Como parte fundamental del encéfalo y del SNC, las funciones del cerebro podrían resumirse en controlar y regular la mayoría de funciones del cuerpo y de la mente. El cerebro se encarga de funciones vitales, como respirar o regular el pulso cardíaco, pasando por el sueño, el hambre o la sed, hasta funciones superiores como el razonamiento, la memoria, la atención (Corbetta & Shulman, 2002), el control de las emociones y la conducta…
UNIDAD 2: INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA PSICOLOGIA
Sitio: | ue.aprendiendomas.com.bo |
Curso: | 1° - Cosmovisiones Filosofía y Psicología |
Libro: | UNIDAD 2: INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA PSICOLOGIA |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | lunes, 25 de noviembre de 2024, 02:30 |
1. Perspectiva BioPsicoSocial
Las enfermedades crónicas que en una gran medida son el resultado de la conjunción de múltiples causas, donde se destacan las psicológicas, sociales y culturales, han dejado de manifiesto la insuficiencia del modelo tradicional de la medicina.
Dicho modelo, conocido como el modelo biomédico, excluye los factores psicológicos y socioculturales que modulan nuestro comportamiento y constituyen nuestro estilo de vida. Frente a este modelo de la medicina tradicional se ha planteado un modelo alternativo que toma en cuenta de modo significativo los factores psicológicos, sociales y culturales junto con los biológicos y medioambientales como determinantes en el desarrollo de las enfermedades, en su manifestación aguda y necesarios al diseñar la rehabilitación de las mismas. Este modelo recibe el nombre de modelo biopsicosocial.
El modelo biomédico
Este modelo fue establecido por Bright en el siglo XIX. Se basa en un enfoque patologista apoyado en la dicotomía mente-cuerpo.
Como ya señalamos, no contempla otras causas que las biológicas para enfocar el diagnóstico. Promueve una división anatómico-patológica de la medicina donde la persona enferma queda seccionada según cada especialidad. El tratamiento es el resultado de una objetivación bajo un supuesto curativo, y, en virtud de este rasgo de objetividad, se vuelve externo e independiente de la persona afectada y del médico interviniente.
Bajo este modelo encontramos una concepción negativa de salud, a la que se entenderá como ausencia de enfermedad. A su vez, la enfermedad se explica a partir de las alteraciones fisiológicas de la persona, desconociendo los procesos psicológicos y los aspectos socioambientales del proceso salud-enfermedad.
En los últimos trescientos años ha predominado tanto en la filosofía como en la ciencia una concepción dualista del hombre que asume la separación entre mente y cuerpo. Sin embargo, esta concepción no fue siempre dominante en la historia de la humanidad.
En antiguos libros de medicina china encontramos la postura de que para mantener una buena salud era importante sostener un balance con el entorno. Para los chinos la salud era el resultado de una armonía conjunta de la mente y el cuerpo con la naturaleza en la que el hombre estaba inmerso.
También las culturas clásicas de Grecia y Roma, incluso en el Medioevo occidental se propició una fuerte relación —y, muchas veces, la unidad— entre la mente y el cuerpo.
Esta posición holista subraya la interacción entre los factores biológicos y las diferentes personalidades o, al menos, los rasgos psicológicos más representativos. A su vez, salud y enfermedad eran un producto de un organismo en su totalidad.
Esta mirada integradora pierde su predominio en el siglo XVII cuando el estudio y comprensión de la mente/alma fue expulsada de la ciencia médica y relegada a la consideración de la religión o de la filosofía. La ciencia médica moderna nace del estrechamiento del campo médico a los límites del cuerpo, respondiendo al nuevo paradigma dualista que separaba, como independientes, el cuerpo y la mente.
La enfermedad fue considerada desde entonces un problema exclusivamente patofisiológico y sólo a través de la biología los médicos encaraban su curación. Esta posición se reforzó, indudablemente, a partir de los muchos descubrimientos tanto sobre las causas de las enfermedades como de mejores tratamientos y el auge de las vacunas que permitieron un mejor control preventivo de muchas enfermedades.
En el siglo XIX el descubrimiento de los microorganismos causantes de muchas enfermedades revolucionó la medicina y la apuntaló aún más en este dualismo.
Los factores psicológicos de la enfermedad quedaron reducidos a cuestiones del “espíritu”. El esfuerzo médico se centró en las infecciones, no sólo en su curación, sino muy básicamente en su prevención. Se erradicaron enfermedades históricamente graves.
