CONTINUIDAD DE LA VIDA: REPRODUCCIÓN Y DESARROLLO

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Curso: 5° - Biología
Libro: CONTINUIDAD DE LA VIDA: REPRODUCCIÓN Y DESARROLLO
Impreso por: Invitado
Fecha: jueves, 30 de enero de 2025, 22:04

1. Tipos de reproducción en los seres vivos

¿Qué es la reproducción de los seres vivos?

Se conoce como reproducción a una de las etapas del ciclo vital de los seres vivos, junto al nacimiento, crecimiento y la muerte. Se trata de un proceso biológico mediante el cual los organismos vivos crean nuevos organismos, más o menos similares a ellos mismos, perpetuando así la especie y garantizando su supervivencia en el tiempo.

Todos los seres vivos están capacitados de una forma u otra para la reproducción, aunque no todos la lleven a cabo de manera exitosa o no todos deseen hacerlo, en el caso de la humanidad. De hecho, la etapa vital de la maduración de las especies implica alcanzar el desarrollo necesario para permitir la eventual reproducción. A dicho estadio se le conoce también como madurez sexual, al menos en las especies animales.

La reproducción implica un conjunto de procesos más o menos complejos, que a un nivel más amplio permiten la generación de nuevos individuos, pero que también ocurre cuando las células del cuerpo de un mismo individuo se regeneran, es decir, son reemplazadas por células más jóvenes. Es de este modo que los tejidos se reparan, por ejemplo.

Tipos de reproducción


La reproducción de los seres vivos, a grandes rasgos, puede ser de dos tipos: sexual y asexual, tomando en cuenta la información genética de los nuevos individuos formados.

  • Reproducción asexual. Esta es la forma de reproducción más primitiva, típica de los organismos unicelulares. En ella un individuo maduro, que ha alcanzado las condiciones idóneas y se encuentra en un medio ambiente propicio para reproducirse, inicia algún tipo de bipartición, fisión o replicación que arroja como resultado un individuo nuevo, joven, pero cuya información genética es idéntica a la de su progenitor. Este proceso permite poca variabilidad genética, como no sea a través de mutaciones. Algunos ejemplos de reproducción asexual son la gemación, la bipartición, la fragmentación, la esporulación y la partenogénesis.
  • Reproducción sexual. Mucho más compleja desde un punto de vista genético, este modo de reproducción permite el intercambio genético y una alta tasa de variedad, ya que consiste en la creación de células reproductivas o gametos, cada uno de los cuales posee la mitad de la carga genética completa de un progenitor maduro. Dos de estos gametos deben encontrarse y unirse (fecundación) para dar así origen a un individuo nuevo, cuya información genética es propia y única, diferente de la de sus progenitores. Este modo de reproducción se llama sexual porque los progenitores deben ser organismos sexuados: macho y hembra respectivamente, para poder reproducirse.
Reproducción animal


Los animales, en su mayoría, se reproducen de manera sexual, por lo que nacen con distinción sexual: machos y hembras. Esto implica que debe haber un proceso de cortejo, en el cual los machos generalmente se disputan una hembra y el derecho a aparearse con ella, y luego una cópula, en que el vencedor o el elegido puede juntarse con la hembra y fecundarla. En algunos casos esta fecundación es interna, o sea, tiene lugar dentro del cuerpo de la hembra, donde luego se desarrollan los nuevos individuos y son expulsados en el momento debido; en otros casos, la fecundación es externa, o sea, tiene lugar en el medio ambiente, ya sea bajo el cuidado de los progenitores, o no.

En los casos en que la fecundación es interna, las especies pueden clasificarse de acuerdo al método empleado para que las crías emerjan del cuerpo materno, de la siguiente manera:

  • Animales ovíparos. La hembra fecundada produce huevos que son luego depositados en un nido o algún lugar adecuado, y generalmente custodiados por sus progenitores. Dentro de ellos se da un proceso de cambio y emergen eventualmente las crías, ya sea en un estadio incompleto (como en el caso de los anfibios o los insectos, en que las crías luego deben atravesar una metamorfosis para hacerse adultas) o en un estadio completo (como en el caso de los reptiles, cuyas crías son idénticas a los adultos pero más pequeñas).
  • Animales vivíparos. Aquellos en que la hembra fecundada da a luz a sus crías ya desarrolladas, listas para existir de manera independiente, aunque bajo la custodia de sus progenitores. En estos casos no se producen huevos, sino que la o las crías se gestan dentro del cuerpo materno hasta que estén listos y luego son paridos.

Sin embargo, en algunos casos, los animales pueden alternar entre reproducción sexual y asexual, dependiendo de las condiciones. Es el caso, por ejemplo, de las estrellas de mar, que pueden regenerar un individuo completo a partir de un fragmento lo suficientemente grande de tejido, como un miembro cercenado.

Otro proceso asexual semejante es la gemación, en el que un progenitor produce un bulto o yema, del cual se forma un individuo completo e idéntico. Es un mecanismo de reproducción usual entre esponjas y corales.

Reproducción humana


La reproducción humana es exclusivamente de tipo sexual (a menos que se consideren dentro de “reproducción” técnicas artificiales como la clonación), por lo que involucra siempre a dos progenitores: femenino y masculino. Cuando alcanzan la madurez sexual, cada uno produce sus gametos o células reproductivas: óvulos en el caso femenino y espermatozoides en el caso masculino, cada una con la mitad de la carga genética total del individuo.

Como la fecundación es interna, debe producirse un coito, durante el cual el órgano sexual masculino (pene) se introduce en el femenino (vagina) hasta alcanzar el nivel de excitación adecuado para que se produzca la eyaculación de los gametos masculinos dentro de la vagina y el útero, donde se encontrarán con el óvulo y se producirá la fecundación, dando origen así a un cigoto: un óvulo fecundado que atraviesa una serie de divisiones celulares rápida y múltiple, dando inicio al embarazo.

El embarazo humano tarda 9 meses en gestar nuevos individuos, que se nutren del cuerpo materno a través del cordón umbilical. Una vez cumplido este tiempo, se produce el parto, en el cual el útero inicia una serie de contracciones que desplazan al feto hacia afuera, a través del canal de parto, que se ha ensanchado para permitir su salida. Una vez fuera, el cordón umbilical deberá cortarse y el recién nacido iniciará su existencia independiente.

