ALIMENTOS Y NUTRIENTES QUE REQUIEREN LOS SERES VIVOS

4. Problemática alimentaria nutricional en Bolivia: malnutrición (desnutrición, obesidad, sobrepeso, anemia, deficiencia de vitamina A, yodo y otros).

Los problemas nutricionales de Bolivia son flagrantes, seguimos siendo el país de Sudamérica que tiene el más alto porcentaje de niños con desnutrición crónica, la alimentación en población es la más deficitaria, las carencias en micronutrientes son frecuentes, además se añade nuestros problemas la obesidad y otras enfermedades crónicas.

Desde 1989 viene funcionando el Centro de Recuperación Inmu-no-nutricional (CRIN), bajo convenio entre la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón y Hospital del Niñ@ Manuel Ascencio Villarroel (Ministerio de Salud) que desde su inicio contó con el valioso apoyo el gobierno francés. Se recuperaron varios miles de niños con desnutrición grave con la estrategia CLAPSEN1 (Clínica, Laboratorio, Antropometría, Psicología, Social, Enfermería y Nutrición). Desde esa época los trabajos en nutrición no pararon en producirse. En su inicio vimos la importancia del Zinc en la recuperación del crecimiento y respuesta inmunitaria2-3, los mismos que con el tiempo se confirmaron por otros autores, posteriormente se probaron nutriente por nutriente hasta llegar a producir un coctel in-munorestaurador que además de micronutrientes tiene aminoácidos como son la arginina, la isoleucina, leucina y valina, hoy se confirman su valor indiscutible. Paralelamente se desarrollaron estrategias de prevención como de recuperación en centro de salud, con resultados prometedores con la estrategia Protección Integral del Infante en Riesgo Nutricional (PIENU)4-6, donde demostramos que es posible la recuperación de los niños desnutridos con una estrategia generada en los propios centros de salud, así como la estrategia “Cuchara de amor”, que permitió lograr llegar a la comunidad con utensilios prácticos, para lograr cambios de actitudes y mejora de estilos de vida en el hogar de los niños en riesgo nutricional. Últimamente se viene desarrollando la estrategia “Mochila Nutricional”7, consistente en el desarrollo de un modelo de atención integral del niño en riesgo nutricional introduciendo dentro de un morral de la estrategia “CLAPSEN”, que permita la recuperación secuencial no solo del estado nutricional, sino cambios de actitudes, mejora del estilo de vida y entorno (huerto de autoconsumo) su buen uso se encuentra sostenido con un manual de intervención, documentos de registro de monitoreo y seguimiento, además de instrumentos prácticos. Con la participación de la comunidad (Alcaldía, Ministerio de Salud, etc.) También se realizaron estrategias para mejorar el crecimiento con la estrategia NIXVIMINCRIN4, que consiste en la recuperación del crecimiento, mejorando la concentración del calcio, en los aportes además de administrar magnesio, zinc, iodo y vitaminas (A,C,D).

Últimamente propusimos la estrategia “Chance de Vida” (Platito a colores, horario -reloj de día-, manejo de antropometría IMC, tres colores del fuego para aporte de alimentos y ejercicio -estimulación psicomotora- que posibilite evitar la obesidad posteriormente en la vida). Simultáneamente se contribuyó para la creación de otros centros de recuperación nutricionales en la provincia de Anzaldo y este año se inauguró el CRIN de Vinto, lo que refleja el valor de las investigaciones efectuadas por el equipo CRIN y la necesidad sentida de la misma comunidad en relación a la mejoría del estado nutricional.

El programa desnutrición cero, desarrolló unidades de nutrición integral a partir del 2007, pero no se conocen los avances de estos programas, no existen investigaciones ni renovación de ideas. En su estructura organizativa y de funcionamiento se indican estrategias

y acciones interesantes8. Mas, el trabajo desarrollado se queda en meros enunciados, con contadas salvedades, en los informes más se aprecia justificación de gastos presupuestarios y acciones puntuales de socorro o auxilio al necesitado. Acciones relevantes de lograr la auto sostenibilidad, cambios evidentes de estilo de vida, recobrar la dignidad, llegar al logro de los objetivos con esfuerzo, sacrificio y propia iniciativa no existen.

Contrariamente por parte del CRIN existen constante innovación plasmado en todos los trabajos mencionados, pero no es lejano el día en que se pierda lo avanzado si no logramos llegar a la comunidad con más fuerza, como grupo de investigadores de la Universidad Mayor de San Simón necesitamos dar mayor coherencia a nuestros esfuerzos, las condiciones que tenemos actualmente de trabajo son limitadas e incómodas. Se corre el riesgo de que las investigaciones hechas se conviertan en una más de tantas. Lo que necesitamos es dar secuencia a los estudios, y poner soluciones a los problemas nutricio-nales lacerantes que tenemos en Bolivia, que no sean banales, sino que perduren en el tiempo, que ya demostramos con 25 años de trabajo. Una manera de poder lograr esto es haciendo conocer nuestro trabajo y concientizando a las autoridades y gobernantes para lograr concretar la creación de un CENTRO DE INVESTIGACIONES Y REHABILITACION INTEGRAL Y NUTRICIONAL; donde queden plasmados los estudios realizados, donde se pueda fortalecer y dar secuencia a los diferentes trabajos científicamente avalados, con la única finalidad de cuidar nuestro más valioso capital que tenemos: nuestros recursos humanos.


