LITERATURA

7. Lectura: novela

La novela es una obra literaria en la que se narra una acción fingida en todo o en parte y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes así como de personajes, pasiones y costumbres, que en muchos casos sirven de insumos para la propia reflexión o introspección. La vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española la define de manera más general como una «obra literaria narrativa de cierta extensión» y como un «género literario narrativo que, con precedente en la Antigüedad grecolatina, se desarrolla a partir de la Edad Moderna». La novela se distingue por su carácter abierto y su capacidad para contener elementos diversos en un relato complejo. Este carácter abierto ofrece al autor una gran libertad para integrar personajes, introducir historias cruzadas o subordinadas unas a otras, presentar hechos en un orden distinto a aquel en el que se produjeron o incluir en el relato textos de distinta naturaleza: cartas, documentos administrativos, leyendas, poemas, etc. Todo ello da a la novela mayor complejidad que la que presentan los demás subgéneros narrativos.


Las características que permiten diferenciar una novela de otro género literario son las siguientes:

  • Narra hechos, reales o ficticios pero creíbles.
  • Predomina la narración aunque incluye: descripción, diálogo, monólogo interior o epístola.
  • Describe mucho el ambiente donde se desarrolla la narrativa.
  • La novela se escribe en forma de prosa.
  • Cuida la estética de las palabras.
  • El desarrollo de personajes es más profundo que en un cuento o un relato.
  • Una narrativa extensa: las novelas tienen, generalmente, entre 60 000 y 200 000 palabras, o de 150 a 1200 páginas o más.

Aquí radica la diferencia con el cuento y el relato. Existe una zona difusa entre cuento y novela que no es posible separar en forma tajante. A veces se utiliza el término nouvelle o novela corta para designar los textos que parecen demasiado cortos para ser novela y demasiado largos para ser cuento; pero esto no significa que haya un tercer género (por el contrario, duplicaría el problema porque entonces habría dos límites para definir en lugar de uno).

Novela corta

Una novela corta es un tipo de obra literaria que se puede situar entre el cuento, el relato y la novela. La característica principal es su menor extensión en comparación con el de una novela al uso.

Los temas, los personajes, los escenarios, el argumento y otros elementos de una novela corta no varían en relación con los de una novela, aunque debido a su breve extensión, algunos de ellos se pueden ser simplificados.

Algunos ejemplos de novela corta son El coronel no tiene quien le escriba (1961) de Gabriel García Márquez y La metamorfosis (1915) de Franz Kafka.

Novela picaresca

Una novela picaresca es un tipo de novela propia de los siglos XVI y XVII que narra las experiencias de un protagonista pícaro, generalmente en primera persona. En este tipo de novelas se suele reflejar de una forma crítica la moral y la realidad social del momento.

El concepto de novela picaresca también se utiliza para referirse a un subgénero literario que agrupa este tipo de novelas.

Algunos ejemplos de novela picaresca son El Lazarillo de Tormes (1554) de autor desconocido y La vida del Buscón (1626) de Francisco de Quevedo.

Novela de aventuras

Una novela de aventuras es un subgénero literario y también un tipo de novela que narra varios acontecimientos y situaciones en los que destacan elementos como la acción, el peligro y la valentía.

Aunque pueda otros temas como la crítica social, las novelas de aventuras se basan en el entretenimiento.

Algunos ejemplos de novela de aventuras son La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson (1883), La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne (1873) y El corsario negro de Emilio Salgari (1898).

Novela de terror

Una novela de terror es un tipo de novela y un subgénero literario que utiliza temas y elementos literarios relacionados con emociones como el miedo y la angustia. La atmósfera que se recrea a través de la descripción de lugares, personajes y acontecimintos contribuye a provocar en el lector este tipo de emociones.

Se utilizan recursos como el suspense y la intriga. En algunos casos aparecen elementos sobrenaturales, legendarios o aspectos relacionados con la muerte, las fobias y el miedo a lo desconocido.

Algunos ejemplos de novela de terror son Drácula de Bram Stoker (1897), El exorcista de William Peter Blatty (1971) y El resplandor de Stephen King (1977).