Puede servirte: Aparato Reproductor Femenino, Aparato Reproductor Masculino.

Importancia de la reproducción

La reproducción es una etapa vital indispensable, dado que a todos los seres vivos nos sobreviene inevitablemente la muerte. Los organismos crecen, envejecen y sus probabilidades de continuar existiendo se hacen menores, pero siempre puede reproducirse y traer al mundo otro u otros individuos nuevos que prolongarán la especie cuando él ya haya desaparecido, y que a su vez se reproducirán llegado el momento, en un ciclo vital que nunca termina.

Además, la reproducción permite la innovación genética, ya sea por la combinatoria azarosa de la reproducción sexual, o mediante la posibilidad de las mutaciones, lo cual introduce elementos nuevos a la información genética de la especie, propiciando así la posibilidad de evolución y adaptaciones favorables, que bien pueden salvar a toda la especie o, eventualmente, dar pie a una nueva y mejor adaptada en su lugar. Del modo que sea, la vida siempre continúa.



Fuente: https://concepto.de/reproduccion/#ixzz5ygwqas00




2. Células sexuales y gametogénesis

Los gametos son las células sexuales: el gameto masculino es el espermatozoide y el gameto femenino, el óvulo. Cuando el espermatozoide y el óvulo se fusionan, surge el zigoto o cigoto, la célula resultante de la reproducción sexual que, a partir de su desarrollo y su segmentación, da lugar a la aparición de un nuevo ejemplar.


A la formación de los gametos se la denomina gametogénesis. Se trata de un proceso evolutivo que se inicia con células germinales: con la meiosis de estas células, surgen los gametos.

Cabe recordar que la meiosis es una forma de reproducción celular. En este caso, la meiosis tiene lugar en las gónadas, el órgano responsable de la producción de los gametos y, por lo tanto, de la gametogénesis. Las células germinales registran divisiones y así se generan los gametos (espermatozoides y óvulos).}

En las células germinales, hay 46 cromosomas. Tras la meiosis, cada gameto dispone de 23 cromosomas. De este modo se pasa de células diploides a células haploides, que deben fusionarse para tener el número completo y la totalidad del material genético.

Dado que hay gametos masculinos y gametos femeninos, la gametogénesis puede clasificarse de dos modos según el sexo: espermatogénesis (la producción de espermatozoides) y ovogénesis (la producción de óvulos). La espermatogénesis se produce en los testículos y supone un proceso en el cual la célula germinal se convierte en espermatogonia, espermatocito primario, espermatocito secundario y espermátide antes de alcanzar el estado de espermatozoide. La ovogénesis, en tanto, se lleva a cabo en los ovarios, donde la célula diploide original se divide entre tres células haploides que no son funcionales (conocidas como cuerpos polares) y una célula haploide que sí es funcional (el óvulo).


2.2. Gametos y Gametogénesis

 

 

3. Anatomía y fisiología del aparato reproductor masculino y femenino

Aparato reproductor masculino

Cuando se habla del aparato reproductor masculino, se hace alusión al conjunto de órganos internos y externos, así como conductos entre ellos, que le permiten al hombre tener relaciones sexuales y eventualmente reproducirse con una mujer.

A diferencia del aparato reproductor femenino, el masculino se encuentra mayormente a la vista, por fuera del cuerpo, y dispone de los mecanismos para producir e introducir en el útero una carga de espermatozoides (la eyaculación) y así fecundar el óvulo, dando lugar a un cigoto que, con el tiempo, devendrá en un nuevo individuo. Este método de reproducción es compartido por el ser humano con la mayoría de los animales vertebrados.


El aparato reproductor masculino nace junto al individuo pero inicia sus funciones hormonales y mecánicas a partir de la pubertad, etapa de la adolescencia en que el ser humano madura sexualmente y su cuerpo se dispone para la reproducción. Los hombres fértiles lo serán durante toda su vida, pero su capacidad de interacción sexual está limitada a la posibilidad de la erección, la cual disminuye o se pierde durante la llamada tercera edad (vejez).

Función del aparato reproductor masculino

Como hemos dicho, la función biológica primordial del aparato reproductor masculino es la reproducción. Esto pasa por diversas etapas que involucran a distintos órganos, en la medida en que se segregan las hormonas sexuales que activan el proceso y predisponen el organismo para la reproducción.

Se produce el semen y los espermatozoides en los testículos y la próstata (10 a 14 días); se da la erección a través del llenado de sangre del cuerpo del pene y, finalmente, luego del éxtasis durante el coito, se vacía a través de la uretra el contenido seminal (eyaculación).

Partes y órganos del aparato reproductor masculino

El aparato reproductor masculino involucra los siguientes órganos y conductos:

Órganos externos (por fuera del cuerpo):

  • Testículos. El principal órgano del sistema, se encarga de producir tanto las hormonas sexuales masculinas (testosterona, principalmente) como los espermatozoides (células reproductivas). Se encuentra alojado en el escroto, una envoltura de tejidos y de piel que los recubre y protege.
  • Pene. Es el órgano copulador del sistema, formado por tres instancias: el glande, que es la punta y la región más sensible; el cuerpo esponjoso, tejido del que forma parte el glande y que sostiene la uretra durante la erección para permitir el paso del semen; y los cuerpos cavernosos, ubicados en la parte superior del pene, los cuales se llenan de sangre y proveen de dureza y firmeza al pene erecto. Está normalmente cubierto por el prepucio, una capa de piel que forma parte del escroto. También sirve al aparato excretor para expulsar la orina del cuerpo.
  • Epidídimo. Se encuentra en la reunión de los conductos seminíferos, y se encarga de la maduración y activación de los espermatozoides.
  • Conductos deferentes. Conectan el epidídimo con los conductos eyaculatorios, permitiendo la salida del semen.