Las tasas de desnutrición y mortalidad en menores de cinco años registraron una reducción significativa según dos estudios realizados por separado por el Ministerio de Salud y por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI). Para los profesionales del Colegio Departamental de Nutrición y del Centro de Recuperación Nutricional, se requieren campañas de formación para padres y el aumento de ítems en los hospitales para consolidar estos avances. 

Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (EDSA 2016), en Bolivia la desnutrición crónica en niños menores de cinco años se redujo del 32,3% en 2008 al 16% en 2016. A su vez, la tasa de mortalidad en menores de 5 años disminuyó del 8% en 2000 al 3,8% en 2015, según el IFPRI.

Sin embargo, los datos de la encuesta nacional desvelan que la tasa de nutrición aguda (por la falta de nutrientes) registró un leve incremento del 1,4% en 2008 al 1,9% en 2016, a la vez que la obesidad subió dos puntos, lo que significa que un 20% de menores de cinco años tiene sobrepeso. 

Programas del Estado
Para el jefe de unidad de alimentación y nutrición del Ministerio de Salud, Yecit Humacayo, la disminución de la tasa de desnutrición crónica es resultado de las acciones que implementa el Estado como la alimentación complementaria (para menores de 6 meses a 2 años), la suplementación con micronutrientes (que contiene vitamina A, hierro, ácido fólico, zinc, entre otros) que se ofrece de manera gratuita en los centros de salud.  

“No se ha llegado a la meta que es cero hambre. Para lograrlo vamos a fortalecer programas como Mi salud, los centros médicos comunitarios, el Bono Juana Azurduy, el subsidio prenatal y de lactancia”, señaló. 

Informó que los departamentos más vulnerables se encuentran en el occidente: Chuquisaca (26%) y Oruro (25,7%), que se hallan por encima de la media nacional.

En caso de los niños de 6 a 23 meses de edad, la desnutrición crónica se redujo del 25,1% al    15,2%, según este estudio.  

Causas de la desnutrición

El director y fundador del Centro de Recuperación Nutricional, Mario Édgar Valdez Romero, destacó que el departamento de Santa Cruz es pionero en la lucha contra la desnutrición, una práctica que comenzó el 12 de abril de 1989 en el Centro Nutricional San Carlos y con la posterior fundación de este centro en la urbe cruceña en 1995, que lleva más de 10.000 niños atendidos. 

“Se dice que la pobreza es el origen de la desnutrición de un niño, pero otro factor es la falta de educación y los malos hábitos de alimentación. No se ha visto un programa en el que se le enseñe a la mamá a alimentar a su bebé, como tampoco que le ayude a una adolescente a planificar su futura familia”, dijo. 

El nutricionista indicó también que los centros hospitalarios requieren un mayor número de ítems y de dotación de equipamiento, a lo cual observó la gestión del Ministerio de Salud y del municipio cruceño. 

Faltan centros de atención

El director del centro de recuperación nutricional señaló que en los departamentos más vulnerables a la desnutrición crónica hay, a su vez, una carencia de centros de nutrición integral, como es el caso de Potosí y Chuquisaca, que carecen de uno. 
Consultado al respecto, el jefe de la unidad de alimentación y nutrición del Ministerio de Salud, argumentó que los mismos fueron creados pero no son autosostenibles por la falta de colaboración de las autoridades municipales. 

“Tenemos unidades de tratamiento del desnutrido agudo grave en las ciudades capitales de departamento y unidades de nutrición integral en 159 municipios pobres; sin embargo, en muchos casos falta el apoyo de los gobiernos locales”, subrayó.  

Desnutrición aguda y obesidad

La presidenta del Colegio Departamental de Nutricionistas, Magdalena Valdez, aclaró que la desnutrición aguda no se refiere a la falta de ingesta de alimentos, sino a la falta de nutrientes por consumir, por ejemplo, comida chatarra o por la pérdida de los mismos por una enfermedad.

“Nos estamos acostumbrando a la alimentación chatarra. Usted puede ver niños obesos con anemia por mala nutrición”, aseveró. 
Destacó que el programa Desnutrición cero que se viene impulsando desde el Ministerio de Salud está dando resultados a lo que agregó que se necesitan más programas de formación a las madres. “La falta de lactancia materna es la causa del 25% de los menores que sufren de algún tipo de desnutrición”, apuntó. 

Santa Cruz tiene un índice de desnutrición crónica del 8,4%, por debajo de la media nacional; sin embargo, la preocupación está enfocada en los índices de obesidad, que están en aumento.

La tasa del hambre bajó en el país en 2017

De acuerdo al Índice Global del Hambre 2017 del IFPRI, Bolivia se sitúa en el puesto 66 entre 119 países, a su vez que la tasa del hambre bajó de 30,3 a 17,2 puntos.

El informe con vigencia de 12 años clasifica a los países en cuatro indicadores: subnutrición, mortalidad infantil, emaciación infantil y retraso en el crecimiento. 

Según el informe de 2017, la proporción de desnutridos, respecto de la población total, bajó del 33,4% entre 1999 y 2001, al 20,1% entre 2014 y 2016.

En el período 2012-2016, la prevalencia de emaciación (adelgazamiento morboso) en menores de 5 años se mantiene en 1,6, respecto del período 1998-2002.

El retraso de crecimiento en menores de cinco años disminuyó del 33,1% entre 1998 y 2002, a 18,1% entre 2012 y 2016.
Finalmente, la tasa de mortalidad en menores de 5 años ha disminuido de 8,0 en el año 2000, a 3,8 por ciento en el 2015