COMUNICACIÓN
Sitio: | ue.aprendiendomas.com.bo |
Curso: | 4° - Comunicación y Lenguajes: Lengua Castellana |
Libro: | COMUNICACIÓN |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | jueves, 30 de enero de 2025, 21:56 |
1. Argumentación y contraargumentacion
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los científicos, filosóficos, en el ensayo, en la oratoria política y judicial, en los textos periodísticos de opinión y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además de aparecer con frecuencia en la conversación cotidiana (aunque con poco rigor), es la forma dominante en los debates, coloquios o mesas redondas
Los textos argumentativos son aquellos en los que el emisor tiene como intención comunicativa prioritaria la de ofrecer su visión subjetiva sobre un determinado tema. En tanto que argumentar es, por definición, un procedimiento persuasivo, aparte de toda la información que a través de estos textos se pueda proporcionar (lo que implica que casi siempre haya también exposición), existe implícitamente en ellos también la intención de convencer al receptor acerca de lo que se está diciendo.
Disposición los textos de argumentación
El desarrollo de una argumentación puede organizarse, se sigue una disposición deductiva, o bien una disposición inductiva. En la deducción, que es lo más frecuente, se va de la tesis a la conclusión: la relación de causalidad está orientada desde la causa a la consecuencia. En la inducción, el sistema inverso al anterior, la conclusión representa el motivo para tomar en consideración la tesis: la relación de causalidad se orienta desde la consecuencia hacia la causa. Los recursos más habituales para apoyar la argumentación son: la contraargumentación (hacer explícitas las posibles objeciones a la propia argumentación); la comparación (con el objeto de demostrar algo); la definición (para precisar los términos de los que se habla); la cita de información externa (noticia de un periódico, declaraciones de alguien...), que cuando es un apoyo explícito a la opinión del autor se denomina 'cita o argumento de autoridad' (que sirven para prestigiar la del emisor); la ejemplificación; la escala de fuerza argumentativa (evaluación de argumentos y conclusiones de otros), etc. el texto argumentativo se trata de defender una idea.
2. La Pragmática en el discurso
la Pragmática de discurso
3. Visión de la película “Doce hombres en pugna” de Sidney Lumet y basada en el guion para TV de título homónimo escrito por Reginald Rose.
Un joven de 18 años, está siendo acusado del asesinato de su padre y los
hechos fundamentales lo condenan: Hay una testigo que vio cuando lo
apuñalaba; alguien lo oyó gritar “te mataré” y luego lo vieron salir
corriendo de su casa; el arma homicida es idéntica a la que él poseía… y
el chico no puede probar que estuvo en un cine como ha declarado.
Ahora, un jurado de 12 miembros debe determinar, con base en lo
establecido en el juicio, si el joven merece la silla eléctrica o si hay
por lo menos una duda razonable que permita declararlo inocente. El
veredicto debe ser unánime, y entonces, los miembros del jurado son
llevados a una sala para deliberar. El consenso parece fácil y sin
dilaciones de ningún tipo… pero, en el jurado hay un hombre que
considera que, antes de emitir un juicio, es necesario discutirlo
primero y repasar los hechos. “No tenemos que ganar ni que perder con
nuestro veredicto – dirá en algún momento - esa es la razón por la que
no deberíamos convertirlo en algo personal”.
Contra toda frialdad, contra todo egocentrismo e indiferencia, brota
entonces la fuerza de la razón, y un concienzudo análisis que descubre
parte del creador y destructor acervo del inconsciente humano, hace que
broten sentimientos ocultos, el más craso individualismo, afanes
reprimidos de venganza... y un deseo ferviente de justicia que poco a
poco va llevando luz hasta los corazones más apagados.
La obra de Reginald Rose es de un virtuosismo en su capacidad de extraer
la nobleza que hay en cada ser humano, que para quien logre
compenetrarse con su ferviente estudio, creo que saldrá renovado por
completo en su interpretación de la vida. Rose entierra la apatía,
cercena el actuar por lo que yo quiero y no por lo que yo debo, y nos
deja tan claro el compromiso que tenemos con cada ser humano que, no
exagero si digo que lo suyo parece una epifanía.
Sidney Lumet, ese brillante director de varios hitos cinematográficos,
alcanza la cima desde este debut, en el que logra una correctísima
puesta en escena y unas poderosas actuaciones que mantienen el clima
narrativo siempre en ascenso, no obstante que la historia transcurre,
prácticamente, en una sala de deliberaciones.
El filme es de una enorme fuerza psicológica. Cada escena, cada detalle,
cada nueva votación, va haciendo progresiva la afloración de aquellas
ocultas razones que explican a los avisados porqué hacemos lo que
hacemos y porqué decimos lo que decimos. Y así, se vuelve muy débil el
juzgar y más débil aún el condenar.
“12 HOMBRES SIN PIEDAD” resulta imprescindible, una y muchas veces, para
todos aquellos que aspiran a ejercer el derecho, también para aquellos
que lo ejercen y asumen que la justicia es la condena, y aún para toda
la humanidad porque, lastimosamente, con frecuencia nos arrogamos el
papel de jueces de muchos seres humanos.
12 Hombres en Pugna