Órganos internos (por dentro del cuerpo):

  • Vesículas seminales. Producen un líquido alcalino y viscoso cuyo cometido es neutralizar la acidez de la uretra (producto de la orina) y salvaguardar a los espermatozoides. Este líquido forma parte del 40% del semen. Las vesículas se hallan junto a la próstata, detrás de la vejiga urinaria.
  • Próstata. Este órgano glandular es exclusivo del género masculino y se ubica detrás del recto, justo en la base de la vejiga urinaria. Produce mucho del contenido seminal que nutre a los espermatozoides en su viaje hacia el útero y además bloquea la salida de la orina durante el coito, para que no se mezclen las funciones excretora y reproductora.
  • Uretra. El conducto que lleva la orina de la vejiga hasta afuera del cuerpo, también sirve en el caso del hombre para llevar el semen hasta afuera.
  • Glándulas bulboretrales. Llamadas también glándulas de Cowper, se ubican bajo la próstata y segregan el líquido preseminal, que limpia el ducto de la uretra y neutraliza su acidez, allanando el camino para la eyaculación.

Enfermedades del aparato reproductor masculino

El aparato reproductor del hombre puede sufrir enfermedades como:

  • Fimosis. Se trata de una estrechez congénita del prepucio, que no permite al pene emerger libremente y suele ocasionar dolor e incomodidad durante las relaciones sexuales. Suele subsanarse mediante la circuncisión.
  • Cáncer. Las malformaciones tumorosas suelen aquejar particularmente a la próstata y a los testículos.
  • Infecciones venéreas. Tales como el herpes, virus del papiloma humano, la sífilis, gonorrea, SIDA y otras más, algunas de las cuales producen síntomas locales reconocibles, como pústulas, supuración purulenta o dificultades para orinar.
  • Prostatitis. El agrandamiento de la próstata suele ser producto de infecciones bacterianas, pero también un indicador de dolencias más profundas como la Hiperplasia Prostática Benigna o cáncer.


Aparato reproductor femenino

Como su nombre lo indica, el aparato reproductor femenino es el conjunto de órganos, tejidos y conductos presentes en los seres humanos del género femenino (así como de otros animales superiores), que cumplen con las diversas funciones involucradas en la reproducción sexual.

Esto implica desde la preparación para el coito, la fertilización del óvulo, el embarazo (o sus equivalentes en otros animales, como la puesta de huevos) y el nacimiento. También se le conoce como aparato genital femenino.


En el caso del ser humano, el aparato reproductor femenino es el encargado de propiciar física y bioquímicamente el encuentro entre los espermatozoides eyaculados por el hombre dentro de la vagina de la mujer, y los óvulos generados por ésta. Dicha unión se produce en el útero y, una vez producida la fecundación de las células, se genera un cigoto que tras nueve meses de crecimiento se convertirá en un nuevo individuo humano.

A todo el proceso de gestación de dicho nuevo individuo en el útero se lo conoce como embarazo, y durante los nueve meses que toma el cuerpo de la mujer se dispondrá hormonal, bioquímica y físicamente para brindar al feto los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo.

Cuando éste se encuentre listo para existir fuera de la matriz, los músculos alrededor del útero se contraerán y la cérvix se dilatará, para expulsarlo por el canal de parto (la vagina).

El aparato genital femenino, así, es indispensable para la reproducción de la especie y está diseñado evolutivamente para activarse en la pubertad, junto al despertar hormonal y sexual, etapa que forma parte de la adolescencia.

La menstruación, así, es una actividad normal del mantenimiento uterino, que descarta los óvulos no fecundados y renueva las paredes del endometrio, para que al mes siguiente las probabilidades de fertilidad sean siempre lo más altas

Función del aparato reproductor femenino


Como se ha dicho, la función del aparato reproductor de la mujer no podría ser más indispensable para la especie: propiciar la fecundación y servir de recipiente al nuevo individuo hasta la culminación de su gestación.

Sin embargo, no debe pensarse que dicha función es meramente pasiva. La producción de óvulos se inicia con la pubertad, junto a la menstruación, a pesar de que las mujeres nacen con la cantidad total de óvulos formados que dispondrá durante la vida.

Por su parte, los óvulos no esperan simplemente a ser fecundados, sino que segregan moléculas que atraen a los espermatozoides hacia ellos y, una vez producido el encuentro, facilitan la absorción del contenido del espermatozoide para obtener el cigoto. Se trata de un proceso complejo que se da en la conexión entre las trompas de Falopio y el útero en donde se gestará el bebé.

Partes del aparato reproductor femenino


El aparato genital de la mujer se compone de dos partes, cada una involucrando distintos conjuntos de órganos, glándulas y conductos.

Órganos externos. Los genitales femeninos se conocen en su conjunto como la vulva, y son los necesarios para llevar a cabo la cópula (relaciones sexuales con penetración del pene en la vagina). Esto comprende el clítoris, los labios mayores y labios menores, el Monte de Venus y los orificios de la uretra y de la vagina.

Órganos internos. La mayor porción del aparato genital femenino está dentro del cuerpo, y abarca diversos órganos que merecen mención aparte:

  • La vagina. Es el conducto que permite el ingreso del pene al interior del cuerpo femenino, acompañándolo de la necesaria lubricación y secreción, durante el coito. Finalizado el embarazo, se ensancha y permite la salida del recién nacido.
  • El útero. El saco en donde se produce la fecundación, se gesta el feto y lo contiene hasta el día del parto.
  • Los ovarios. Órganos en donde se gestan los óvulos y se los prepara para salir al útero, una vez por mes. Suelen ser dos y también se encargan de la producción hormonal para el desarrollo sexual de la mujer.
  • Las trompas de Falopio. Conductos de entre 10 y 13 cm que conectan los ovarios con el útero, y en los que puede darse la fecundación (pero rara vez se implanta el cigoto fecundado en ellos).

Enfermedades del aparato reproductor femenino

El sistema reproductor de la mujer puede sufrir diversas dolencias, como son:

  • Cáncer. Sobre todo en el cuello uterino, se le ha asociado a ciertas enfermedades de transmisión sexual (como el VPH) así como a factores hereditarios.
  • Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Así como al hombre, la mujer puede ser aquejada por enfermedades infecciosas que se contagian mediante el coito, como la gonorrea, la sífilis, el virus del papiloma humano o clamidias.
  • Endometriosis. Es un trastorno en el que el tejido que recubre al útero crece anormalmente fuera de él.
  • Infertilidad. Debida a diversas causas, algunas congénitas y otras de índole bioquímico, como un pH demasiado elevado (que aniquila a los espermatozoides) o mucosidad vaginal demasiado espesa (que les impide moverse).


