SALUD INTEGRAL DEL ADOLESCENTE

4. Consecuencias del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas

Aunque no todas las personas que tienen algún contacto con drogas tienen necesariamente problemas, hay determinadas situaciones que pueden dar a pensar que su consumo se está escapando de las manos:

  • Cuando el consumo de drogas está produciendo un malestar en la vida de la persona (problemas con la gente de los alrededores, ausencias en el trabajo, en la escuela, etc.).
  • Se relaciona menos con la gente a causa del consumo y hace menos actividades.
  • Sus relaciones con la gente casi siempre tienen que ver con el consumo.
  • Ha tenido algún problema legal relacionado con la droga. Como por ejemplo, una sanción administrativa por consumo en un espacio público.
  • A menudo tiene conductas de riesgo cuando está bajo los efectos de la droga: conducir un vehículo, mantener relaciones sexuales sin protección, haceros daño a vosotros mismas o mismos, etc.
  • Cada vez necesita más cantidad para conseguir el mismo efecto.
  • Tiene que consumir para disminuir los efectos adversos.
  • A veces desea y se esfuerza para dejar de consumir.
  • A pesar de todo esto, continua consumiendo, aunque tiene consciencia de las consecuencias físicas y mentales que tiene sobre su salud.


Riesgos de las bebidas alcoholicas

Tomar bebidas alcohólicas puede ser agradable si se hace con moderación, pero beber demasiado puede comportar problemas graves.


Se considera beber demasiado cualquier consumo de alcohol que incremente el riesgo de sufrir consecuencias negativas (físicas, psicológicas o sociales), a corto o largo plazo. También cuando se cumple alguna de las siguientes condiciones:

  • Cuando se alcanzan los límites de riesgo, calculados en unidades de bebida estándar (UBE), establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
  • Cuando la persona tiene problemas que se pueden agravar con el alcohol, ya sean físicos (hepatitis, gastritis, diabetes), psíquicos (depresión, ansiedad, falta de memoria) o sociales (conflictos familiares, bajo rendimiento laboral).
  • Cuando se bebe en circunstancias en las cuales está contraindicado (menores de 16 años, embarazadas o madres lactantes, conducción, ciertos medicamentos, trabajos en alturas, manejo de herramientas o maquinaria).
  • Cuando se necesita beber para relacionarse con los otros o para afrontar dificultades personales.

 Cuando una persona pierde el control sobre la sustancia y se siente incapaz de evitar o moderar el consumo, y esto afecta de manera importante en sus relaciones y actividades habituales, quizás es el momento de plantearse buscar ayuda de un profesional.


Los adolescentes pueden estar comprometidos en varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante las adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.


La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sientirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas incluyen aquellos:


  • con un historial familiar de abuso de substancias
  • que están deprimidos
  • que sienten poco amor propio o autoestima
  • que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente
Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales como ilegales. Las drogas legales disponibles incluyen las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas ilegales de mayor uso común son la marijuana (pot), los estimulantes (cocaína, "crack" y "speed"), LSD, PCP, los derivados del opio, la heroína y las drogas diseñadas (éxtasis). El uso de las drogas ilegales está en aumento, especialmente entre los jóvenes o adolescentes. Primero el uso de la marijuana ocurre en la escuela intermedia (middle school) y el uso del alcohol puede comenzar antes de los 12 años. El uso de la marijuana y el alcohol en la escuela superior (high school) se ha convertido en algo común.

El uso de las drogas y el alcohol está asociado con una variedad de consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio.

Las señales principales del uso de alcohol y del abuso de drogas por los adolescentes pueden incluir:


  • Físicas: fatiga, problemas al dormir, quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.
  • Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión, retraimiento y una falta general de interés.
  • De Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de comunicarse con la familia.
  • En la Escuela: interés decreciente, actitud negativa, calificaciones bajas, ausencias frecuentes, faltas al deber y problemas de disciplina.
  • Problemas Sociales: amigos o pares envueltos con drogas y alcohol, problemas con la ley y el cambio dramático en el vestir y apariencia.
Algunas de estas señales de aviso pueden también ser señales indicativas de otros problemas emocionales. Cuando los padres se preocupan deben de tomar el primer paso y consultar con el médico de familia del adolescente. Si se sospecha el uso/abuso de drogas o alcohol, entonces al adolescente se le debe de hacer una evaluación comprensiva llevada a cabo por un siquiatra de niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental capacitado.

Los padres pueden ayudar a su hijo proveyéndole la educación a temprana edad acerca de las drogas y el alcohol, estableciendo comunicación, siendo ejemplo modelo positivo y reconociendo y tratando desde el comienzo los problemas que surjan.