El Dibujo y la Pintura como Expresion Cultural
Sitio: | ue.aprendiendomas.com.bo |
Curso: | 4° - Artes Plásticas y Visuales |
Libro: | El Dibujo y la Pintura como Expresion Cultural |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | miércoles, 15 de enero de 2025, 13:50 |
1. Proporción de la cabeza humana
Dibujar correctamente la cabeza de una persona, es el resultado de entrenar nuestro ojo para percibir la forma, proporción y perspectiva de nuestro modelo. No te asustes, no es tan complejo como suena y, una vez que domines esto, el alma de tu retrato te será “revelado”.
El cráneo tiene más forma de esfera que de otra cosa.
Vamos a empezar representando una esfera, a ésta le vamos a poner un eje (en esta imagen tiene como un clavo para que te sea fácil identificarlo).
Ahora vamos a dividir la esfera en un medio y luego en cuartos. Esa cruz que se marca al dividir en cuartos es la que nos indicará donde van los rasgos de la cara.
Imaginemos que nuestra esfera es de plastilina, vamos a cortar los extremos de los lados para poder posicionar ahí las orejas.
Ahora, la línea que divide nuestra esfera a la mitad, es la que nos indica donde van situadas las cejas de nuestro personaje.
A la mitad de camino entre la línea del ceño y el eje, vamos a establecer la línea del pelo o parte superior de la cara. Alarguemos la línea media hasta la base de la esfera. Ahí vamos a marcar dos puntos casi iguales en el espacio de la frente. Esto nos da la longitud de la nariz, y más abajo la de la base del mentón.
Ahora tracemos la línea de la mandíbula,
que conecta la mitad del extremo de la esfera a cada lado. Las orejas se colocan en la
línea media (la mitad abajo y la mitad arriba), más o
menos a una distancia igual al espacio que hay entre el ceño y la base de la
nariz. La “cruz” o punto donde la línea del ceño
atraviesa por la mitad de la cara, es el punto clave en la construcción de toda la cabeza,
porque determina la posición del plano facial en la esfera. Es fácil determinar esa cruz en el modelo que
estemos dibujando, recuerda que dependerá de la posición en la que ubiques la
cruz para establecer los dos lados de la cabeza y de la cara.
2. El retrato y autorretrato
El Retrato
Del latín ‘retractu’ es una pintura o efigie principalmente de una persona.
En el arte, un retrato es la representación de la figura humana, principalmente el rostro, de manera tridimensional, cuando es una escultura, o en dos dimensiones, si es dibujo, pintura o fotografía.
En el retrato predomina la cara y su expresión, muestran la semejanza, personalidad e incluso el estado de ánimo de la persona. En fotografía un retrato no es generalmente una simple foto, sino una imagen compuesta de la persona en una posición quieta.
En el transcurso de la historia del arte, los retratos se han realizado, desde los egipcios hasta nuestros días; utilizando todas las técnicas y materiales al alcance de los artistas, llevados a cabo en todas las tendencias y han evolucionado en el tiempo.
Retrato Fisonómico
El más antiguo retrato fisonómico realista de un personaje viviente tras la época clásica fue el Retrato de Carlos I de Anjou, de Arnolfo di Cambio (1277). Los retratos realistas reaparecieron en Borgoña y Francia.
El Renacimiento, fue un punto significativo en la evolución del arte del retrato por el renovado interés hacia el mundo natural, el hombre y la expresión clásica del arte romano. El retrato tuvo así una importante función social, tanto esculpido, a través de bustos o cabezas, como pintado. Tuvo notable difusión el retrato de busto hasta las espaldas, sobre todo en Florencia (Mino da Fiesole, Andrea del Verrocchio) y en Nápoles (Francesco Laurana).
Tipos de retratos
Plano entero
También conocido como Plano Figura, encuadra la figura entera del personaje a fotografiar, desde los pies a la cabeza.
Tres cuartos o Plano americano
Denominado 3/4 (tres cuartos) o plano medio largo, recorta la figura por la rodilla aproximadamente. Es ideal para encuadrar en la fotografía a varias personas interactuando.
Plano medio
Recorta el cuerpo en la fotografía a la altura de la cintura. Es la distancia adecuada para mostrar la realidad entre dos sujetos, como en el caso de las entrevistas.
Busto o Plano medio corto
Capta el cuerpo desde la cabeza hasta la mitad del pecho. Este plano nos permite aislar en la fotografía una sola figura dentro de un recuadro, descontextualizándola de su entorno para concentrar en ella la máxima atención.
Primer plano
Recoge el rostro y los hombros. Este tipo de plano, al igual que el Plano detalle y el primerísimo primer plano, se corresponde con una distancia íntima, ya que sirve para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje.
Primerísimo primer plano
Capta el rostro desde la base del mentón hasta la punta de su cabeza. También dota de gran significado a la imagen.
Plano detalle
Recoge una pequeña parte de un cuerpo u objeto. En esta parte se concentra la máxima capacidad expresiva, y los gestos se intensifican por la distancia tan mínima entre cámara y sujeto/objeto. Sirve para enfatizar algún elemento de esa realidad.