Fuente: https://concepto.de/aparato-reproductor-femenino/#ixzz5ylWDcyQl

Fuente: https://concepto.de/aparato-reproductor-masculino/#ixzz5ylUb2sYN

Aparato genital. Anatomía, fisiología y patologías 

Fuente: https://www.mhe.es/cf/ciclos_serviciosocioculturales/8448183231/archivos/Anexo_Aparato_genital_AnatomIa_fisiologIa_y_patologIas.pdf
































3.1. Taller de sexualidad-aparato reproductor femenino y masculino

 

 

3.2. El sistema reproductor femenino

 

 

3.3. El sistema reproductor masculino

 

 

4. Fecundación y embarazo.

Para que se forme la vida es necesario que dos células se fusionen, una femenina y otra masculina. Este proceso que así contado parece algo sencillo, en realidad no lo es. Te contamos cómo se desarrolla la fecundación paso por paso.

Una vez formados los gametos, para que se produzca un nuevo ser es necesario que el óvulo y el espermatozoide se junten y fusionen, a este proceso se le denomina fecundación. En la especie humana la fecundación es interna, es decir se produce dentro del cuerpo de la mujer, concretamente en las Trompas de Falopio

Para ello es necesario que se produzca la copulación o coito que consiste en la introducción del pene en la vagina y la posterior eyaculación del semen 

El embrión (nombre que recibe el futuro bebé durante los tres primeros meses de embarazo) es fruto de la unión de dos gametos (células sexuales), uno que procede de la mujer (el óvulo) y otro del hombre (el espermatozoide). El embarazo es fruto de esa unión, es decir, de la fecundación, un proceso que parece sencillo pero que entraña más complejidad de la que asumimos. 


Para entender mejor cómo se produce el sorprendente proceso que nueve meses más tarde dará lugar a un bebé, veamos antes cómo se produce el milagro de la fecundación.

1. Los espermatozoides buscan el óvulo

Durante el coito, los espermatozoides penetran en la vagina. Al no convenirles el medio ácido de ésta, emigran hacia el cuello (un medio alcalino más favorable), atraviesan el útero y llegan a las trompas de Falopio en un par de horas. Allí pueden sobrevivir de 48 a 72 horas (fuera de la mujer viven menos de 24 horas). Es decir, la fecundación puede producirse dos o tres días después del encuentro sexual.

De los cientos de millones de espermatozoides que contiene el semen, apenas un centenar consigue llegar hasta el óvulo (el resto se agota y muere) y solo uno de ellos logrará entrar en su interior y fecundarlo. Cuando ocurre, la membrana del óvulo, hasta entonces permeable, altera su estructura química y cierra el paso al resto de espermatozoides.


2. Unión de un óvulo y un espermatozoide

Al unirse con el óvulo, el espermatozoide pierde la cola y fusiona su núcleo con el del gameto femenino. De esta simbiosis nace la primera célula del bebé: el huevo fecundado o cigoto, que contiene una información genética única: desde el color de ojos hasta la estatura aproximada que tendrá el nuevo ser humano.

3. Viaje del huevo al útero

  • Empujado por los impulsos musculares de la trompa y la ayuda de unos cilios vibrátiles (una especie de pelillos) que hay en ella, el huevo fecundado inicia un viaje de tres a cuatro días hacia el útero.
  • A las pocas horas de la fecundación se divide en dos células y en el camino continúa desdoblándose en partes iguales.
  • Cuando llega a la cavidad uterina consta de 16 células y se parece a una mora (mórula).
  • No anida de inmediato, porque aún no ha alcanzado el desarrollo necesario, sino que permanece libre dos o tres días (sufriendo nuevas modificaciones) antes de implantarse en la mucosa uterina.


4. Implantación del óvulo

  • La implantación tiene lugar siete días después de la fecundación, es decir, 21 ó 22 
días después del inicio de la última regla.
  • El huevo se sitúa sobre el endometrio y se adhiere fuertemente a él como una ventosa.
  • La capa exterior excava una especie de nido y forma el trofoblasto, una membrana que luego dará origen a la placenta, que nutrirá al bebé durante su estancia en el útero. A partir de ese momento, el desarrollo del embrión es constante y los cambios se suceden hora a hora hasta el día del parto.


5. Las hormonas señalan a la mujer que algo ocurre

Una o dos semanas después de la nidación, las hormonas comienzan a mandar señales que sugieren a la mujer que algo ha cambiado en ella: náuseas, cierta fragilidad emocional... Estos primeros síntomas de embarazo, que llenan de alegría a muchas parejas, en realidad solo son un pequeño reflejo de la increíble transformación que ha empezado a acusar el organismo femenino.



4.1. Ovulación fecundación y nidación.

 

 

5. Desarrollo embrionario y fetal

Desarrollo fetal

Conozca cómo se concibe un bebé y cómo se desarrolla dentro del útero de la madre.

Información

CAMBIOS SEMANA POR SEMANA

La gestación es el período de tiempo entre la concepción y el nacimiento cuando un bebé crece y se desarrolla dentro del útero de la madre. Debido a que es imposible saber exactamente cuándo ocurre la concepción, la edad gestacional se mide desde el primer día del último ciclo menstrual de la madre hasta la fecha actual. Se mide en semanas.

Esto significa que durante las semanas 1 y 2 del embarazo, una mujer no está todavía embarazada. Esto es cuando su cuerpo se está preparando para un bebé. Una gestación normal dura de 37 a 42 semanas.


Semana 1 a 2

  • La primera semana de embarazo comienza con el primer día del período menstrual de una mujer. Ella aún no está embarazada.
  • Durante el final de la segunda semana, se libera un óvulo del ovario. Aquí es cuando es más probable concebir si usted tiene relaciones sexuales sin protección.