Sin embargo, una serie no poco importante de “desórdenes” quedaban sin explicación y escapaban a las clasificaciones médicas de la época. Y esto motivó una revisión del paradigma desde médicos como Bernard que enfatizó la contribución de lo psicológico en las dolencias físicas. La teoría de Freud contribuyó a su vez para que la medicina retomara, lentamente, una mirada sobre la interacción de los factores psicológicos y físicos en algunas dolencias que permanecían sin explicación y sin tratamientos eficaces. Pero, por muchas décadas siguió predominando el enfoque sobre el cuerpo, los microorganismos y y los determinantes biológicos de las enfermedades
El modelo biopsicosocial
Frente al paradigma tradicional, Engel en 1977 propone un modelo que se apoya en la concepción de que en todos los estadios del proceso salud-enfermedad coexisten factores biológicos, psicológicos y sociales implicados. Tanto en lo que respecta a un estadio de salud como en los diferentes niveles de enfermedad.
Este modelo ya no piensa a la persona dividida, como una mente que gobierna una máquina, el cuerpo; sino que la comprende de un modo holístico como la integración de sistemas y subsistemas siempre interrelacionados en un proceso dinámico y transaccional:
Eterminantes biológicos de las enfermedades.
Para el modelo biopsicosocial ya no es el cuerpo el que enferma, es el ser humano en su totalidad: una unidad biopsicosocial.
Una comparación entre ambos modelos:
La incorporación de elementos psicológicos y sociales como factores de riesgo de diferentes enfermedades, —como es el caso de las enfermedades cardíacas, el cáncer, las gastrointestinales o las dermatológicas—, se han considerado desde estos dos modelos de intervención desde dos perspectivas:
- Como un “agregado” al modelo biomédico tradicional
- Desde una articulación de factores biológicos, sociales y psicológicos en el modelo biopsicosocial
1.1. Modelo biopsicosocial
2. Escuelas y ramas de La psicología
Ramas de la psicología y sus aplicaciones
Muchas personas siguen imaginando a un psicólogo como una persona sentada frente a otra que está tumbada en un diván contando lo que le ocurre, pero la psicología es un campo muy amplio que va más allá de la psicoterapia. Es necesario partir de la base de que el ser humano es complejo por lo que dentro de la psicología hay profesionales de la psicología que se centran en la percepción, el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, el pensamiento o la forma de razonar. Podemos destacar las siguientes ramas de la psicología general:
Psicología clínica
La psicología clínica se ocupa del estudio de los trastornos mentales. Se trata de una de las ramas de la psicología que realiza la evaluación, el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de las personas con algún tipo de afectación mental. Dentro de la psicología clínica se pueden destacar diversas escuelas como la constructivista, la conductivista, la Gestalt y la psicoanalista, entre otras. Por lo general, los psicólogos en la actualidad no siguen a una escuela determinada en el ejercicio de su profesión, sino que aplican técnicas de varias escuelas.
Psicología anormal
Esta rama de la psicología consiste en el estudio de los trastornos emocionales y de la conducta normal del ser humano. Como consecuencia de lo anterior, lo primero que debe definir es qué se entiende por anormal, ya que este concepto puede variar de una cultura o sociedad a otra. La psicología anormal se nutre de otras ramas como la psicología del desarrollo que estudia la evolución del ser humano a lo largo de las diversas etapas de su vida, la psicología social y la psicología laboral entre otras.
Psicología cognitiva
Esta rama estudia los procesos internos de nuestra mente, es decir, cómo pensamos, cómo percibimos nuestro entorno y a otras personas, cómo nos comunicamos y cómo recordamos o aprendemos. Hay determinados expertos que entienden que la psicología cognitiva es el estudio de la inteligencia, puesto que la aplicación práctica de la psicología cognitiva supone la utilización de herramientas para mejorar nuestra memoria, la seguridad en la toma de decisiones o la manera de aprender.
Psicología del desarrollo
La psicología del desarrollo estudia desde el punto de vista científico los cambios psicológicos que experimenta todo ser humano a lo largo de su existencia. Se incluye la etapa de recién nacido, infancia, adolescencia, edad adulta y vejez. Cada una de estas etapas supone la adquisición de unas determinadas habilidades, el desarrollo de la personalidad, la autoestima, el uso del lenguaje y, en definitiva, la formación de nuestra propia identidad como personas.