El Autorretrato
Durante el renacimiento se difunde la práctica del autorretrato, primero como elemento en un cuadro de grupo, luego como sujeto independiente desde la segunda mitad del siglo XVI.
El autorretrato en miniatura más antiguo que se tenga constancia es el de Nicholas Hilliard de 1575, aunque no fue el primero que creó una imagen de sí mismo. Los primeros autorretratos del arte occidental aparecieron durante el Renacimiento, cuando los artistas pintaban su propia cara entre la muchedumbre, en origen en escenas narrativas. El género del autorretrato fue tomando una importancia creciente después del período clásico.
Durante los períodos barroco y rococó, en los siglos XVII y XVIII, los retratos adquirieron gran importancia. Dentro de una sociedad cada vez más dominada por la burguesía, las representaciones de individuos lujosamente vestidos al lado de símbolos de pujanza y de riqueza temporal contribuyeron de manera eficaz a la afirmación de su autoridad.
En un autorretrato no sólo se pinta una apariencia física o se busca un parecido sino que interviene la subjetividad del artista, ya que el pintor se representa a través de su propia mirada, interviniendo su estado anímico, gestos y colores. Así, entre sus funciones están la auto-examinación y auto-representación, rememorar el pasado, construir la propia identidad o indagar sobre ella, como publicidad de sus habilidades o incluso aprovechar para experimentar alguna técnica o forma de expresión.
3. La caricatura y el dibujo humorístico
Un dibujo humorístico o caricatura humorística (referido a veces, aunque incorrectamente, con el anglicismo cartoon) es un diseño humorístico acompañado o no de leyenda, de carácter crítico, en el que se retrata o representa de una manera bastante sintética algo que se vincula con la cotidianidad o la actualidad de una sociedad, o con un tipo de persona o de personaje. Un dibujante especializado en la creación de dibujos humorísticos recibe el nombre de humorista gráfico o caricaturista.
En el mundo de habla inglesa la palabra cartoon fue utilizada por primera vez en este contexto en la década de 1840, cuando la revista Punch publicó una serie de cargadas que parodiaban estudios hechos para los frescos del Palacio de Westminster, con una especial orientación a satirizar acontecimientos de la política de esa época. El significado original de la palabra cartoon, es pues equivalente a «estudio», «esbozo», «borrador» o «anteproyecto», términos todos ellos bastante utilizados en las artes plásticas.
Este tipo de diseño gráfico también es considerado como una forma breve de comedia, y por cierto mantiene plena vigencia actualmente, manifestándose especialmente en la prensa escrita.
4. Técnicas de pinturas solubles: acuarela, témpera, técnicas mixtas y no tradicionales
El arte en pintura ha utilizado tradicionalmente unas cuantas técnicas, que aunque en menor medida, junto a las cualidades artísticas del pintor, hacen que las obras sean más o menos bellas. Dominar una técnica no es sencillo y los artistas deben educar su mano para poder conseguir transmitir sus ideas a la realidad.
Veamos de manera resumida algunos de los tipos de técnicas que podemos emplear tradicionalmente para pintar un cuadro.
Óleo. Quizás el óleo sea, de todas las técnicas pictóricas, la más conocida. Su dominio no resulta muy complicado y la mayoría de los pintores consiguen plasmar fácilmente sus ideas mediante las pinceladas de oleo. Existen varias formas de aplicar el óleo en un lienzo, las más conocidas son las de pincel y espátula.
La pintura al óleo (desde el punto de vista técnico) se caracteriza por tardar mucho en secar, los colores pueden ser mezclados en el propio lienzo y una vez seca se puede tapar encima con otro color, lo que permite rectificar nuestros cuadros de manera sencilla. En principio no necesita una especial protección, por lo que es una técnica muy versátil para cualquier pintor.
Acuarela. Quizás la más difícil de todas las técnicas. Estas pinturas al agua requieren una preparación del soporte muy cuidada. En la pintura con acuarela se suele utilizar papel especial como soporte, que previamente es humedecido y estirado. Cuando se pinta con acuarela las rectificaciones son muy difíciles y una de los miedos de todo pintor que pinta con acuarela es que esta no se corte, creando manchones feos que no son intencionados por el autor y que resultan muy complicados de disimular.
Acrílico. Pintar con acrílico es parecido a hacerlo con óleo. La pintura acrílica se disuelve en agua y es muy fácil de aplicar. Al igual que el óleo, el acrílico admite fácilmente una capa encima de otra, pudiendo así rectificar nuestras obras de manera sencilla. El acrílico también admite la pintura con espátula y es sin duda una forma muy interesante de comenzar a pintar. El principal inconveniente de la pintura con acrílico es que tiene un peor mantenimiento que el óleo.
Carboncillo y pastel. El carboncillo y pastel se suele aplicar sobre papel especial, permite mezclar colores en el propio soporte y se puede eliminar fácilmente con un trapo, lo que permite crear efectos de manchas muy interesantes. El principal problema de este tipo de técnica es que nos obliga a proteger la obra una vez acabada para evitar que el carboncillo o el pastel terminen desprendiéndose del soporte.