Semana 3

  • Durante la relación sexual, los espermatozoides ingresan a la vagina después de que el hombre eyacula. Los espermatozoides más fuertes viajarán a través del cuello uterino (la abertura de la matriz o útero) hasta las trompas de Falopio.
  • Un solo espermatozoide y el óvulo de la madre se encuentran en la trompa de Falopio. Cuando dicho espermatozoide entra en el óvulo, ocurre la concepción. El espermatozoide y el óvulo combinados se llaman zigoto.
  • El zigoto contiene toda la información genética (ADN) necesaria para convertirse en un bebé. La mitad del ADN proviene del óvulo de la madre y la mitad del espermatozoide del padre.
  • El zigoto pasa los próximos días bajando por la trompa de Falopio. Durante este tiempo, se divide para formar una bola de células llamada blastocisto.
  • Un blastocisto está compuesto de un grupo interno de células con una cubierta externa.
  • El grupo interno de células se convertirá en el embrión. El embrión es lo que se convertirá en su bebé.
  • El grupo externo de células se convertirá en estructuras, llamadas membranas, las cuales nutren y protegen al embrión.

Semana 4

  • Una vez que el blastocisto llega al útero, se incrusta en la pared uterina.
  • En este momento en el ciclo menstrual de la madre, el revestimiento del útero es grueso con sangre y está para brindarle soporte al bebé.
  • El blastocisto se adhiere firmemente a la pared del útero y recibe nutrición de la sangre de la madre.

Semana 5

  • La semana 5 es el comienzo del "período embrionario"; es decir, cuando se desarrollan todos los principales sistemas y estructuras del bebé.
  • Las células del embrión se multiplican y comienzan a asumir funciones específicas. Esto se llama diferenciación.
  • Se desarrollan todas las células sanguíneas, las nefronas y las neuronas.
  • El embrión crece rápidamente y los rasgos externos del bebé empiezan a formarse.
  • El cerebro, la médula espinal y el corazón del bebé empiezan a desarrollarse.
  • El tracto gastrointestinal del bebé comienza a formarse.
  • Es durante este tiempo en el primer trimestre que el bebé tiene mayor riesgo de daños a raíz de factores que pueden causar anomalías congénitas. Esto incluye ciertas medicinas, consumo de drogas ilícitas, consumo excesivo de alcohol, infecciones como la rubéola y otros factores.

Semanas 6 a 7

  • Las yemas o brotes de brazos y piernas comienzan a crecer.
  • El cerebro del bebé se transforma en 5 áreas diferentes. Algunos nervios craneales son visibles.
  • Los ojos y los oídos comienzan a formarse.
  • Se forma tejido que se ha de convertir en la columna y otros huesos.
  • El corazón del bebé continúa desarrollándose y ahora late a un ritmo regular.
  • La sangre se bombea a través de los vasos mayores.

Semana 8

  • Los brazos y las piernas del bebé se han alargado.
  • Las manos y los pies comienzan a formarse y lucen como pequeños remos.
  • El cerebro del bebé continúa formándose.
  • Los pulmones comienzan a formarse.

Semana 9

  • Se forman los pezones y los folículos pilosos.
  • Los brazos crecen y se desarrollan los codos.
  • Se pueden observar los dedos del pie del bebé.
  • Todos los órganos esenciales del bebé han comenzado a crecer.

Semana 10

  • Los párpados del bebé están más desarrollados y comienzan a cerrarse.
  • Las orejas comienzan a tomar forma.
  • Las características faciales del bebé se vuelven más distintivas.
  • Los intestinos rotan.
  • Al final de la décima semana de embarazo, su bebé ya no es un embrión. Ahora es un feto, la etapa de desarrollo hasta el nacimiento.

Semanas 11 a 14

  • Los párpados del bebé se cierran y no volverán a abrirse hasta que más o menos la semana 28.
  • La cara del bebé está bien formada.
  • Las extremidades son largas y delgadas.
  • Aparecen las uñas en los dedos de las manos y los pies.
  • Aparecen los genitales.
  • El hígado del bebé está produciendo glóbulos rojos.
  • La cabeza es muy grande -- aproximadamente la mitad del tamaño del bebé.
  • Ahora su pequeño puede formar un puño.
  • Aparecen brotes dentarios para los dientes del bebé.

Semanas 15 a 18

  • En esta etapa, la piel del bebé es casi transparente.
  • Un pelo fino llamado lanugo se desarrolla en la cabeza del bebé.
  • Los huesos y el tejido muscular se siguen desarrollando y los huesos se vuelven más duros.
  • El bebé comienza a moverse y a estirarse.
  • El hígado y el páncreas producen secreciones.
  • Ahora su bebé hace movimientos de succión.

Semanas 19 a 21

  • Su bebé puede oír.
  • El bebé es más activo y continúa moviéndose y flotando.
  • La madre puede sentir una agitación en la parte inferior del abdomen. Esto se llama primeros movimientos fetales, cuando la mamá puede sentir los primeros movimientos del bebé.
  • Al final de esta etapa, el bebé puede tragar.

Semana 22

  • El lanugo cubre todo el cuerpo del bebé.
  • El meconio, primera deposición del bebé, se forma en el tracto intestinal.
  • Aparecen las cejas y las pestañas.
  • El bebé es más activo con aumento del desarrollo muscular.
  • La madre puede sentir al bebé moverse.
  • El latido del corazón del bebé puede escucharse con un estetoscopio.
  • Las uñas crecen hasta el extremo de los dedos del bebé.

Semanas 23 a 25

  • La médula ósea comienza a producir glóbulos.
  • Se desarrollan las vías respiratorias inferiores de los pulmones del bebé.
  • Su bebé empieza a almacenar grasa.

Semana 26

  • Las cejas y las pestañas están bien formadas.
  • Todas las partes de los ojos del bebé están desarrolladas.
  • Su bebé puede sobresaltarse en respuesta a los ruidos fuertes.
  • Las huellas de los pies y las huellas digitales se están formando.
  • Se forman los sacos de aire en los pulmones del bebé, pero los pulmones aún no están listos para trabajar por fuera del útero.

Semanas 27 a 30

  • El cerebro del bebé crece rápidamente.
  • El sistema nervioso se desarrolla lo suficiente para controlar algunas funciones del cuerpo.
  • Los párpados del bebé se pueden abrir y cerrar.
  • El aparato respiratorio, aunque inmaduro, produce agente tensioactivo. Esta sustancia ayuda a que los alvéolos se llenen de aire.

Semanas 31 a 34

  • Su bebé crece rápidamente y acumula mucha grasa.
  • Se presenta respiración rítmica, pero los pulmones del bebé no están completamente maduros.
  • Los huesos del bebé están completamente desarrollados, pero son aún blandos.
  • El cuerpo del bebé comienza a almacenar hierro, calcio y fósforo.