Psicología de la educación
La psicología educativa tiene por objeto estudiar cómo se produce el aprendizaje humano, en especial dentro de los centros educativos. Es decir, se trata de estudiar cómo aprenden los estudiantes y cómo ese aprendizaje les ayuda a desarrollarse. Desde este punto de vista la psicología de la educación es útil para elaborar modelos educativos, planes de estudio y para gestionar centros educativos.
Psicología familiar y de pareja
Las relaciones familiares pueden producir problemas de comunicación y de relación entre los diversos miembros, así como diversos trastornos psicológicos que, en ocasiones, deben ser analizados por un psicólogo. Se tratan problemas de pareja, dificultades de adaptación, comunicación inadecuada entre los miembros de la familia, patología de un familiar, conflictos externos de los hijos y otros muchos aspectos que se pueden producir en el seno de una familia.
Psicología del trabajo
La psicología del trabajo, también denominada psicología de las organizaciones, es una de las ramas de la psicología que se ocupa del entorno de trabajo y de las empresas. Un psicólogo del trabajo estudia la mente y el comportamiento humano en el ámbito laboral. Por lo general, los psicólogos del trabajo se encuadran dentro del área de recursos humanos de las empresas, aunque no es preciso que todos los componentes del área de recursos humanos sean psicólogos.
Psicología forense
La psicología forense supone la aplicación de la psicología a la investigación criminal y a la evaluación de los posibles delincuentes. Por lo general los psicólogos forenses elaboran informes sobre la salud mental de una persona acusada de un delito y, posteriormente, deberán defender y explicar dicho informe ante un tribunal. La necesidad de que el psicólogo forense explique ante un tribunal los informes que elabora es lo que más le diferencia de otro tipo de psicólogo dedicado a otras ramas de la psicología, puesto que además de los conocimientos sobre psicología deberá poseer una sólida comprensión de las normas legales y de cada situación jurídica que se plantee.
Neuropsicología
La neuropsicología se ocupa del estudio del comportamiento humano en relación con una disfunción en el cerebro. Esta rama de la psicología establece relaciones entre las lesiones cerebrales y los trastornos cognitivos y emocionales que pueden estar asociados a dichas lesiones. Por lo general un neuropsicólogo realiza dos tipos de funciones: el diagnóstico clínico del funcionamiento cognitivo, conductual y emocional de una persona y la orientación a enfermos, familiares y personal sanitario.
Psicología social
Los seres humanos somos seres sociales y como tales nos relacionamos con otras personas en numerosos ámbitos de nuestra vida: trabajo, pareja, familia, amigos. La psicología social estudia desde el punto de vista científico la forma en que los pensamientos y comportamientos de una persona se ven influidos por otra persona. Esta rama de la psicología también estudia a las distintas organizaciones sociales para extraer patrones de comportamiento de las diversas personas que forman cada grupo, los roles de cada individuo o cómo cambia el comportamiento en función de las situaciones que se produzcan.
2.1. Escuelas y teorías clásicas de la psicologia
2.2. Ramas de la Psicología
3. Dimensiones fundamentales de la persona
La dimensión psicológica se centra en la mente, y recoge la idea de la persona como ser dirigido a metas y dotado de un conjunto de procesos que le permiten guiar su conducta creativa y armónicamente en el contexto cambiante donde se dan las diversas situaciones en que participa.
Incluye aspectos cognitivos que conducen a percibir, pensar, conocer, comprender, comunicar, resolver problemas, relacionarse, representarse a sí mismo y a los otros, actuar –ser agente–; aspectos afectivos, como las emociones y los motivos, y otros aspectos que generan esperanza, estima y confianza en uno mismo y en otros; aspectos conativos, como la perseverancia en la acción y otros componentes de la voluntad como el autocontrol. Todo ello sin olvidar que la mente existe porque existe el cuerpo, concretamente, un cerebro con un funcionamiento normal.
Así, el funcionamiento y el desarrollo de la mente es dependiente del cuerpo para recibir la información y trasladar a acción concreta el resultado final de sus procesos.
3.1. ¿Qué es la psicología?
4. Dimensión Biológica
El Sistema Nervioso
El principal mecanismo de información en el cuerpo lo constituye un sistema de neuronas que se comunican unas con otras y para propósitos puramente didácticos, dividimos este sistema en un Sistema Nervioso Central (SNC) formado por el cerebro y la médula espinal, y en un Sistema Nervioso Periférico (SNP) que une el sistema nervioso central con los receptores sensoriales, que reciben información proveniente del medio externo e interno, y con los músculos y glándulas que son los efectores de las decisiones del SNC. Esta información es llevada por axones motores y sensoriales del SNP en haces de cables eléctricos que conocemos como nervios; por ejemplo, la información que recibe cada ojo es llevada al cerebro en los millones de axones que forman el nervio óptico.
