenos paranormales siempre fueron una fuente de la que bebieron los escritores, porque contienen temas y personajes que nos son familiares desde la cuna hasta la tumba.

Muchos de estos personajes ficticios, creados por la fantasía de los hombres primitivos y modernos, han llegado a formar parte de las comunidades urbanas y rurales debido a que tienen una poderosa fuerza de atracción, que nos permiten cumplir nuestros sueños y deseos a través de las aventuras y desventuras que ellos protagonizan en el mundo fantástico que los rodea, casi siempre estructurado sobre la base de una imaginación que transgrede los límites del racionalismo y la lógica formal.  


Los personajes fabulosos, hechos de magia y fantasía, rompen con las franjas temporales y espaciales de un modo particular, ya que poseen la facultad de morir y resucitar, de aparecer y desaparecer, de transformase en entes materiales e inmateriales y, sobre todo, poseen la facultad de ser dioses y hombres y a la vez; una dicotomía que forma parte de su esencia desde el instante en que fueron creados como tales por la imaginación de los simples mortales que, desde la edad primitiva de las civilizaciones, tuvieron siempre la necesidad de creer que existen, en otras dimensiones, seres más poderosos que los individuos del mundo terrenal.

No es casual que los hombres primitivos, con una fantasía similar a la de los niños, hayan sido capaces de crear a los dioses y demonios, con la finalidad de proyectar su propio fuero interno, que luego se fue transmitiendo de boca en boca y de generación en generación, hasta llegar a nuestros días como un legado de nuestro pasado histórico.

Las narraciones fantásticas no son una invención de los escritores modernos, sino de los cultores de una antigua tradición literaria anclada en la oralidad de las viejas culturas de oriente y occidente, pero también de las culturas  precolombinas, como en el caso de América Latina. Lo que quiere decir que la explicación empírica de la realidad, con una sobredosis de ficción, siempre ocupó la mente de los hombres en todas las épocas y culturas.

Lo interesante es que las narraciones de la tradición oral, de un modo general, son similares en todas las culturas, así éstas no hayan establecido un contacto directo. Lo que hace suponer que los individuos, indistintamente del lugar geográfico y la época, compartían las mismas necesidades de despejar las dudas concernientes a los fenómenos físicos de la naturaleza, los instintos naturales de la condición humana, los misterios de la vida, la muerte y, por supuesto, la  existencia de otras formas de vida después de la muerte; de lo contrario, no se creería en la existencia de una vida en el más allá ni en el espíritu de los individuos que, después de muertos, retornan como condenados al reino de los vivos.

Todas estas creencias fascinantes del ingenio popular son elementos que sirven como base en la recreación de una obra literaria que, más que ser el producto de una poderosa mente creadora, resulta ser el compendio de la memoria colectiva; es decir, la tradición oral convertida en literatura. No obstante, a pesar de esta evidencia, existen todavía quienes aseveran que las obras de carácter fantástico son creaciones auténticas y originales de los tiempos modernos; una afirmación que, desde luego, está lejos de la verdad, puesto que la literatura fantástica, en su forma oral y escrita, existió desde siempre. Por lo tanto, como enseña el sabio proverbio: “No hay nada nuevo bajo el sol”.

Todos los escritores, de un modo consciente o inconsciente, son plagiadores de los autores y las obras que los precedieron en su proceso de aprendizaje escritural. Esto lo reconocen, con la mano en el pecho, incluso los autores más prestigiosos de la literatura universal, conscientes de que el imaginario popular, desde los albores de la comunidad primitiva, fue el principal generador de narraciones que pretendían mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común.

De modo que la narrativa fantástica de nuestros tiempos honda sus raíces en los relatos de la tradición oral, en las cuales los cuenteros natos, para lograr personajes debidamente caracterizados y argumentos sostenibles, dieron verosimilitud interna a lo fantástico o irreal, como en la retórica destinada a convencer de que lo negro es negro y lo blanco es blanco. Por eso mismo, los personajes y temas, plasmados en universos fantásticos de la forma más convincente y clara posibles, se acercan a los pensamientos y sentimientos de los oyentes y lectores, quienes se interesan, se identifican y se reconocen en las historias narradas con los recursos concebidos por la imaginación, capaz de mostrar que existen hechos reales que tienen una connotación fantástica, como existen hechos fantásticos que forman parte de la realidad cotidiana.


2. Mitos tutelares* En atención a cada región Cada

Bolivia es un país lleno de historias que han ido de generación en generación sin importar el lugar en el país.