Semanas 35 a 37

  • El bebé pesa unas 5 1/2 libras (2.5 kg).
  • Su bebé sigue aumentando de peso, pero probablemente no aumentará mucho más.
  • La piel no está tan arrugada a medida que se forma grasa bajo la piel.
  • El bebé tiene patrones de sueño definidos.
  • El corazón y los vasos sanguíneos de su bebé están completos.
  • Los músculos y los huesos están completamente desarrollados.

Semana 38 a 40

  • El lanugo ha desaparecido excepto en la parte superior de los brazos y los hombros.
  • Las uñas pueden extenderse más allá de las puntas de los dedos.
  • Se presentan pequeños brotes mamarios en ambos sexos.
  • El cabello de la cabeza ahora es grueso y más denso.
  • En su 40ª semana del embarazo, van 38 semanas desde la concepción y su bebé podría nacer en cualquier momento.

5.1. Fecundacion, Desarrollo Fetal y Embrionario

 

 

6. Cuidados, alimentación y nutrición de la mujer embarazada y en periodo de lactancia.

Introducción

A lo largo de su vida, la mujer va pasando por distintas etapas y situaciones fisiológicas que cambian sus requerimientos nutricionales y energéticos. En función del género, los adolescentes comienzan a diferenciarse en el patrón de crecimiento, composición corporal y maduración sexual, requiriendo en consecuencia diferentes necesidades nutricionales. En la mujer, se requiere un aporte de hierro superior al de los varones. La gestación es un periodo de especial relevancia nutricional, ya que la mujer debe atender sus necesidades nutricionales, las del feto y las necesarias para la formación de las nuevas estructuras maternas implicadas en el mantenimiento del feto. Por ello, la mujer embarazada necesita mayor cantidad de nutrientes y energía que la no gestante. Desde un punto de vista nutricional, la lactancia es otra etapa especial para la mujer, ya que para producir leche materna los requerimientos nutricionales deben ser superiores a los de la etapa de gestación, pues será el único alimento que recibirá el bebé durante los primeros meses de vida. En esta etapa, la mujer debe seguir una alimentación adecuada y equilibrada, ya que el estado nutricional de la madre afectará a la composición de la leche que produce.

Con posterioridad, la mujer se encuentra con otra situación fisiológica distinta denominada menopausia, que marca el inicio de la edad avanzada, etapa en las que vuelven a variar las necesidades nutricionales. Por todo ello, los expertos han establecido recomendaciones específicas para los distintos grupos de edad, actividad física y situaciones fisiológicas, como son entre otras, la gestación, lactancia y menopausia, que afectan al estilo de vida de la mujer y tienen como objetivo mantener un buen estado de salud.


Nutrición y gestación

Las carencias nutricionales antes de la gestación y durante la misma, podrían afectar tanto al estado de salud de la madre como al del niño, incluso después del parto. El estado de salud y nutricional de la mujer antes de la gestación, condiciona su propia fertilidad, el riesgo de sufrir un aborto o incluso que los hijos sufran alguna malformación. Por ejemplo la carencia de ácido fólico antes de la concepción y durante las primeras semanas de gestación, incrementa el riesgo de la aparición de espina bífida en los descendientes. Otras situaciones como un control excesivo de peso corporal, anorexia, obesidad, consumo de tabaco, café y alcohol, pueden afectar a la fertilidad. Además, la carencia de vitaminas A, C, D, E B 12 o minerales como zinc, selenio, yodo, calcio y hierro, también pueden originar infertilidad.

Diversos estudios epidemiológicos demuestran que la carencia o exceso de ciertos nutrientes en la gestante, se asocian de forma evidente al desarrollo y crecimiento del feto, a tener un embarazo de riesgo y a una peor recuperación tras el parto. Durante la gestación, las necesidades nutricionales se incrementan para atender también las demandas energéticas dedicadas al desarrollo y crecimiento del feto y además, para la formación de los soportes maternos implicados en la gestación como son la placenta, el útero, las glándulas mamarias y la sangre. Además, la madre aumentará los depósitos grasos para utilizarlos al final del embarazo, durante el parto y la lactancia. Por otro lado, la gestante obesa presenta mayor riesgo de padecer hipertensión, diabetes gestacional, cesárea, presenta habitualmente peores índices neonatales, defectos en el tubo neural, parto prematuro y mayor dificultad en llevar a cabo la lactancia con éxito.

Se considera que la mujer embarazada tiene un riesgo alto de malnutrición cuando:

  • No ingiere una dieta equilibrada.
  • Lleva a cabo un embarazo múltiple.
  • Consume tabaco, alcohol, y demás drogas
  • Presenta intolerancia a la lactosa.
  • Su peso pregestacional esta fuera del índice de masa corporal -entre 18 y 28-, o aumenta de peso -de forma muy rápida-, durante la gestación.
  • Tiene bajos recursos económicos.
  • Son adolescentes

Estas mujeres deben ser monitorizadas necesariamente por profesionales sanitarios, para que lleven a cabo una dieta que cubra sus necesidades energéticas y nutricionales específicas, poder asegurar el crecimiento y desarrollo del feto, preparar al organismo para el parto, el postparto y la lactancia.

Requirimientos y recomendaciones nutricionales en la gestación

En la gestación es imprescindible que la dieta de la mujer reúna todos los nutrientes necesarios para asegurar el crecimiento adecuado y óptimo desarrollo del feto y mantener además el estado de salud de ambos. Así, la dieta de la madre debe garantizar ciertas reservas de nutrientes, que se utilizarán más tarde en la etapa de lactancia. Para establecer los requerimientos energéticos durante la gestación, se deben tener en cuenta las necesidades nutricionales de la mujer antes de la gestación, aumentando ciertos nutrientes a consecuencia del embarazo. Durante la gestación, la mayoría de nutrientes deben incrementarse debido al aumento del gasto metabólico basal. Puesto que cada nutriente cumple una determinada función en el crecimiento y desarrollo de los tejidos, los requerimientos de nutrientes varían en función de las necesidades.