La información dentro del sistema nervioso es manejada por tres tipos de neuronas. Las neuronas sensoriales, que mandan información desde los tejidos del cuerpo y los órganos sensoriales hacia la médula espinal. Cuando el cerebro procesa esa información involucra una segunda clase de neuronas, las interneuronas, que forman su sistema de comunicación interna. Como resultado de ese procesamiento, el sistema nervioso central manda instrucciones hacia los tejidos del cuerpo por medio del tercer tipo de neuronas, las motoneuronas. Como hay unos pocos millones de neuronas sensoriales, algunos millones mas de neuronas motoras, y miles y miles de millones de interneuronas, es claro que la mayor parte de la complejidad de nuestro organismo se basa en los sistemas de interneuronas.
Esos tres tipos de neuronas nos indican cuáles son las funciones del sistema nervioso. Primero, la obtención de información sobre el interior de nuestro cuerpo; esto es, en qué estado se encuentran los órganos (corazón, pulmón, etc.) y el cuerpo mismo (cabeza, tronco, extremidades, etc.). También necesitamos saber cómo está el medio ambiente y cuál es nuestra relación con él; por ejemplo: ¿está oscuro, frío, qué obstáculos hay en el camino si nos desplazamos, hay depredadores o presas cercanas, etc.? Toda esa información es recogida por receptores tanto internos como externos y llevada al cerebro para su análisis y después la toma de una decisión sobre la conducta a seguir: ¿no hacer nada?, ¿correr para escapar o atrapar una presa?, etc. Por todo esto, el sistema nervioso puede ser entendido en tres términos funcionales: 1) un estado de alerta recogiendo información; 2) el procesamiento de esa información, y; 3) la activación del cuerpo para responder adecuadamente.
El funcionamiento del sistema nervioso
Sistema nervioso: anatomía y fisiología
4.1. El cerebro
El cerebro se puede definir como un órgano complejo, ubicado dentro del cráneo, que gestiona la actividdad del sistema nervioso. Forma parte del Sistema Nervioso Central (SNC) y constituye la parte más voluminosa y conocida del encéfalo. Está situado en la parte anterior y superior de la cavidad craneal y está presente en todos los vertebrados. Dentro del cráneo, el cerebro flota en un líquido transparente, llamado líquido cefalorraquídeo, que cumple funciones de protección, tanto físicas como inmunológicas.
A pesar de que coloquialmente se diga que el cerebro debe ser entrenado y ejercitarlo como un músculo para evitar que se atrofie, en realidad debemos tener claro que el cerebro no es un músculo. No está compuesto por miocitos, las células musculares, sino que está formado por millones de neuronas que, interconectadas mediante axones y dendritas, permiten regular todas y cada una de las funciones del cerebro, cuerpo y la mente: Desde respirar, pasando por comer o dormir, hasta la capacidad para razonar, para enamorarnos o para discutir con alguien. Todo esto pasa por el control cerebral, siendo sólo una parte de todas las funciones del cerebro.
Todo lo que sucede en nuestra vida, en la vigilia y en el sueño, ya sea respirar o tragar, mirar, escuchar, tocar o degustar algo, leer o escribir, cantar o bailar, pensar en silencio o hablar de nuestros pensamientos, amar u odiar, caminar o correr, planificar o actuar espontáneamente, imaginar o crear, etc., es regulado por nuestro encéfalo. Algunas de las más importantes funciones del cerebro son:
- Control de funciones vitales: Como la regulación de la temperatura, de la presión sanguínea, de la tasa cardíaca, la respiración, dormir, comer…
- Recibe, procesa, integra e interpreta toda la información que recibe de los sentidos: La vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato.
- Controla los movimientos que hacemos y la posición postural: Caminar, correr, hablar, estar de pie.
- Es responsable de nuestras emociones y conductas.
- Nos permite pensar, razonar, sentir, ser…
- Controla las funciones cognitivas superiores: La memoria, el aprendizaje, la percepción, las funciones ejecutivas… (Miller, 2000; Miller & Cohen, 2001).