Bolivia es un país caracterizado por su diversidad y su mitología. Su cultura se ha conformado a partir de las influencias de gran variedad de grupos étnicos que han habitado su territorio, y la impronta de la cultura europea que dejó la colonia española.

Las principales leyendas y mitos de Bolivia integran elementos indígenas con creencias católicas. Las más resaltantes son el guajojó, un ave que solía ser una mujer; el jichi, un genio guardián; y Chiru Chiru, un ladrón que ayudaba a los pobres, entre otras.

Leyendas y mitos más populares de nuestro país.

  • Chiru Chiru

Chiru Chiru era un ladrón que vivía en las minas, una especie de Robin Hood que repartía lo que hurtaba entre los pobres.

Un día un minero lo encontró robando y lo hirió. Cuentan que cuando fueron a buscarlo a su cueva, donde se refugió luego del ataque, encontraron su cadáver junto a una imagen de la Virgen. Desde entonces, la cueva de Chiru Chiru se volvió un lugar sagrado.

  • El cuidador de minas

“El tío”: así se conoce al protector del mundo subterráneo en Potosí. Allí, donde los dominios de Dios no alcanzan, los mineros se han entregado a la tutela del diablo, a quien apodaron “el tío”.

Después de siglos de explotación minera iniciada por la colonia española e innumerables muertes (se dice que superaron los ocho millones), aún pueden encontrarse en los pasillos de las minas figurines rodeados por cervezas, cigarros e incluso animales sacrificados en adoración al tío, para que este los proteja.

Los riesgos para los mineros son muy altos. Algunas de las causas de muertes de estos trabajadores son los rudimentarios equipos de protección, la falta de oxígeno, las posibilidades de accidentes y la constante amenaza de la enfermedad negra pulmonar.

La adoración al diablo le da a estos hombres y niños la esperanza de protección. Mientras el tío esté contento, podrán regresar a casa.

  • El jichi

Los chiquitanos creen en un genio guardián que cambia de forma. Aunque a veces es sapo y otras tigre, su más común manifestación es la de la serpiente.

Resguarda las aguas de la vida y por esto se esconde en ríos, lagos y pozos. A veces, como castigo para quien no valora este recurso, se va y deja atrás la sequía.

Al jichi hay que rendir tributo, porque si se molesta pone en peligro la prosperidad de la pesca y la supervivencia de los pueblos.


  • Lluvia y sequía

Cuenta la historia que Pachamama (la tierra) y Huayra Tata (el viento) eran pareja. Huayra Tata vivía en el tope de cierros y abismos, y cada cierto tiempo bajaba y vaciaba el lago Titicaca para fecundar a Pachamama, dejando luego caer el agua en forma de lluvia.

Cuando se quedaba dormido en el lago, las agua se turbaban, pero siempre regresaba a las cumbres, que eran sus dominios.


  • Origen del maíz

Un día el dios Ñandú Tampa se encontró a unos mellizos, Guaray (sol) y Yasi (luna), jugando solos en el monte. Al verlos pensó que serían buena compañía para el dios padre Ñanderu Tampa y velozmente los atrapó y se fue volando a entregarlos.

La madre escuchó a sus hijos y corrió hacia ellos, pero no pudo sino tomarlos de los pulgares del pie, que se quedaron en sus manos mientras el dios Ñandú seguía obstinadamente su camino.

Tiempo después, el dios padre le ordenó en sueños a la madre que sembrara los pulgares de sus hijos. Después de un largo período de sol y lluvia, comenzaron a crecer grandes plantas con forma de lanza del lugar en donde enterró los dedos de los mellizos.

De estas plantas comenzaron a salir frutos con granos de distintos colores: amarillos, blancos y morados, como regalo del dios padre.

  • El guajojó

En la selva, después de caído el sol, se escucha el canto del guajojó. Dicen que es casi un llanto, un sonido desgarrador que deja trastocado a quien lo escucha.

Su canto se oye en la selva, en algunas regiones del Amazonas. El guajojó es un ave, pero según cuenta la leyenda, antes fue mujer.

Era la hija de un cacique que se enamoró de un hombre de su misma tribu. Al enterarse, su padre utilizó sus poderes de hechicero para matar al pretendiente en el espesor de la selva por no considerarlo digno.

Cuando la india comenzó a sospechar por la prolongada ausencia de su amado, fue a buscarlo. Al encontrar los restos del crimen amenazó a su padre con denunciarlo ante la tribu. Para protegerse, el cacique la convirtió en ave. Desde entonces está por allí llorando la muerte de su amado.