Energía

En la gestación, los requerimientos energéticos diarios aumentan de 250 a 300 kcal, aunque es importante establecer dichos requerimientos en función de las necesidades específicas de la madre.

El aumento de los requerimientos energéticos basales en la gestación, se justifica por la formación de nuevos tejidos corporales, el crecimiento de útero, placenta y el feto, además del aumento del esfuerzo cardíaco materno. La primera fase de la gestación se caracteriza por ser una etapa anabólica, donde las necesidades de energía del feto y la placenta están reducidas, y el metabolismo de la madre se dirige a la acumulación de reservas de grasa. Conforme avanza la gestación, disminuye la cantidad de energía destinada a la unidad fetoplacentaria y la energía almacenada por la madre. Esta segunda fase se caracteriza por ser más catabólica, donde las reservas de grasa acumuladas comienzan a movilizarse, se representan los cambios metabólicos más importantes en la mujer gestante:

Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono deben suponer entre el 45 y 60 % del valor calórico total de la dieta, aconsejando la ingesta de hidratos de carbono complejos y el incremento del consumo de fibra total a 28 g por día.

Proteínas

Además de las pautas de ingesta de proteínas de referencia para la población general, la EFSA aconseja una ingesta adicional de 1 g de proteína al día durante el primer trimestre de gestación, aumentando en el segundo trimestre a 9 g de proteína al día y en el tercer trimestre a unos 28 g de proteína al día. Es aconsejable que estas proteínas sean de alto valor biológico.

Lípidos

La grasa ingerida por la dieta debe adaptarse a las cantidades recomendadas y suponer entre un 20% y 35% del valor calórico total

Vitaminas y Minerales

En general, los micronutrientes tienen una importancia especial en la gestación, en parte por la función que desempeñan en la formación de los tejidos del feto y por lo que suponen para el futuro estado de salud del niño, se incluyen recomendaciones nutricionales de micronutrientes para la mujer gestante.

Alimentación y hábitos saludables en la gestión

Durante el embarazo, la alimentación está directamente implicada en la correcta formación y desarrollo del feto. Por ello, debe ser variada y equilibrada y debe incluir todos los alimentos propuestos en la pirámide nutricional, respetando el número de raciones diarias  y su peso, para alcanzar el aporte adecuado de nutrientes. A continuación se describen algunas recomendaciones específicas para evitar el riesgo de malnutrición en mujeres embarazadas:
  • Incrementar los requerimientos energéticos diarios entre 250 y 300 kcal, sobre todo en el segundo semestre de embarazo. Para conseguir esto, es aconsejable aumentar principalmente el consumo de leche y derivados lácteos.
  • Incrementar el aporte de calcio mediante la ingesta de leche y derivados.
  • Incrementar el aporte de hierro mediante la ingesta carnes, pescado y marisco, huevos, y en menor proporción legumbres y cereales integrales. Es importante ingerir alimentos ricos en vitamina C, ya que mejora la absorción del hierro que proviene de los alimentos vegetales.
La sal que se utilice para las preparaciones culinarias debe ser yodada, para evitar así el déficit de yodo. También son fuentes de yodo el pescado de origen marino, la carne, las verduras, etc.

- Incrementar el aporte de ácido fólico ingiriendo fruta, verduras con hojas de color verde oscuro, el pan, cereales, avellanas, cacahuetes, etc.

- Se debe evitar el tabaco, alcohol, cafeína y la automedicación.

- Mantener una correcta hidratación y beber agua de manera regular.

- Realizar alguna actividad física moderada como andar, nadar y vigilar la exposición al sol, haciéndolo de manera prudente -para la síntesis de vitamina D-, utilizando la protección adecuada. También se puede practicar algún ejercicio específico pre-parto para fortalecer el suelo pélvico.

Problemas habituales en el embarazo relacionados con la nutrición

Durante los primeros meses de gestación, la mujer sufre una serie de adaptaciones hormonales que pueden generar nauseas y vómitos, que suelen desaparecer a partir de la segunda mitad de la gestación. También es frecuente la aparición de acidez o estreñimiento. A continuación se describen algunas recomendaciones dietéticas para mejorar estas molestias:

a) Nauseas y vómitos
  • Evitar las comidas copiosas, intentando que sean más ligeras y distribuidas en varias tomas a lo largo del día.
  • Consumir preferentemente hidratos de carbono que faciliten la digestión como el pan tostado, cereales, etc. Es aconsejable tomar algún alimento de este tipo antes de levantarse de la cama.
  • Si no se toleran bien los alimentos sólidos, se puede optar por ingerir zumos o bebidas con azúcar, pero que no contengan gas.
  • No es aconsejable tomar zumos muy ácidos ni beber agua en ayunas.
  • Evitar la ingesta de líquidos en las comidas.
  • No tomar bebidas excitantes como café o té.
  • Disminuir el consumo de alimentos ricos en grasas y muy especiados.
  • Se deben evitar los olores de ciertas preparaciones culinarias que no resulten agradables.
  • Limitar los alimentos que no sean bien tolerados.

b) Pirosis o acidez
  • - Repartir los alimentos a lo largo del día, intentando reducir el volumen de los mismos.
  • - Evitar las comidas grasas e intentar comer despacio.
  • - Es aconsejable no irse a dormir justo antes de comer, evitando la ingesta de alimentos en las 2 a 3 horas previas. Tampoco es aconsejable realizar actividad física justo después de las comidas.
  • - Es aconsejable utilizar ropa cómoda que no oprima.

c) Estreñimiento
  • - Es importante incrementar la ingesta de líquidos. Las bebidas calientes (sopas, caldos, etc.) o a temperatura ambiente, mejoran la motilidad intestinal.
  • - Consumir preferentemente alimentos ricos en fibra (legumbres, cereales integrales, frutas, verduras, etc.), siempre que se toleren bien.
  • - En el organismo, el aceite tiene una función lubricante, por lo que no se puede eliminar de la dieta de manera drástica.
  • - Practicar alguna actividad física moderada.
  • - Se aconseja no tomar laxantes salvo prescripción médica.

Nutrición y lactancia

La leche materna cubre todas las necesidades nutricionales del bebé y está adaptada a la situación fisiológica propia del recién nacido. Durante la etapa de la lactancia, las necesidades nutricionales maternas se ven incrementadas para suplir el esfuerzo metabólico derivado de la producción de leche materna. El esfuerzo metabólico se dirige a la síntesis de grasas, proteínas y vitaminas que incluye la leche y que cubrirá los requerimientos nutricionales del niño.

