Dibujo y Pintura a partir de los Elementos Naturales

5. Composición de paisajes

Composición de paisajes

El paisaje es la representación gráfica de la geografía y la cultura de un país desde el punto de vista de un observador.

Desde el punto de vista del artista, la representación del paisaje exige el desarrollo de varias destrezas, como la representación del espacio, la perspectiva, tanto lineal como atmosférica, el conocimiento del dibujo, el color y la composición.

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El paisaje a través de la historia

Siglo XVI Y XVII

El término paisaje es relativamente reciente en nuestra lengua. Generalmente se admite que su aparición en Europa y por tanto la contemplación estética de lo rural está ligada al momento en el que la actividad económica se separa del campo, en los siglos XVI y XVII. Aparecen el comercio y la actividad de viajar. Estas dos nuevas experiencias condicionarán de manera decisiva la aparición en el arte occidental del paisaje con un valor estético.

Generalmente se admite que el paisaje pictórico aparece en Occidente en el siglo XVII, aunque hubo incursiones previas en este género en el norte de Europa, en las escuelas flamenca y alemana. Los pintores de la escuela de Amberes como Brueghel el Viejo, representaban paisajes imaginarios y fantásticos. Podemos encontrar paisajes escenográficos a partir del siglo XV y XVI.

En el siglo XVII, empieza a ser un género independiente y se extiende su práctica, de manera que los pintores se especializaban en un tipo de paisaje (llanuras, marinas, con animales...).

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Siglo XVIII Y XIX

En el siglo XVIII este género se sigue cultivando. De esta época es el italiano Canaletto, apodado así porque pintaba los canales de Venecia, un pionero en el paisaje urbano.

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Hacia la mitad del siglo XIX, con el Romanticismo, el paisaje cobra su importancia como género pictórico de primera fila. El hombre deja de pensar en la naturaleza como algo dominado o que tiene que ordenar y se siente atraído por lo que esta tiene de indomable. El artista romántico prefiere lo trágico. Se entra de lleno en la búsqueda de lo sublime como categoría artística.

En el siglo XIX el pintor realista será el primero en salir al campo a tomar apuntes que luego utilizará en su estudio. Analiza el paisaje y lo estudia objetivamente, uniéndose así a la mentalidad científica de la época, con la convicción de que debe aprender de la Naturaleza e interpretar los resultados, buscando el por qué objetivo de la belleza.

El Impresionismo

La llegada del impresionismo viene acompañada de hechos tan importantes como la aparición de la fotografía, la luz eléctrica en la ciudad y el desarrollo en la fabricación de pigmentos y óleo. El pintor sale al campo y a la ciudad para realizar sus obras y no busca un resultado realista.

Los impresionistas empiezan a tener una visión del paisaje centrada en aspectos concretos que les interesan: El estudio de la luz, el cambio constante según la hora del día y las sensaciones que les transmite. Lo utilizan también para explorar elementos plásticos, aplicando las teorías del color.

Siglo XX

A partir del impresionismo podemos decir que el paisaje se convierte en un género abierto, impregnado por los diferentes movimientos pictóricos del siglo XX, que darán lugar a muchos tipos de paisaje. Lo más importante es que la expresión plástica deja de estar ligada necesariamente a lo espacial, pudiendo ser predominante un aspecto sobre los demás como la ensoñación en el surrealismo.

¿Para qué usar reglas de composición al pintar paisajes?

En primer lugar, diremos que, aunque se les ha llamado reglas, son más bien unas recomendaciones que nos ayudan a encuadrar y organizar los diferentes elementos de los paisajes de manera que queden agradables a la vista, balanceados, pero al mismo tiempo que permitan al observador guiar su mirada en un orden lógico y sin ignorar alguno de los detalles. Estos principios sirven para crear unidad y coherencia en los cuadros, logrando que el observador entienda naturalmente el propósito y punto principal de la obra.

Centro de interés o punto focal

Si a todos los objetos que componen nuestro cuadro le damos la misma importancia, nuestros paisajes se verían demasiado recargados y confusos. Hay que elegir un área determinada o elemento de la pintura que dominará al resto capturando la atención del espectador, y podrá haber por ejemplo otros dos elementos secundarios que apoyen al primero.

Reglas de composición

Todo en la naturaleza obedece a ciertos patrones geométricos – matemáticos, de allí han surgido las diferentes reglas de composición. Existen varias, utilizadas desde la antigüedad: Sección áurea (divina proporción o proporción áurea), espiral dorada, rabatment, etc. Y se usan no sólo para la pintura sino también en la arquitectura y otras artes, pero para aplicarlas se requieren de algunas operaciones matemáticas, algunas muy sencillas, otras más complejas. Así que, para efectos prácticos, se han sintetizado en la Regla de los tercios, la cual ha tenido además gran uso en fotografía.

Regla de los tercios

Consiste en dividir la escena en tres filas de iguales proporciones y tres columnas también iguales, trazando las líneas que las separan. Así se forman cuatro puntos de intersección en donde situaremos nuestro centro focal, logrando una pintura más interesante que si lo establecemos en medio de la pintura. Mientras tanto el segundo objeto de interés si lo hay se ubica en el punto opuesto diagonalmente. Estos puntos nos marcan zonas, es decir que los objetos no tienen que estar exactamente encima de ellos sino alrededor de ellos.

El horizonte del cuadro se situará en la línea superior o en la línea inferior, pero no atravesando el lienzo exactamente por la mitad, ya que crea una escena aburrida.