Leyenda chiriguana

Según los chiriguanas, etnia tupí-guaraní que ocupó territorios bolivianos, el origen de esta leyenda está en la historia de dos hermanos: Tupaete y Aguara-tumpa, el bien y el mal, creación y destrucción.

En tiempos lejanos, Aguara-tumpa estaba celoso de la creación de su hermano y quemó todos los campos y bosques en donde habitaban los chiriguanos.

Para protegerlos, Tupaete les recomendó mudarse a los ríos, pero su hermano se negó a rendirse e hizo llover hasta que toda la chiriguania se inundara.

Ya rendido ante el destino, Tupaete habló a sus hijos. Todos morirían. Sin embargo, para salvar la raza los mandó a elegir entre todos sus hijos a los dos más fuertes, para meterlos en un mate gigante.

Así, los dos hermanos se mantuvieron protegidos hasta que Aguara-tumpa creyó extintos a todos lo chiriguanos y dejó que los campos se secaran. Los niños crecieron y salieron de su escondite.

Los niños se encontraron a Cururu, un sapo gigante que les dio el fuego y les permitió sobrevivir hasta que fueron suficientemente grandes para reproducirse y recuperar la raza chiriguana.



3. *Funciones de los cuentos tradición oral

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4. Lectura guiada: Leyenda chiriguana del origen del hombre, de Antonio Paredes Candia

Leyenda chiriguana del origen del hombre

(Antonio Paredes Candia)

I

En la mitología chiriguana dos dioses gobiernan el mundo. Tumpaete, que expresa el bien y su contrapuesto: el mal, que recibe el nombre de Aguaratumpa. Los dos transcurren en constante lucha y su animadversión durará hasta el fin de los siglos.

II

Ocurrió en tiempo inmemorial Aguara-tumpa conocedor del celo que tenía Tumpaete por el hombre al que había creado y del que era protector, descuidando a los vigilantes provocó un incendio que destruyó los campos, quemó los pastizales y bosques de la raza chiriguana, exterminando a los animales que moraban ahí.

Los chiriguano recurrieron a su Dios.

Tupaete les aconsejó que trasladaran sus caseríos a las riberas del río y allí sembraran maíz. Mientras maduraran las mieses se alimentarían de los pescados.

Aguara-tumpa viéndose burlado en su afán destructor, "hizo caer desde los cielos aguas torrenciales" e inundó la chiriguanía.

Nuevamente el dios Tumpaete habló a sus hijos:

—      stá decidido que todos vosotros moriréis ahogados y para salvar la raza chiriguana buscad un mate gigante y dentro de él dejad dos niños, macho y hembra, "hijos de una misma mujer", escogidos entre los más fuertes y perfectos. Ellos serán el tronco en que florecerá la nueva raza chiriguana.

Los chiriguanos obedecieron a su dios. La lluvia no cesó durante muchas lunas y el mate con los dos niños adentro siguió flotando sobre las aguas. Murieron todos, no sobrevivió ninguno. La tierra se anegó y se calmó la lluvia cuando Aguara-tumpa creyó que había desaparecido la raza chiriguana y él podía ya ser el dueño de la tierra.

Se secaron los campos y los niños salieron de su escondite.

III

La pareja vagó mucho tiempo en busca de alimentos. Caminaban de un lado a otro y les aguijoneaba el hambre. Tumpaete nuevamente les habló:

—      d en busca de Cururu, el amigo benigno del hombre, que él les proporcionará el fuego para cocinar los pescados que están al alcance de vuestras manos.

Los niños encontraron a Cururu, un gigantesco sapo, esperándoles en una altura. Guardaba las brasas en su boca y las mantenía vivas con su respiración. Les entregó a los niños y ellos pudieron asar los pescados, que entonces eran abundantes por las torrenciales y largas lluvias pasadas.

Cururu les contó que cuando empezaron las lluvias, por mandato de Tumpaete, él se introdujo dentro de la tierra llevando ese fuego.

Gracias al fuego los niños tuvieron alimento y sobrevivieron.

IV

"Los dos hermanos fueron creciendo en años hasta que tuvieron la edad competente para proliferarse". De esa pareja nuevamente se multiplicaron los chiriguanos y formaron un pueblo robusto, bello y perfecto.






4.1. Leyenda Chiriguana del origen del hombre

 

 

5. *Análisis reflexivo sobre la temática

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