PARTES DEL CEREBRO
- El cerebro formado por estructuras corticales y subcorticales (que quedan ocultas bajo la corteza cerebral). Las estructuras corticales o corteza cerebral se dividen en distintas áreas: el lóbulo frontal (A), el lóbulo parietal (B), la corteza cingulada (C), el lóbulo occipital (D), el lóbulo temporal y la corteza insular (estos dos quedan ocultos en la imagen). Además, estos lóbulos están divididos por la mitad en dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. Las estructuras subcorticales hacen referencia a aquellas que quedan bajo la corteza cerebral, como el cuerpo calloso (1) que une los dos hemisferios, el tálamo (2), los ganglios basales, amígdala, hipocampo y cuerpos mamilares (6). El cerebro es el encargado de integrar toda la información recibida por los órganos sensoriales y organizar una respuesta. Controla las funciones motoras, emocionales y todas las funciones cognitivas superiores: razonamiento, expresión emocional, memoria (Squire, 1992), aprendizaje…
- Cerebelo (10): Es el segundo órgano más grande del encéfalo. Está involucrado en el control postural y del movimiento principalmente, aunque también realiza algunas funciones cognitivas.
- Hipotálamo (4), glándula pituitaria o hipófisis (5) y glándula pineal (11): El hipotálamo se comunica con la glándula pituitaria y con la glándula pineal a través de la liberación de hormonas para regular las funciones viscerales, como la regulación de la temperatura corporal y comportamientos básicos como la alimentación, la respuesta sexual, la búsqueda de placer, la respuesta agresiva… La glándula pineal tiene un importante papel en la sincronización de la liberación de la hormona de la melatonina, implicada en la regulación de los ciclos de sueño/vigilia, para lo cual se coordina con el quiasma óptico (3)
- El tronco cerebral: comienza en el extremo superior de la médula espinal (9). Está formado por el bulbo raquídeo (8), el puente de Varolio o protuberancia (7) y el mesencéfalo. El tronco o tallo encefálico controla las funciones automáticas como la presión sanguínea o los latidos del corazón, los movimientos límbicos y funciones viscerales como la digestión o la micción.
Cerebro Humano: Partes y Funciones
4.2. La neurona
Las Neuronas Son células especializadas en recibir, procesar y transmitir información, a nivel intercelular como intracelular. Lo hacen mediante señales electroquímicas (impulsos nerviosos) llamados potencial de acción. Estructuralmente, las neuronas tienen los mismos elementos citoplasmáticos y la misma información genética que el resto de células del organismo. Aun así, son unas células con unas características muy especiales. Las neuronas están formadas por tres partes:
- Cuerpo o soma (6): es la parte principal de la célula, la que contiene el núcleo (con el ADN), el retículo endoplasmático y los ribosomas (producen proteínas) y las mitocondrias (generan energía). En el soma se realizan la mayoría de funciones metabólicas de la célula. Por tanto, el soma es imprescindible para la supervivencia de la célula neuronal.
- Axones (3): es una prolongación que sale del soma celular. Sería algo semejante a un “cable”, en cuyo final existen unos botones terminales (2) que son los puntos donde se produce la sinapsis (5), es decir, la transmisión de información de una neurona (elemento pre-sináptico) a otra (elemento post-sináptico). La longitud de los axones puede variar mucho de una neurona a otra: los hay desde muy cortos (de menos de 1mm), hasta los más largos (de más de un metro, que suelen ser de nervios periféricos, como los de las motoneuronas). Algunos axones, sobre todo los de las neuronas motoras y sensoriales, están recubiertos por una capa de mielina (4) que agiliza, y facilita, la transmisión de información. Cuanta más mielina contenga el axón, más eficiente será la transmisión del impulso nervioso. Las neuronas que más mielina tienen son las periféricas (neuronas sensoriales y motoras) que son en las que la información tiene que recorrer caminos más largos.
- Dendritas (1): son unas terminaciones nerviosas que salen del soma celular que se ramifican en forma de árbol. Las dendritas constituyen el componente principal de recepción de información (elemento post-sináptico) y son las que posibilitan la comunicación entre dos neuronas.
También es habitual oír hablar de la sustancia gris y la sustancia blanca del cerebro, que hace referencia a dos partes distintas de las neuronas:
- La sustancia gris del cerebro corresponde principalmente a los somas y dendritas de las neuronas.
- La sustancia blanca es la zona donde predominan los axones de las neuronas. Se ve de este color más blanquecino por el recubrimiento que la mayoría de ellos llevan de mielina.
La neurona: Clasificación, estructura y funciones
4.3. La Neuropsicología - Lóbulos y hemisferios del cerebro