La alimentación de la madre lactante es de gran importancia, dada la influencia que la ingesta de nutrientes tendrá sobre la calidad y cantidad de leche que se produce y sobre su propia salud. Una madre desnutrida producirá leche a costa de sus propias reservas, lo que le podría ocasionar un deterioro físico y de su estado de salud.

Por otra parte, parece ser que las mujeres con sobrepeso y obesidad previa a la gestación presentan niveles inferiores de prolactina en el postparto, con unos ratios más bajos en la iniciación y mantenimiento de la lactancia.

Así, es importante controlar el peso de la mujer antes y durante embarazo y tras el parto, y deben seguir las recomendaciones específicas para que la lactancia se lleve a cabo con éxito.

Nutrición y lactancia 

Los requerimientos nutricionales durante la lactancia son más elevados que en la gestación. El aumento de estas necesidades de energía se debe al volumen y valor energético de la leche producida, ya que la secreción de 800 mL de leche al día tiene un valor energético aproximado de 550 kcal. Los déficits nutricionales durante la lactancia, pueden afectar a la producción de leche materna y en menor medida a su calidad, ya que la composición de la leche depende de las reservas de la madre. Por ello, es importante que la madre mantenga un estado de nutrición óptimo para evitar un estado de desnutrición.

Energía

En el período de lactancia, los requerimientos energéticos diarios se incrementan en 500 kcal aproximadamente, aunque es importante establecer los requerimientos en función de las necesidades específicas de cada madre. Para cubrir estas necesidades, la mujer necesita incrementar la cantidad de alimentos sólidos y líquidos en la dieta. De esta manera se asegura que la producción de leche ofrezca la calidad y cantidad que el niño necesita para satisfacer sus necesidades. Hay que tener en cuenta que para el mantenimiento de la lactancia, la necesidad de energía es proporcional a la dosis de leche generada. Aproximadamente, se necesitan ingerir unas 85 kcal/100 g de leche que produce la madre. Durante la lactancia, las pérdidas de los depósitos grasos que se producen en la mujer, facilitan que se recupere el peso inicial previo a la gestación.

Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono -al igual que ocurre en la gestación-, deben suponer entre el 45 y el 60% del valor calórico total de la dieta. Es aconsejable incrementar el consumo de fibra total a 29 g por día.

Proteínas

Además de las pautas de ingesta de proteínas de referencia para la población general, la EFSA aconseja una ingesta adicional de 19 g de proteína al día durante primeros los seis meses de lactancia y a partir de los seis meses, aumentar en unos 13 g de proteína por día. Es aconsejable que estas proteínas sean de alto valor biológico.

Lípidos

La grasa ingerida por la dieta debe adaptarse a las cantidades recomendadas para mujeres lactantes y suponer entre un 20% y 35% del valor calórico total. Las ingestas recomendadas son semejantes a las indicadas para mujeres gestantes, así como los valores de referencia para los ácidos grasos esenciales.

Vitaminas y minerales

En el período de lactancia, también son de especial relevancia en la dieta de la madre los micronutrientes. Para evitar carencias o déficit de micronutrientes, a continuación se describen los más importantes en esta etapa:

  • Debe incrementarse la ingesta de vitaminas liposolubles (A y E) con respecto a la mujer gestante.
  • La mayoría de las vitaminas hidrosolubles se encuentran aumentadas, especialmente la B2, B6 y la C.
  • Los requerimientos de ácido fólico también se encuentran incrementados, asegurando así que la leche de la madre contiene esta vitamina tan esencial en la dieta: Así, el lactante recibirá los aportes adecuados de folato a través de la leche materna.

Alimentación y hábitos saludables en la lactancia

En la lactancia, al igual que ocurre en la gestación, para alcanzar el aporte adecuado de nutrientes es fundamental que la dieta de la mujer sea variada y equilibrada, incluyendo todos los alimentos de la pirámide nutricional y respetando el número de raciones y el peso. Si la dieta no es equilibrada ni variada, tendrá déficit de nutrientes, y esto va a repercutir en la calidad de la leche materna y por tanto en el correcto desarrollo del niño. Además, la desnutrición también afecta a algunas reservas de nutrientes, pudiendo afectar al estado de salud de la madre.

A continuación se describen algunas recomendaciones para mejorar la lactancia materna:

  • Incrementar los requerimientos energéticos diarios unas 500 kcal, aproximadamente.
  • Para garantizar una correcta producción de leche, se debe asegurar el aporte diario extra de 700 mg de calcio, que equivale a 4 a 6 raciones de lácteos.
  • Es recomendable el consumo de alimentos ricos en vitaminas hidrosolubles (frutas, verduras, etc.), para que la leche incluya estas sustancias en su composición nutricional.
  • Se debe incrementar la ingesta de líquidos para la producción de leche.
  • Se debe evitar el tabaco, alcohol, cafeína y la automedicación.
  • Podemos encontrar algunos alimentos que modifiquen el sabor o el color de la leche materna. Entre ellos se encuentran las cebollas, pimientos, espárragos, alcachofas, nabos, apio, puerro, ajo, coles, legumbres, etc. Es importante controlar la reacción del bebe ante estas modificaciones de sabor, aunque no es necesario eliminar dichos alimentos si el bebe los acepta bien.
  • Es aconsejable buscar ambientes relajados para amamantar al bebé.
  • Realizar algún tipo de actividad física suave para la recuperación del peso y silueta de la madre. También se pueden practicar algunos ejercicios específicos post-parto para rehabilitar la musculatura del suelo pélvico. Es aconsejable que la actividad física se realice después de amamantar al niño.

Guía alimentaria para la mujer durante el período de embarazo y lactancia
Fuente: https://www.minsalud.gob.bo/images/Libros/DGPS/PDS/p345_g_dgps_uan_GUIA_ALIMENTARIA_PARA_LA_MUJER_DURANTE_EL_PERIODO_DE_EMBARAZO_Y_LACTANCIA.pdf


6.1. Alimentación y nutrición de la mujer durante el embarazo y lactancia